domingo, 24 de noviembre de 2013

LA IMPROVISACION EN LA PRODUCCION: COOPERATIVIZACION ARTIFICIAL


Sobre la implementación de formas organizacionales para la actividad productiva, el amplio repertorio de los últimos años ha incluido la cooperativización de actividades que se venían ejerciendo al interior de las entidades de trabajo, lo que ha conllevado la externalización de actividades. También se han cooperativizado actividades que se venían ejecutando por empresas unipersonales, familiares, y de varios socios que previamente se organizaban en compañías o sociedades anónimas.

    Los propulsores de la cooperativización creyeron que formar cooperativas era fundamentalmente un problema burocrático de recaudos, a lo mejor algunas reuniones de orientación y transmisión de algunas explicaciones para llevar a cabo los trámites de registro. Creyeron que dado el carácter de amplitud y estimulo que la nueva Constitución de la República Bolivariana de Venezuela fomentaba, se tenía asegurado el camino para transitar hacia un autentico esquema protagónico en la producción de bienes y servicios.

    Con muy justificada perspicacia los cooperativistas auténticos, es decir aquellos que venían haciendo cooperativismo sin ayuda estatal, y enfrentando las dificultades de desenvolverse en un sistema económico más diseñado para las empresas convencionales, con énfasis en el protagonismo del capitalismo de estado; pero que aún así mantenían un modesto espacio de actuación asociativa y productiva efectiva a lo largo de varias décadas.   

   Traemos esta introducción al análisis para asociarlo con un caso de corrupción que ha sido muy divulgado, nos referimos al escandalo de corrupción a propósito del manejo de la Alcaldía de Valencia, la tercera ciudad más importante del país, ha implicado entre otros dimensiones el uso y abuso de la figura cooperativa. El ministro de Interior y Justicia, reveló que “el ilícito se cometió a través del uso de 14 cooperativas administradas por el hijo del alcalde, a través de las cuales se pagaban servicios personales, para adquisición de vehículos, servicios médicos y tarjetas de crédito y levantamiento de obras en el municipio”. El ilícito incluía que se les cancelaba a los dueños de estas cooperativas Bs. 2.500 a cambio de la entrega de sus instrumentos bancarios como chequeras firmadas en blanco, y tarjetas de débito. Estas empresas, además de cobrar por servicio a la Alcaldía, cobraban de forma independiente para el pago de transporte y demás

    Véase que las cooperativas en cuestión tienen dueños, pero no se trata de los trabajadores asociados que colectivamente han entregado su certificado de aportación y el trabajo asociado para hacer y sostener el capital con el cual se presta un servicio o hecho productivo de necesidad para la sociedad. Se trata de personas que han aprovechado la política pública de un fomento desordenado e improvisado de esta figura. Es por ello que del 2002 al 20012 se llegó de un mil a trescientos mil cooperativas. Imposible que esto sea un proceso auténtico de cooperativización. No hay capacidad para tal crecimiento. Por ello hoy ese número es una ficción. Claro que existen las credenciales y registros ante la Superintendencia de Cooperativas, que pueden dar lugar a hechos falsos y abusivos de la histórica figura cooperativa, como lo visto en la Alcaldía de Valencia.   
           
    Lo que se ha hecho público en la Alcaldía de Valencia con relación al uso y abuso de las cooperativas no es un fenómeno excepcional. Con credenciales y registros de cooperativas hay innumerables abusos en la actividad productiva ficticia y real; así como en el ámbito de entes estatales como en el de empresas privadas. Hay un enorme proceso por hacer de decantación en la esfera de la cooperativización. Tan sólo en las alcaldías de todo de país, si se hiciera el mismo esfuerzo de investigación que se ha hecho en la de Valencia, se toparían unos investigadores que estén animados por cuidar los recursos públicos y vigilar el buen uso de las instituciones, se encontrarían con grandes sorpresas. Eso sí pongamos a un lado las vinculaciones de aprovechamiento electoral.  

   La generación exponencial de miles de cooperativas de reciente creación, que procuran  obtener los beneficios preferenciales de contratación con el Estado, para acceder a una cuota del enorme gasto público, o simplemente eludir las responsabilidades patronales que implica una sociedad mercantil convencional, ha tergiversado el sentido propósito o razón de dichas organizaciones, siendo muchas de ellas, simples organizaciones de estructura vertical con clara división del capital con respecto al trabajo, y con fines exclusivamente lucrativos.

