sábado, 30 de octubre de 2010

LA ORGANIZACIÓN DE LOS TRABAJADORES: AVANCES, ESTANCAMIENTO Y RETROCESOS

La relación capital y trabajo tiene de origen un carácter asimétrico. El primero contrata al segundo y le impone las condiciones que han de seguirse para los actos productivos. Este inicio ha sido históricamente modificado por tres grandes acciones: la organización colectiva de los trabajadores, las políticas públicas estatales y el reconocimiento del propio capital de la necesidad del aporte del trabajo para la consecución de los fines productivos. Estas serían las principales fuerzas que han determinado la construcción del tejido regulador, que tiene las relaciones necesarias para los hechos productivos. A estos factores se agregan complementariamente otras fuerzas que participan en la vida social y política de las sociedades, como las académicas, religiosas, y entidades de la sociedad civil en general.

El objeto de este artículo es el análisis de la evolución histórica que ha llevado al cierre de la asimetría de origen de esta relación, pero centrándose en la construcción del actor organización de los trabajadores. Se resalta que su construcción es un proceso constante, que no se trata que su construcción ocurriera en determinado período histórico, y el capítulo ya está cerrado y terminado. Hay que tener presente que las fuerzas del capital y del poder político están en constante búsqueda de métodos para su reproducción y acumulación en el primero, y la continuidad y el control social en el segundo. Ante estas avasallantes fuerzas el trabajo reacciona, con la construcción, fortalecimiento y accionar del movimiento de los trabajadores.

Destacar que la organización de los trabajadores es un proceso constante y de permanente desarrollo, no niega que en determinadas etapas históricas se dan avances importantes que permiten el alcance de conquistas que acrecentan su patrimonio, y se constituyen en aportes para las generaciones futuras. Como también se observa períodos de estancamiento y debilitamiento. El fortalecimiento del capital y/o del estado, no necesariamente se corresponden con el fortalecimiento del movimiento de los trabajadores.

También es destacable el hecho de que aquellos sectores que tienen una importancia estratégica en el funcionamiento de las sociedades, por producir bienes y servicios esenciales, ofrecen mayores posibilidades para la organización y fortalecimiento de los trabajadores, en el entendido que las fuerzas del capital y las de estado estarán igualmente conscientes de este hecho.

El carácter de proceso que se observa en la construcción de la organización de los trabajadores toma en cuenta, la constante incorporación de los jóvenes a la edad productiva, las migraciones en la búsqueda de oportunidades, la adopción de esquemas organizativos de la producción y del trabajo que sustituyen formas tradicionales, basadas en las pequeñas unidades productivas para dar paso a organizaciones de mayor escala, con mayores inversiones de capital que impactan la forma de incorporación y uso del trabajo en la producción.

Ante los fenómenos enunciados se observan las propuestas ideológicas, que intentan explicar y razonar opciones de liberación y desarrollo, y que acompañan la construcción del movimiento de los trabajadores. Algunas propuestas tuvieron su impacto en determinadas etapas históricas, como es el caso del anarquismo, del anarco sindicalismo, del socialismo utópico, del comunismo. Pero modernamente los trabajadores conviven con dos modelos de organización social política y económica, se trata del capitalismo y del socialismo. Pero uno y otro tienen manifestaciones muy diversas. Hay diversos capitalismos como hay diversos socialismos. En estado puro no encontraremos ni a uno ni a otro. ¿Que predomina entonces? Predominan las hibridaciones, es decir las combinaciones. Hay que estudiar y analizar a uno y al otro. La organización de los trabajadores es inherente al desarrollo de una y otra opción, lo importante es alcanzar un desarrollo propio de sus organizaciones, con posiciones autónomas ante las opciones en discusión y en juego. Es un desafío enorme en tiempos de pronunciada fragmentación del movimiento, que han venido dificultando sus avances.

sábado, 23 de octubre de 2010

Producción, Distribución y Redistribución

Las Relaciones de Trabajo están inmersas en los tres grandes ciclos de la vida económica y social de un país, como son Producción, Distribución y Redistribución. Esta fundamental reflexión es oportuna en los tiempos de transición que vivimos.

