domingo, 29 de mayo de 2011

Pueblo contra Pueblo. Trabajadores contra Trabajadores

En los primeros años de la década del sesenta el país pasó rápidamente de la euforia del 23 de Enero a la confrontación política de manera radical. El espíritu de esa fecha permitió convocar rápidamente a elecciones, desarrollar una campaña de altura, a pesar de las amenazas de militares que añoraban el pasado perezjimenista, como fue la asonada dirigida por Castro León en julio de 1958. Se realizaron las elecciones presidenciales y legislativas, y a pesar de que se carecía de una tradición electoral, atrajo una entusiasta participación electoral de más del 92%. Compárese con las elecciones de los últimos veinte años, con participación electoral que van del 55% al 65%.

La confrontación de elementos que habían tenido una participación protagónica en la lucha contra la dictadura militar, no tardó en aflorar. Es así que se produjo un cisma entre las fuerzas políticas, dando lugar a una polarización que se mantuvo presente de manera aguda por varios años, incluyendo acciones terroristas de ambos lados, así como lucha armada focalizada en algunas zonas del país.

En el marco de la situación planteada, queremos recordar un aspecto peligroso en las etapas iniciales de la confrontación. Se trata de la promoción de lo que llamaríamos enfrentar a pueblo contra pueblo.

Justamente en los primeros años de la década del sesenta, 1960-1961, recordando a Barquisimeto, el Liceo “Lisandro Alvarado” era el epicentro de la protesta estudiantil, incluso un poco más allá de este sector, por vinculaciones existentes con líderes de otras esferas sociales. En dicho liceo convergían estudiantes de todo el estado Lara, era el único liceo público en todo el estado, además se incorporaban estudiantes provenientes de estados vecinos, Portuguesa y Yaracuy.

Lo que interesa destacar en este artículo es el hecho de que la protesta estudiantil lisandrista, la combatió el gobierno regional apelando a la estrategia de enfrentar pueblo contra pueblo. Para entonces el gobernador del Estado Lara, era Eligio Anzola Anzola, un dirigente acciondemocratista que había tenido participación relevante en su partido desde su misma fundación, y funcionaba como en todo el país, la alianza gubernamental con Copei.

Pues bien, la sede del “Lisandro Alvarado” era asediada por vehículos pertenecientes al Ministerio de Obras Públicas –MOP-. Se trataba de obreros y militantes del partido oficial que obstaculizaban las protestas que tenían como punto de partida el liceo, e incluso los militantes armados disparaban a los estudiantes. Las victimas no tenían adonde ir a plantear estos abusos, y los agresores gozaban de impunidad.

Después se multiplicaron las confrontaciones y radicalizaciones que ya nadie pudo detener. Al final de la década el balance mostraba un listado de víctimas, quizás minimizado por que la mayor parte de ellas eran obviamente del lado de los perdedores.

Hoy, cincuenta años más tarde, volvemos a observar la estrategia de promover la confrontación pueblo contra pueblo, y concretamente trabajadores contra trabajadores. Es por lo que vale la pena recordar aquel capítulo, ya que no sirvió para el avance de la sociedad ni para el bienestar del pueblo. Más bien, éste puso las victimas – sean muertos y heridos- así como a los agresores visibles, dejando traumas que pervivieron por años. Enfrentar consejos comunales con sindicatos, así como grupos de un sector productivo contra otros grupos laborales, es enfrentar pueblo contra pueblo y trabajadores contra trabajadores ¿A quién beneficia esta estrategia?


domingo, 22 de mayo de 2011

LO COTIDIANO EN EL MUNDO DEL TRABAJO

En el mundo del trabajo los problemas y asuntos que le son propios ofrecen distintos tipos de atención pública. Un tema cuya relevancia es prioritaria para el ciudadano es el del empleo. Todo el mundo aspira tener un ingreso a partir de una actividad productiva determinada. Estar haciendo algo legitimo. Lo deseable es tener un empleo protegido, estable y con oportunidades de progresar. Hay quienes aspiran esto mismo por la vía de un emprendimiento. Quienes vienen de una familia que ya ha empezado este esfuerzo, se consiguen el camino adelantado.