    La reacción del gobierno nacional ante esta realidad, que trastoca el objetivo ideológico inmerso en el fomento del cooperativismo, es declarar la inutilidad del cooperativismo como instrumento transformador de la sociedad, sustituyéndola con una entelequia llamada “Empresa de Producción Social”, figura que se difumina en las prácticas propias del Capitalismo de Estado. En todo caso el problema de fondo con las nuevas “seudocooperativas” es la cultura cooperativa en sí misma, los valores y principios que las caracterizan, y si ese elemento de fondo no es atendido, todas las políticas que se sustenta meramente en la ideología sin asidero en la realidad, están destinadas al fracaso.

    En lo positivo de esta experiencia hay que destacar que luego de poco más de una década de multiplicación de cooperativas, hoy hay cuarenta veces más cooperativas autenticas que al inicio de este proceso, que muchas de ellas han servido a las familias y a los trabajadores cuentapropistas a adoptar una figura jurídica que cuenta con apoyo amplio de políticas públicas. Igual cabe afirmar aunque sin suficiente asidero de investigación y de suministro de información de los entes estatales, que al ser el fomento cooperativo una  política mas bien asistencialista, sectores de modestos recursos pudieron resolver problemas y necesidades con estas asignaciones.

    Casi en su totalidad el movimiento cooperativo existente antes de este proceso, se mantuvo al margen de la asignación de los recursos dadivosos del Estado. Algunas experiencias de asignación de estos recursos, también comprometían la autonomía del movimiento cooperativo.  


   Hoy en la llamada “guerra económica” se anuncia nuevas formas y ajustes organizacionales productivas, sirva la poco efectiva política de cooperativización forzada para reiterar que el país se construye con mas dialogo y menos improvisación.

domingo, 17 de noviembre de 2013

SOCIOS ESTRATEGICOS PARA EL PAIS O PARA EL GOBIERNO

ICuanto han cambiado las Relaciones de Trabajo es la pregunta central para desarrollar en la presente contribución.  De todas las dimensiones que pueden seleccionarse para abordar la interrogante, escogemos una muy amplia. Se trata de seguir la línea de reflexión de la contribución de la semana pasada, que denominamos “Replanteamientos en la Globalización”.

 

            Uno de los replanteamientos considerados fue el de la adopción por parte del gobierno venezolano de la teoría de multipolaridad,  con ello la promoción de nuevas asociaciones estratégicas con socios diferentes a los tradicionales, tales son los casos de China, Rusia, Irán. Cuba. Con los tres primeros los negocios se realizan tanto con empresas estatales como nuevas empresas transnacionales surgidas en esos países. El afán de construir estas relaciones estuvo marcado por el predominante deseo del gobierno venezolano, que se juntó con el interés de estos países de expansión en nuestro continente. El caso de Cuba, encaja más bien en una vieja aspiración de su gobierno en lograr una vinculación estrecha con nuestra nación.  En el libro “El edecán de Rómulo Betancourt”, el Coronel Oscar Zamora Conde, Editorial Libros Marcados -2012-, ofrece detalles muy específicos de la visita de Fidel Castro en 1959 y su conversación con Rómulo Betancourt, Presidente Electo para ese momento. La vinculación del gobierno cubano con la guerrilla venezolana es historia posterior ampliamente documentada.

 

            El hecho concreto es que hoy tenemos múltiples negocios con los países mencionados. Existen gran cantidad de acuerdos y convenios de los cuales poco se conoce y discute. Incluso las características de estos países es la opacidad en sus actuaciones políticas y económicas. En todos ha habido tensiones con las empresas de la comunicación y la información, sean las de tipo tradicional como los medios de comunicación, así como las nuevas y avanzadas empresas de la comunicación tipo Google.

 

            Diferente es el tipo de relación con los socios por nuestra presencia en Mercosur, ya que de hecho se venían manteniendo crecientes relaciones comerciales y políticas antes de la incorporación a este bloque. Con todos, incluso con la economía más pequeña de los cuatro, caso de Paraguay, la balanza comercial es favorable a estos socios. Mas es lo que le importamos que lo que le vendemos. Lo cual favorece a nuestros socios.