En el primer ciclo –Producción-, la relación directa en los espacios productivos de Capital y Trabajo es determinante para los actos productivos, influyendo en su cantidad y calidad. La convivencia implica una permanente necesidad de acuerdos en el desarrollo de la cotidianidad productiva, necesario para cumplir los fines de la organización, además de mantener la fuente de empleo que importa al colectivo trabajo. Pero no debe olvidarse que al lado de los fines comunes, existen los objetivos e intereses propios de cada uno –Capital y Trabajo-. Por tanto habrá los intereses convergentes y los divergentes; y bajo esas premisas se mantiene y funciona la relación que provee a la sociedad de los bienes y servicios necesarios. Los índices de evaluación de este ciclo, se refiere a la cantidad y calidad de productos y servicios, los costos y el consecuente retorno por las ventas. Todos los involucrados deben conocerlos, de no ser así, es una carencia elemental que lesiona principios elementales de esta relación.

Acompañando el ciclo anterior, se tiene el de la Distribución a la cual aspiran los dos factores centrales del proceso productivo. El Capital aspira su propia remuneración, convertida en rentabilidad y/o acumulación. En tanto el Trabajo, demanda su remuneración en salarios directos e indirectos, y garantías de empleo. En las medianas y grandes empresas se agrega con características propias un tercer segmento, el de los gestores ubicados en la alta jerarquía, que al no ser propietarios no acceden a la rentabilidad ni a la acumulación del capital, pero tampoco son satisfechos por los beneficios colectivos alcanzados por el Trabajo. Los índices mencionados en el ciclo Productivo, orientan el desenvolvimiento de la Distribución. En el plano nacional la distribución capital y trabajo, históricamente se ha inclinado ampliamente al capital. Vale señalar que esta distribución tuvo sus mejores momentos en las décadas de los cincuenta y sesenta, y que posteriormente se inclinó más ampliamente a beneficiar al capital, situación que no se ha revertido desde entonces.

En el específico plano de las empresas, la Distribución encuentra un polémico caso emblemático, como es el reclamo del 15% de participación en los beneficios para compensar el aporte del Trabajo en este ciclo Distributivo, conquista alcanzada en el marco de las Relaciones de Trabajo y extendida como regulación general, y que encuentra resistencias por parte de entidades estatales. El problema se vincula que con el carácter de un Estado regulador y patrono al mismo tiempo, se confunden sus roles, colocando a los trabajadores en situación más desventajosa para el funcionamiento del proceso Distributivo.

Finalmente, el ciclo Redistributivo, que coloca al Estado y particularmente al Ejecutivo en posición protagónica. Tiene que ver con varios elementos, entre los cuales destacan: la tributación que producen las organizaciones productivas, los trabajadores y el consumo; es un aporte que en los últimos quince años, ha venido incrementándose por el mejoramiento de los sistemas de recaudación y de combate a la evasión fiscal, sin embargo aún es mucho el camino por recorrer.
Se destaca que a pesar de los bajos índices de desempeño productivo, se recauden más impuestos, pero no por mayor producción, lo que aunado al caos del mercado laboral, pagan más impuestos los que siempre han pagado, y que en el caso de los asalariados, les lesiona su participación en la distribución.