El conjunto de las actividades productivas que se ejecutan día a día en una determinada sociedad, responden también a la necesidad de proveer de los bienes y servicios que ella requiere. Así que el trabajo ofrece una doble solución, su ejecución brinda oportunidades a la gente para tener una actividad que le provee de ingresos, y por otra parte el producto del trabajo ofrece a la sociedad lo que ella necesita para su funcionamiento.

A la gente además de proveerle de ingresos, el trabajo tiene muchos otros significados, “No sólo de pan vive el hombre”. Pero indudablemente la cosa empieza por el ingreso para subsistir. Asegurar la subsistencia es la razón más antigua que induce al individuo a trabajar. Después viene lo demás, que la afirmación personal, la autoestima, la identidad, el reconocimiento, que el compromiso social y ético, la responsabilidad pública. En la sociedad moderna, todos estos significados adquieren una enorme importancia para el funcionamiento social. De lo anterior se deriva que la carencia de trabajo trae consigo complejas implicaciones, que van más allá del sólo hecho de no tener los elementos para la sustentación material.

Pero el mundo del trabajo es objeto de la atención ciudadana por lo que se transmite de él. Así que la atención mediática la captan fenómenos extraordinarios del mundo del trabajo. Lo cotidiano no es noticioso. El acto de producir y convivir en los ambientes productivos, para que funcione establemente y progrese el individuo, la familia, las instituciones vinculadas con el trabajo – empresas, sindicatos y entes públicos relacionados-, y la sociedad en su conjunto, no es noticia.

Lo dominante en lo noticioso, lo que capta la atención pública es aquello que más bien se opone a lo planteado en el párrafo anterior. Temas como la violencia sindical y laboral en general, que registra ya cientos de personas asesinadas, todo vinculado con asuntos sindicales; las frecuentes protestas, llegando a niveles de acciones temerarias y extremas, a tal punto que las huelgas de hambre se han tornado en hechos ordinarios; la criminalización de la protesta laboral, que igualmente se traduce en cientos de personas incriminadas; las paralizaciones y ocupaciones de centros productivos cuya frecuencia desbordante, ya ni siquiera registran las autoridades responsables de hacerlo. Este tipo de fenómeno es que el llama la atención.

Toda esta reflexión viene a propósito de la conveniencia de dirigir la mirada hacia el ámbito productivo, apuntando al funcionamiento organizacional, la creación e innovación y la disciplina que demanda. Es de ahí de donde se deriva un producto o un servicio para satisfacer necesidades sociales, finalmente una riqueza que ha de repartirse entre los que contribuyen a crearla. Este es el camino que contrarresta la creciente violencia que vive el ambiente laboral.

lunes, 16 de mayo de 2011

Consejos obreros ¿Qué sustituye y qué aporta?

Recién se nos formulaba la pregunta ¿Considera la instauración del control obrero como un cambio necesario? El debate en Venezuela sobre esta institución no ha sido suficiente. Por ello tiene plena vigencia prestarle detenida atención.

Distinguir entre una conquista laboral alcanzada a partir de las acciones del movimiento de los trabajadores y una concesión recibida de los otros actores laborales, sean las Empresas o el Estado, es un problema fundamental. Las primeras son la resultante de un proceso genuino de acciones que implican en primer lugar la comprensión de la meta o asunto a alcanzar. En cambio las segundas -las concesiones-, de entrada plantean interrogantes básicas, ¿qué hay detrás de esto?

Cuando se le entregan concesiones al movimiento de los trabajadores, sea desde el Estado o desde el Patronato, que no responden a un esfuerzo propio del movimiento de los trabajadores, se impone un análisis detenido; necesario entender el propósito que persiguen. Tener presente, que existe heterogeneidad en el desarrollo de los diversos sectores laborales, lo que en un sector puede ser una conquista, un avance, en otro puede no serlo.

Por ejemplo, la implantación de los directores laborales en 1966. En el fondo se observaba que tendía al fomento del burocratismo y de premio a las lealtades a las cúpulas sindicales y políticas partidistas, ya que los directores laborales en una primera etapa eran escogidos por el dedo burocrático de la partidocracia, y no por las bases laborales. De todos modos, una concesión puede ser transformada y ponerla al servicio del movimiento de los trabajadores. Como ocurrió posteriormente, cuando se reivindicó que los directores laborales fueran electos democráticamente por la fuerza laboral de la institución en donde ejercerían sus funciones.