 

            En los asuntos laborales los socios de Mercosur guardan algunas semejanzas con nuestros esquemas regulatorios y organizacionales. Caso opuesto es lo que ocurre con el grupo de países mencionados en el segundo párrafo. La situación llama la atención porque hemos colocado en manos de socios asuntos de la economía y vida política que no se conocen debidamente. Si antes teníamos la inquietud por la injerencia de los EEUU, hoy son otros poderes lo que intervienen en asuntos de la vida venezolana que generan también inquietud.

 

Antes se llamaba la “caja negra” para referirse a acuerdos que poco se sabía de ellos, claro que en algún momento se destapaba el asunto y generaba impactos. Un caso ilustrativo fue al momento de nacionalizarse la actividad petrolera en 1975. En un principio fue controversial la existencia del artículo 5º del proyecto de Ley de Nacionalización, que permite al Estado determinados tipos de asociaciones con capital internacional y privado, resulto uno de los más controvertidos en la discusión parlamentaria. Juan Pablo Pérez Alfonzo, el más conocido de los expertos petroleros venezolanos, calificó la nacionalización de “chucuta”. Pero donde hubo más beligerancia con factores críticos de la nacionalización por entenderla incompleta o pactada, fue la opacidad de ciertos procesos, que apenas un año más tarde salieron a flote, al denunciarse los llamados convenios de asistencia tecnológica. Que fueron considerados leoninos por los términos desequilibrados entre los intereses de la nación y de las antiguas empresas transnacionales.

 

Es de esperar que en algún momento se sabrá mas, como debe ser por supuesto, de los convenios y acuerdos que llevan a los nuevos socios a estar presente en las entrañas de actividades tan sensibles como defensa, comunicaciones, petróleo, empresas básicas, identificación, registros, puertos, entre otros, al tiempo que instituciones nacionales lucen en el limbo.

domingo, 10 de noviembre de 2013

REPLANTEAMIENTOS EN LA GLOBALIZACION



Sobre la Globalización se ha escrito y discutido en todo el orbe. Quizás sea el proceso que en los últimos veinte años ha generado la mayor cantidad de estudios e informes, así como conferencias y debates. Sin embargo es un tema enfocado de múltiples perspectivas. Pero una pregunta básica para su consideración es cuanta globalización existe hoy luego de varias décadas; también si la globalización de los años ochenta y primera mitad de los noventa, es la misma que estamos viendo en la última década.

    Por nuestra parte hay que destacar que Venezuela es un país muy expuesto a los impactos de la globalización por tener una economía altamente importadora de bienes de consumo y de capital, imprescindibles para su funcionamiento, al tiempo que su capacidad exportadora descansa en un solo sector, el petrolero; producto estratégico en el funcionamiento de todas las sociedades.

    Las importaciones incluyen desde bienes fundamentales en la dieta alimentaria ya sea sin casi valor agregado, hasta productos de alta sofisticación tecnológica. En tanto las exportaciones de petróleo contribuyen con su aporte al 96 % de las divisas que ingresan a la economía nacional. Las llamadas exportaciones no tradicionales que referían a todos los productos y servicios, exceptuando petróleo e hierro, han venido reduciéndose y hoy a representan tan sólo el 4%. 

    En las estrategias aparentemente novedosas para responder a la globalización, se menciona el proceso de promover y estrechar relaciones con nuevos centros de poder, todo con el propósito de crear condiciones para un mundo multipolar. En los años que corren del 2000 para acá esa ha sido política explicita de las relaciones internacionales promovidas por el gobierno. En ese orden son socios claves en las relaciones económicas promovidas en el período mencionado los siguientes países: Rusia, China, Iran, Cuba, Argentina, Brasil, Bielorrusia, Uruguay, Ecuador.  Sin embargo entre los países tradicionales en las relaciones comerciales se mantienen en posición aún importante: los EEUU, Colombia, México, Chile.  Las relaciones con los nuevos socios no podemos excluirlas de la globalización ya que se trata también de importaciones y exportaciones, es decir comercio internacional. Quizás ahora más centradas en la conducción del gobierno. Si ayer se decía que algunos negocios de empresas estatales con otros países, sea con empresas o estados era una caja negra, hoy igual cabe decir ya que los convenios que sustentan negociaciones gubernamentales con los nuevos socios que no son del conocimiento de la sociedad. 