Es conveniente un análisis de la muy breve experiencia del control obrero, propuesta apenas a mediados del pasado año por el Patronato, al igual como se promovieron experiencias identificadas como Cogestión, Autogestión y Cooperativización en varias empresas públicas, luego se dejaron de lado y se pasa a otros esquemas productivos y organizacionales, sin detenerse a un mínimo esfuerzo de evaluación.

¿Quiénes en los niveles más elevados son responsables de haberlas promovido y bajo cuales supuestos? que se le diga a quienes se sumaron o fueron adheridos, u obligados, y a la sociedad en general, se trata de bienes públicos, ¿Por qué estas experiencias no fueron continuadas y fracasaron, o qué dejaron de bueno? ¿Cuánto se ha perdido en recursos humanos, tiempo, financieros y frustraciones? ¿Qué es lo que debe hacerse para no repetir errores?

Importa también plantearse por qué este esquema sólo se promueve en las empresas básicas de Guayana. Tendrá que ver con las características de la militancia obrera de la zona, o con el estado crítico de las empresas, y se trata de una última tabla de salvamento que compromete al liderazgo sindical, en condiciones incluso más desventajosas que las tenidas por administradores previos que no pudieron evitar el deterioro de las mismas. Por tanto al hacer la lista de los ensayos aplicados y fracasados, se agregará el del control obrero, al lado de las gerencias tecnocráticas, burocráticas partidistas, o cualquier otra involucrada en la gestión de los últimos años.

No debiera hablarse de control obrero sin un mínimo de control social. Cierto que existen instituciones como la Contraloría General de la República, pero parece que este ámbito no existe para ella. Por otro lado instituciones como las organizaciones -consejos- comunales, tienen prioridades en la vida de la comunidad misma, en sus carencias y problemas. No están dotados de los elementos para incursionar en algún tipo de control en los ámbitos productivos y en los problemas propios de éstos.

En cuanto a las posturas sindicales, hay que tener presente que una de las características de la política laboral en los últimos años, ha sido la puesta en práctica de mecanismos que fragmentan a los colectivos laborales. El surgimiento de nuevas propuestas de representación, que hacen vida en los mismos espacios productivos en donde desde décadas existen los sindicatos, indudablemente crea y fomenta problemas como roces institucionales. No es descartable que a la larga, sindicatos y las nuevas formas de representación logren una suerte de refuerzos mutuos, pero la interferencia de elementos externos a ambos, no lo hace fácil.

La autonomía de las organizaciones sindicales, siempre está en riesgo; sea por aspiraciones patronales de restarle influencia entre los trabajadores, o por aspiraciones gubernamentales de ponerlas acríticamente al servicio de su proyecto. Por supuesto hay espacio para que las organizaciones sindicales a partir de sus propios proyectos coincidan y apoyen propuestas políticas, que se promueven desde el Estado. Pero se trata de un sindicalismo que acompañe el accionar reivindicativo con la acción sociopolítica. Esto demanda estudios y debates. No es espontáneo que la formación sociopolítica florezca. No es lo dominante en nuestro caso. Sin embargo, hay algunos momentos y experiencias que son rescatables en ese sentido.

TRABAJADORES CIUDADANOS

Nuevamente y por quinto año consecutivo la Fundación Universitas convoca a un congreso internacional de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social en la Isla de Margarita. Más de quinientas personas desde distintos rincones de la geografía nacional, interesadas en estos temas respondieron a la convocatoria.

Los jóvenes organizadores directivos de Universitas han tenido éxito en esta iniciativa. Un esfuerzo eminentemente privado, sin el patrocinio estatal, al cual adhieren algunas instituciones académicas, más bien prestando sus logos para figurar en el material impreso.

El programa abordado lo dominan los temas del Derecho del Trabajo, y más bien la Seguridad Social aparece como un acompañante de bajo perfil.

En los temas del Derecho del Trabajo se destacan aquellos que son del interés para la práctica judicial; es decir para la relación de los profesionales de este campo con las instituciones de la administración de justicia. Obviamente atendiendo el interés de sus representados, sean empresas o trabajadores.

La vedette temática del evento fue a nuestro parecer los llamados derechos fundamentales laborales acompañado de los derechos inespecíficos laborales. Es una discusión fresca y motivadora que alienta a tener muy en cuenta que el trabajador en los centros productivos es antes que nada un ciudadano, un ser humano, que integra en su persona los derechos alcanzados por su condición de ciudadano, con los que en el centro productivo emergen por su condición de trabajador asalariado dependiente.

Que al tiempo que se reclama por ejemplo un salario justo o una libertad sindical para el desenvolvimiento de su organización que lo representa, también es un ciudadano que es portador de un derecho a expresar libremente su pensamiento, a no ser discriminado por razones de su pensamiento o ideas políticas, religiosas o por el color de su piel.

El énfasis de este tema descansa en prestar atención al individuo. Interesante el asunto, en tiempos que se pretende subsumirlo en categorías colectivizadoras, que si bien se acompañan de la oferta de una sociedad superior en reconocimientos y en bienestar, mientras tanto el individuo es ahogado por la carrera que ha de llevarlo a la meta superior.

En esta carrera por una sociedad superior se corre el riesgo de sacrificar a los individuos. Que la meta superior es más importante que ellos, ya que a la larga la igualdad y la equidad que se buscan, al lograrlas compensarán con creces el haber rendido lo individual a lo colectivo. Es una vieja discusión que va y viene.

En los ámbitos productivos parecería estar la clave de la construcción de la sociedad. Se ha considerado desde determinados enfoques que el trabajo es lo esencial en la vida humana. Pero con la traída al debate de los llamados derechos inespecíficos laborales, y colocarlos frente a frente con los derechos laborales que en esta particular reflexión llamaríamos tradicionales, y que determinan que el operario u obrero de producción, o la oficinista del área administrativa porta en su persona, la condición de ciudadano, de vecino, de miembro de una organización política, religiosa, educativa, o una organización no gubernamental veladora de los derechos humanos, todo ello da lugar a que el trabajo y las otras instancias de vida y participación de la gente se integran y confunden.

El patronato autoritario, vertical, unilateral, desconsiderado e indiferente al avance social de los ciudadanos trabajadores tendrá más dificultades, que aquel que concilia y reconoce en la relación con la fuerza de trabajo que comparte con él el quehacer productivo, la clave del progreso de ambos.

Luce como que esa integración apunta al progreso y una mejor convivencia tanto en el mundo del trabajo y de la vida en general. Veremos si los patronos públicos y privados, respetan el desarrollo humano y social ya alcanzado en los textos constitucionales y legales.

domingo, 8 de mayo de 2011

TENDENCIA SOCIAL / LA VIGENCIA DEL MOVIMIENTO LABORAL

El siguiente texto recoge planteamientos del autor formulados a periodista Yolanda Ojeda, y publicado en EL MUNDO ECONOMÍA&NEGOCIOS // LUNES 2 DE MAYO DE 2011 , pag 4 y 5.

Los sindicatos pueden tener sus bajas pero nunca desaparecen

Los sindicatos persisten a lo largo del tiempo, “son como las empresas, no desaparecen y siempre existirán”. Aunque estén debilitados, renacen de sus cenizas como elAve Fénix.
En este contexto dijo que en la etapa de los gobiernos autoritarios del Cono Sur, los sindicatos se vinieron a menos, “pero luego en el renacer democrático se revitalizaron”.

En su opinión la importancia de los sindicatos radica en los beneficios extendidos a sus afiliados y a la sociedad en su conjunto.
Para una empresa pequeña su importancia no es notable, porque permite al dueño tener una relación personal “cara a cara” con cada uno de los trabajadores.
En cambio, en lamedida que sea una organización que agrupe a varias decenas de personas, el sindicato se constituye en un factor que facilita el intercambio y la convivencia.

Como toda organización colectiva, corre el riesgo de que su conducción sea influida por intereses diferentes a los de sus afiliados.

Se puede dar el caso que se confunden los intereses del patrono con los del sindicato y de sus afiliados.
“Ciertamente hay solapamiento en el interés de mantener la fuentede trabajo estable y económicamente
saludable, de ello depende
el interés del empresario en recibir rentas y capitalizar su negocio, y para los trabajadores contar estabilidad en el empleo, percibir una remuneración y mejorar sus reivindicaciones para
elevar su calidad de vida. Pero lo anterior no significa que no existan intereses contradictorios. Los hay y no son menores”.