   Con la globalización en sus inicios se señalo que ella trajo consigo un impacto desfavorable en el aparato productor local, ya que las aperturas al capital transnacional produjo efectos devastadores en la producción local.  por ello se observa que industria se ha venido achicando, y su contribución al PIB hoy alcanza un 14%, cuando llegó a representar un 20% en sus mejores momentos. Se han venido cerrando establecimientos, ya sea porque se han reconvertido en importadores, en caso de transnacionales se han mudado a otros países. Con ello muchas Pymes que fungían de suplidoras de estas empresas, también han tenido que cerrar.

     Los procesos de estatización ha dado lugar a que sectores completos hayan pasado a la administración estatal, y por lo general han disminuido su producción. Entre ellos los vemos en servicios petroleros, producción de hierro y acero, aluminio, diversas ramas alimentarias, cemento, bancos, seguros, hoteles, papel, electricidad. En estos sectores se busca incorporar como socios a los países destacados en las nuevas relaciones internacionales, sea con empresas estatales o de capital privado de estos países. 

   En la globalización un elemento importante es la movilidad de la fuerza de trabajo. Para los países centrales ello se ha expresado en la circulación a nivel global de sus ejecutivos y técnicos, quienes dirigen los procesos que demandan mayor identidad con las casa matrices de las transnacionales. En tanto para los países del tercer mundo, ha sido característico la salida de fuerza de trabajo poco calificada que sale a buscar inserción temporal o definitiva en los países de mejor situación económica. En el caso venezolano, ocurre este proceso con dos características únicas y particulares. El país es receptor de ejecutivos y técnicos, así como fuerza de trabajo de modesta calificación de los nuevos países socios, remunerados a un costo mayor que la propia fuerza de trabajo local, aunque con esquemas regulatorios distintos a los vigentes en el ámbito nacional. Por otro lado Venezuela expulsa fuerza de trabajo calificada a los países centrales y a otros vecinos, generalmente los viejos socios comerciales. Fuerza de trabajo que no cuenta con apoyos ni vínculos con las entidades nacionales venezolanas, ya que no responden a ningún convenio y más bien son percibidos como jóvenes profesionales insatisfechos con el actual estado de la situación económica y de seguridad de su propio país, lo que conlleva una desvinculación casi total con las instituciones de su propio país.

   Lo anterior muestra que la globalización en este sistema productivo y político, se orienta por lógicas un tanto diferentes a las corrientes que marcaron la globalización en sus primeras dos décadas.  Que sea mejor o peor para el país es una tarea por analizar y aclarar. 




sábado, 2 de noviembre de 2013

SE PIERDE LA CONVIVENCIA EN EL MUNDO LABORAL



Sobre Trabajo y Derechos Humanos se debatió en el II Congreso de Investigación de la Universidad de Carabobo. Muchas son las aristas que tiene un simposio con este título. De ellas abordamos la que consideramos más extrema e inquietante para el ámbito trabajo, referimos a la pérdida de la vida por la pura actividad sindical.

            Los datos que se han acumulado en víctimas de la violencia en este ámbito no guarda relación con el poco impacto que ha producido en diversos actores que tienen relación directa con el problema. Los trescientos sesenta y ochos asesinados entre dirigentes sindicales y trabajadores vinculados con actividades de estas organizaciones, en los ochos años que van desde el 2005 hasta el 2013, constituyen un problema que verdaderamente alarma el que no haya dado lugar a mayores reacciones.  Los datos provienen de entidades privadas (Provea, OVCS, Vicaría DDHH), con una alta sensibilidad y credibilidad para atender el tema de los derechos humanos. Aunque los entes públicos que les concierne el problema continúan ignorándolo. No hay registros en las Memorias del Ministerio Público, tampoco de la Defensoría del Pueblo, ni del Ministerio del Trabajo, ni de ningún otro Despacho o dependencia nacional relacionada. Si no hay registro, por supuesto mucho menos acciones. La impunidad en el país es alta, pero en estos casos es aún mayor.