El precio de la fuerza de trabajo es uno de ellos. La aspiración empresarial en controlar los costos, es otro tema de controversia; ya que quién dirige tiene la tentación de reducirlos más.

La organización sindical democrática y participativa, ques ea genuinamente representante de la fuerza de trabajo es la reserva y defensa primaria con que cuentan los trabajadores.

En ese contexto un partido político puede ser un aliado importante, pero no hay que perder de vista que sus intereses son más diversos y pueden discrepar con los de los trabajadores, dijo.

-¿Qué sucede cuando surgen organizaciones paralelas como ocurrió en Venezuela?

Al sindicalismo se le señala críticamente su falta de unidad y dispersión. Conviene mirar hacia atrás para entenderlo. La estructura sindical con la cual nació el movimiento sindical venezolano, la establecida en la Leydel Trabajode1936, impuso un modelo que fragmentaba y atomizaba a los sindicatos.

Se puede señalar que fue una concesión,pero con el costo enorme de sus consecuencias.

También el procedimiento establecido para la constitución y registro de un sindicato fue altamente
intervencionista, dándole al gobierno suprapoderes en la concesión del registro. Dos plomos
en las alas de un incipiente movimiento.

Con el devenir del tiempo estas dos negativas características se consolidaron, y se acompañaron
de otros fenómenos, destacándose la partidización subordinadora del movimiento; y con ello la subordinación a los estamentos que estén en un momento dado controlando el Gobierno.

Es verdad que el movimiento sindical no puede estar ajeno a las construcciones y proposiciones,
de losmodelos de desarrollos políticos y económicos hacia donde ha de dirigirse la sociedad. Pero, sobre todo, ha de tener identidad y propuestas propias.
Cree que el asambleísmo puro en las relaciones laborales genera frustraciones y anarquía

Para Lucena algunos esfuerzos en momentos de ascenso ymovilizaciones, como en 1958-1959, y luego en el año 1980, permitieron al menos abrir un debate desde las bases que reconocieron la importancia de superar el modelo sindical dominante, como es de empresa.

De paso, este es elmodelo que ha promovido el neoliberalismo, ya que es más frágil y de menor
capacidad de acción. Es importante un alerta, ya que un aglutinamiento sindical impuesto, como una concesión estatal, puede resultar tan perverso como la misma fragmentación de hoy. Este es un fenómeno
que ha de nacer del propio movimiento.

-¿Considera la instauracióndel control obrero como un cambio necesario? Cuál es el
rol de estos contralores, dentro de las empresas?

Distinguir entre una conquista laboral alcanzada a partir de las acciones del movimiento de los trabajadores y una concesión recibida de los otros actores laborales, sean las Empresas o el Estado, es un problema
fundamental.

Las primeras son la resultante de un proceso genuino de acciones que implican en primer lugar la comprensión de lameta o asunto a alcanzar. En cambio las segundas –las concesiones-, de entrada
plantean interrogantes básicas ¿que hay detrás de esto? Este preámbulo es clave para las preguntas formuladas.

Esfuerzo propio “Se impone un análisis detenido para entender el mundo sindical” Cuando se le entregan concesiones al movimiento de los trabajadores, sea desde el Estado o desde el Patronato, que no responden
a un esfuerzo propio del movimiento de los trabajadores, se impone un análisis detenido; hay la necesidad de entender el propósito que persiguen.

Tambiénhayquetener presente, que hay heterogeneidad en el desarrollo de los diversos sectores
laborales, lo que en un sector puede ser una conquista, un avance, en otro puede no serlo.

Por ejemplo, con la implantación de los Directores Laborales en 1966 en el fondo se observaba
que tendía al fomento del burocratismo y de premio a las lealtades a las cúpulas sindicales y políticas
partidistas, ya que en una primera etapa eran escogidos por el dedo burocrático de la partidocracia,
y no por las bases laborales. De todos modos, una concesión puede ser transformada y puesta al servicio del movimiento de los trabajadores.

Como ocurrió posteriormente, cuando se reivindicó que los Directores Laborales fueran electos
democráticamente por la fuerza laboral de la institución en donde ejercerían sus funciones.

-¿Cómo encaja ahí la propuesta del control obrero?

Es conveniente un análisis de la muy breve experiencia del control obrero, propuesta apenas a mediados
del pasado año, pero así como se promovieron experiencias identificadas como Cogestión, Autogestión y Cooperativización en varias empresas públicas, luego se dejaron de lado y se pasa a otros esquemas productivos y organizacionales, sin detenerse aun mínimo esfuerzo de evaluación.
¿Quiénes en los niveles más elevados son responsables de haberlas promovido y bajo cuáles supuestos?
Que se le diga aquienes se sumaron o fueron adheridos, u obligados, y a la sociedad en general,al fin se trata de bienes públicos, porque estas experiencias no fueron continuadas, fracasaron. ¿Qué dejaron de bueno, cuánto se ha perdido en recursos humanos, financieros tiempo, y frustraciones. ¿Qué es lo que debe hacerse
para no repetir errores?

No debería hablarse de control obrero sin un mínimo de control social. Cierto que existen instituciones como la Contraloría General de la República, pero parece que este ámbito no existe para ella. Por otro lado, instituciones como las organizaciones comunales, tienen prioridades en la vida de la comunidad misma,
en sus carencias y problemas. No están dotados de los elementos para incursionar en algún tipo de control
en los ámbitos productivos y en los problemas propios de éstos.

-¿En Venezuela ha habido un esfuerzo de fragmentación?

En cuanto a las posturas sindicales, hay que tener presente que una de las características de la política
laboral en los últimos años, ha sido la puesta en práctica de mecanismos que fragmentan a los colectivos laborales.

El surgimiento de nuevas propuestas de representación, que hacen vida en los mismos espacios
productivos en donde desde décadas existen los sindicatos, indudablemente crea y fomenta problemas como roces institucionales.

No es descartable que a la larga sindicatos y las nuevas formas de representación logren una suerte
de refuerzos mutuos, pero la interferencia de elementos externos a ambos, no lo hace fácil.

La autonomía de las organizaciones sindicales, siempre está en riesgo; sea por aspiraciones patronales de restarle influencia entre los trabajadores, o por aspiraciones gubernamentales de ponerlas
acríticamente al servicio de su proyecto.

Por supuesto, hay espacio para que las organizaciones sindicales a partir de sus propios proyectos
coincidan y apoyen propuestas políticas, que se promueven desde el Estado.

Pero se trata de un sindicalismo que acompañe el accionar reivindicativo con la acción socio política.
Estodemandaestudios y debates. No es espontáneo que la formación socio política florezca. No
es lo dominante en nuestro caso. Sin embargo,hay algunos momentos y experiencias que son rescatables
en ese sentido.

Siempre nacen “Los sindicatos siempre tendrán un papel que jugar”

-¿Dirigentes sindicales afirman que el surgimiento de nuevas organizaciones podría
contribuir a la desaparición de los sindicatos?

Los sindicatos cíclicamente han tenido sus bajas y altas, pero persisten a lo largo del tiempo, es
igual que las empresas, no desaparecen siempre existirán. Pueden desaparecer unas, pero nacen
otras. Así pasa con los sindicatos.

Por otro lado,en cuanto a los ciclos políticos también se observan declinación y auges.

En la etapa de gobiernos autoritarios del Cono Sur, los sindicatos no podían operar plenamente
en los espacios restringidos existentes, pero luego en el renacer democrático, al cual los sindicatos
contribuyeron decisivamente, ahora se han revitalizado, y juegan un papel determinante en
la construcción institucional democrática. En Mercosur son actores que hacen sentir sus posiciones y aspiraciones.





lunes, 2 de mayo de 2011

¿Qué sucede cuando surgen organizaciones sindicales paralelas? ¿Qué mejoras traen consigo estas organizaciones paralelas?

Al sindicalismo se le señala críticamente su falta de unidad y dispersión. Conviene mirar hacia atrás para entenderlo.