En la oportunidad que le tocó al gobierno dar respuesta a este problema, con ocasión de reunión de comité especializado de la Organización Internacional del Trabajo, la respuesta gubernamental provino del Ministro de Relaciones Interiores y Justicia (al que luego se le agrego por cierto la palaba Paz): por cierto, no fue del Ministerio del Trabajo. Notable que el problema fue desestimado, más bien el representante oficial argumentó que la bonanza del sector en el construcción daba lugar a abundancia de empleos, buenos salarios y  condiciones de trabajo, y que los problemas de violencia no estaban asociados a la actividad sindical. Admitía apenas cinco casos para quienes la justicia estaba abocada.

La realidad es lamentablemente más ruda y dramática. El que haya sido minimizada por los entes estatales, nos recuerda que igual pasaba en Colombia en una primera etapa en la evolución de este problema y la búsqueda de medidas para contrarrestarlo. Las organizaciones que llevaban registros de estos casos, fueron descalificadas por voceros del gobierno de Alvaro Uribe. En este contexto La Escuela Nacional Sindical –ENS-, fue llamada “traficante de cadáveres”.. que ..”inflaba las cifras de homicidios contra sindicalistas con finalidades políticas dado que entre más muertos reporten, mayor cooperación reciben” acusaba Botero, Libardo (“El gran fraude. Violencia antisindical en Colombia? Historia de la conspiración contra el TLC”) . Hay que destacar que la ENS es una entidad que acumula una valiosa experiencia de investigación en el medio laboral,  cuenta con la colaboración internacional del sindicalismo de los EEUU, Canadá, España, Alemania, Finlandia, entre otros, lo que es decisivo en la construcción de un equipo profesional de alta calificación para emprender las investigaciones y llevar los registros necesarios para campañas tan delicadas y exigentes como las que implica disentir del poder estatal y empresarial.  Así como tener la proyección internacional para divulgar los estudios y sus conclusiones.  Sin embargo poco a poco estas organizaciones defensores de los derechos humanos y las propias entidades sindicales, fueron ganando la credibilidad nacional e internacional, y al final el gobierno reconoció una realidad inocultable, dando lugar al establecimiento de medidas que han permitido reducir el problema, aún cuando sigue existiendo violencia contra sindicalistas en alguna medida.  

En nuestro caso, ha de reconocerse que la fragmentación sindical da lugar a que las víctimas de la violencia en los medios sindicales reciben solidaridad de un determinado colectivo sólo si pertenecen a esa corriente, y hoy con tantas alternativas desenvolviéndose en los medios sindicales, las víctimas no llegan a recibir una solidaridad significativa, que se convierta en un movimiento efectivo de repudio, que haga que los entes públicos investiguen y tomen medidas efectivas que contrarresten este problema.

Igualmente hay que destacar que el grueso de la violencia que abordamos  es de naturaleza intra sindical, ya que ocurre principalmente entre facciones sindicales derivadas del extremado proceso de paralelismo sindical que se fomento desde la política oficial a partir del 2001.  Es un capítulo de la política laboral que es necesario discutirlo, evaluarlo y hacer las modificaciones que correspondan para un futuro mejor, porque ya el precio pagado en violencia es irrecuperable, en víctimas, familias destruidas, desplazadas y ambientes de trabajo en estado caótico. Ojalá no se repita en los espacios productivos, lo que ya se ve en otros espacios.. cárceles gobernadas por pranes, la calle por motorizados, barrios por pandillas. Vemos que los espacios productivos corren el riesgo de desplazarse hacia el gobierno de la violencia. El capital pierde, pero más pierde el trabajo.

El fenómeno perverso del paralelismo sindical es hijo de una política laboral que se instrumenta a través del registro sindical. Mecanismo del cual disfruta el gobierno para dar o no dar la credencial o matricula sindical. Es un poder que colide con los principios superiores de una genuina libertad sindical, que no requiere que exista tal dispositivo en manos del gobierno que coarte, interviene e intimida el libre desenvolvimiento de la libertad sindical. La experiencia de la violencia sindical extrema que hoy vivimos también es resultado de un manejo sectario y anti democrático del registro sindical.

@hl_lucena