La estructura sindical con la cual nació el movimiento sindical venezolano, la establecida en la Ley del Trabajo de 1936, impuso un modelo que fragmentaba y atomizaba a los sindicatos. Se puede señalar que fue una concesión, pero con el costo enorme de sus consecuencias. También el procedimiento establecido para la constitución y registro de un sindicato fue altamente intervencionista, dándole al gobierno suprapoderes en la concesión del registro. Dos plomos en las alas de un incipiente movimiento.

Con el devenir del tiempo estas dos negativas características se consolidaron, y se acompañaron de otros fenómenos, destacándose la partidización subordinadora del movimiento; y con ello la subordinación a los estamentos que estén en un momento dado controlando el Gobierno. Es verdad que el movimiento sindical no puede estar ajeno a las construcciones y proposiciones, de los modelos de desarrollos políticos y económicos hacia donde ha de dirigirse la sociedad. Pero ha de tener identidad y propuestas propias.

El tema de la estructura en los setenta y cinco años que van de 1936 al presente, no ha sido posible dar el salto a una estructura sindical de ramas productivas. Algunos esfuerzos en momentos de ascenso y movilizaciones, como en 1958-59, y luego en el año 1980, permitieron al menos abrir un debate desde las bases que reconocieron la importancia de superar el modelo sindical dominante, como es de empresa. De paso, este es el modelo que ha promovido el neoliberalismo, ya que es más frágil y de menor capacidad de acción. Es importante un alerta, ya que un aglutinamiento sindical impuesto, como una concesión estatal, puede resultar tan perverso como la misma fragmentación de hoy. Este es un fenómeno que ha de nacer del propio movimiento.

Importancia de los sindicatos para las empresas

La importancia de los sindicatos es en primer término para sus afiliados, es decir los trabajadores, y por extensión a sus familiares. Luego se podrá considerar la importancia para la empresa y la sociedad en general.

Para la empresa, en tanto sea de pequeño tamaño la importancia del sindicato no es notable. Además una pequeña unidad productiva, permite al dueño tener una relación personal “cara a cara” con cada uno de los trabajadores. En cambio, en la medida que sea una organización que agrupe a varias decenas de personas, a cientos y a miles, la representación de los trabajadores por una organización propia y auténtica de ellos, se constituye en un factor que facilita el intercambio y la convivencia

La efectividad del papel de los sindicatos para sus representados, está en concordancia con el nivel de participación democrática que esta organización practique. Como toda organización colectiva, corre el riesgo de que su conducción sea influida por intereses diferentes a los de sus afiliados, como pueden aquellos que confunden los intereses del patrono con los del sindicato y de sus afiliados. Ciertamente hay solapamiento en el interés de mantener la fuente de trabajo estable y económicamente saludable, de ello depende el interés del empresario en recibir rentas y capitalizar su negocio, y para los trabajadores contar estabilidad en el empleo, percibir una remuneración y mejorar sus reivindicaciones para elevar su calidad de vida. Pero lo anterior no significa que no existan intereses contradictorios. Los hay y no son menores.

El precio de la fuerza de trabajo es uno de ellos. La aspiración empresarial en controlar los costos, es otro tema de controversia; ya que quién dirige tiene la tentación de reducirlos más por lo que tiene que ver con los trabajadores, que aquello que tiene que ver con los propietarios. La organización sindical democrática y participativa, que sea genuinamente representante de la fuerza de trabajo es la reserva y defensa primaria con que cuentan los trabajadores. Un partido político puede ser un aliado importante, pero no hay que perder de vista que sus intereses son más diversos, pueden discrepar con los de los trabajadores.

domingo, 1 de mayo de 2011

SALARIOS MINIMOS E INVOLUCION INSTITUCIONAL


La manera como se ha venido determinando el salario mínimo y las políticas de remuneraciones en el funcionamiento laboral venezolano, muestran signos de retroceso institucional.

En Venezuela no existió un salario mínimo legal nacional sino hasta 1975. Por supuesto que con la estabilidad en los precios que caracterizó a la economía venezolana de las décadas precedentes, no se demandaba esta institución. La economía petrolera que se hace dominante en los años veinte, brindó una moneda fuerte y una estabilidad económica que desde entonces hasta mediados de los años setenta fuimos la economía más estable de América Latina. A lo sumo en algunos convenios colectivos se incorporó el salario mínimo.

El que se estableciera el salario mínimo por decreto presidencial, como ocurrió en su inicio -1975-, se interpretó como un avance, ya que en este año por primera vez se alcanzo una inflación de dos dígitos, un 11%. Cabe destacar que la media de los salarios equivalía a una y media más que el salario mínimo. Es decir lo superaba en un 150% por ciento. Muy diferente a la actual situación donde el salario mínimo y la media de los salarios reales no es muy diferente, y que un 60% por ciento de la población trabajadora devenga el mínimo.

En los años sucesivos el salario mínimo se hace parte de la agenda laboral nacional. Ya no regresamos más a la inflación de un dígito. Se destaca que el salario mínimo no se revisaba anualmente, quedaba un tanto a la voluntad y sensibilidad del Poder Ejecutivo, ya que los sectores de trabajadores más organizados que podían ejercer mayores presiones, negociaban sus salarios mínimos en los convenios colectivos, y estaban sustancialmente por encima del mínimo nacional.

A mediados de los años ochenta, rasgos neocorporativos en el comportamiento laboral venezolano fueron dando lugar a negociaciones con participación sindical y empresarial en la definición del salario mínimo. En una primera instancia los actores laborales, concretamente CTV y Fedecamaras, negociaban y luego presentaban sus acuerdos al Poder Ejecutivo. Problemas de representatividad ya se advertían muy especialmente en el lado de los trabajadores. Especialmente porque el modelo organizacional sindical predominante en nuestro país, era el de empresas, y por tanto privilegió y facilitó la organización de los trabajadores en aquellas de gran y mediano tamaño, dejando de lado sin organización a los de las pequeñas y a una gran cantidad de microempresas y trabajadores independientes, donde se congregaba la mayor cantidad de la población trabajadora.

Evidencia de lo indicado en el párrafo anterior, se deja ver que al ocurrir los acontecimientos del 27 y 28 de Febrero de 1989 (“caracazo” o “sacudón”), se estaba justamente negociando el salario mínimo, con las tradicionales tácticas de pedir mucho de un lado y ofrecer poco del otro, todo con poco sustento técnico, simplemente una relación de fuerza e influencias, pero ante el desarrollo de los acontecimientos callejeros, que se seguían minuto a minuto por la televisión, rápidamente uno de los voceros de estas negociaciones, Cesar Olarte, para entonces Secretario General de la CTV, anunció que habían llegado a un acuerdo, de llevar el salario mínimo a nueve bolívares diarios.

Con la entrada en vigencia de la nueva Ley Orgánica del Trabajo -1990-, se incorporan formalmente los mecanismos de negociación tripartita y las consultas a órganos especializados como el BCV y el Consejo de Economía Nacional, en la determinación preliminar del salario mínimo, y su presentación al Poder Ejecutivo. Realmente este mecanismo fue un avance en la definición del salario mínimo y el funcionamiento laboral. Cuestionamientos a los órganos que ejercían la representación del trabajo y del capital, significaba un problema más bien de las fuerzas que en su seno se imponían o se subordinaban.

Paso siguiente, el Poder Ejecutivo recibía el resultado de las negociaciones, en las cuales también expresaba sus posiciones, luego era portador de su presentación ante la instancia parlamentaria. Aquí lo analizaban y el Congreso tenía la potestad de rechazar, regresarlo o modificar. Toda esta arquitectura institucional es de creación colectiva, nadie tiene los elementos para atribuirse el patrimonio de su construcción.

Mientras tanto las negociaciones colectivas seguían atendiendo a los sectores más organizados del mundo de la producción y de los servicios públicos, y con ello los diferenciales salariales se mantenían, ya que se revisaban los salarios por encima del mínimo.

Viendo el modus operandi en las definiciones salariales de los últimos años, ha habido una involución. Por un lado el salario mínimo refiere a un elevado porcentaje de la población laboral, cuando más bien ha de ser un monto para el ingreso al trabajo y sólo para categorías sin experiencia ni mayor calificación; en segundo lugar, se observa un achatamiento de las escalas salariales, por el rezago y los obstáculos impuestos al desarrollo de las negociaciones colectivas; y finalmente porque se ha sustituido el dialogo y la participación de los actores laborales por la hegemonía presidencial, que además impone su criterio a los otros poderes .