Estos recursos fiscales captados han de retornarse a la capacidad productiva y a la población trabajadora, quienes lo han creado, y han de extenderse a los sectores y segmentos de ninguna o poca capacidad productiva, para favorecer el equilibrio en el desarrollo socio económico. En lo redistributivo también cuenta la producción de bienes y servicios de calidad y cantidad suficiente, para satisfacer necesidades de la población y del país en general, que cubran los costos y permitan el mejoramiento de la capacidad productiva del país, que cuiden y preserven el ambiente, y que todo ello ofrezca un mejor país del que la generación actual consiguió al entrar en la fase productiva. Diversos indicadores muestran que esta generación que ha conducido el país en los últimos treinta años, está legando a las generaciones futuras un país de menor calidad de vida del que recibió de sus antepasados. Por ello es importante cuidar, preservar y mejorar el modesto tejido productivo con el que el país cuenta.

sábado, 16 de octubre de 2010

LO INTERNACIONAL Y LO LOCAL EN LO LABORAL

En reciente sesión seminarial, una participante refiriéndose a las Normas Internacionales de la OIT, destacó el poco efecto que ellas tienen en la conducta gubernamental cuestionada. Ciertamente, las denuncias documentadas y formalmente presentadas ante los órganos correspondientes, de las violaciones de las normas internacionales del trabajo tienen sólo un efecto moral.

En el plano internacional los asuntos del mundo del trabajo no han alcanzado el status de los asuntos políticos y comerciales, los cuales dan lugar a contundentes sanciones materiales. Por ejemplo a la República de Honduras se le somete aún a sanciones políticas por parte de algunos países, como es el no reconocimiento ni el ejercicio de relaciones comerciales. Ya sabemos que todo tiene que ver con la manera como se le puso fin a un gobierno electo. No obstante, es creciente el número de países que van gradualmente reconociendo al presente gobierno. En el plano comercial, las violaciones dan lugar a sanciones como embargos y la ruptura de los negocios, trayendo consigo perdidas y perjuicios. Por ejemplo el gobierno de la República de Colombia, ante la más reciente de las crisis de la relación bilateral, argumentaba que nuestro país había impuesto un embargo a sus productos, al no continuar importándolos. Sugería ese punto de vista, que estaba siendo objeto de sanciones comerciales.

Volviendo al tema laboral, no resulta fácil que las diversas violaciones que ocurren en el ámbito laboral al interior de un país trasciendan y traigan consigo algún tipo de sanción material. A lo sumo lo que existe es la denuncia del que se siente afectado, la consignación de las evidencias ante los órganos en este caso de la OIT para su conocimiento, análisis, información y atención al denunciado y eventualmente un pronunciamiento. Este normalmente, de tener razón el denunciante, dará lugar entonces a exhortaciones y recomendaciones al incumplidor o violador. Esta es justamente la sanción moral en cuestión. Queda a los actores locales perseverar en sus acciones.

Los escenarios internacionales son importantes para el debate, el análisis y el intercambio de la situación laboral existentes en los países. Pero ellos por sí sólo no revierten la situación de violación que pudiera estar denunciándose, incluso reiteradamente. Eso sí, son como una piedra en el zapato para el país denunciado. Por ejemplo a la extinta URSS y sus países satélites, se les estuvo acusando por largos años de no estar representadas en las instituciones de la OIT de manera tripartita, como lo establece la carta fundacional de esta organización, ya que los representantes de los trabajadores y de los empleadores, eran realmente representantes de los gobiernos. No dejaba de conllevar este cuestionamiento una sanción moral.

En la presente etapa del desarrollo de las relaciones de trabajo, suceden situaciones extraordinarias y complejas que no han recibido el suficiente nivel de análisis y discusión en el propio seno del país. El país ha comprometido su futuro en múltiples acuerdos multilaterales, bilaterales, y poco se analiza el o los impactos en las relaciones de trabajo. Aparte por supuesto, de todas las implicaciones que traen el progresivo proceso de nuevas institucionalidades y de estatización y centralización en curso.

Tocando las puertas del Mercosur llevamos cinco años, y aún no se terminan de abrir. Este acuerdo ha desarrollado una dimensión laboral, que no hemos analizado. Igualmente se ha caracterizado porque en su construcción han aportado sus propuestas vigorosos movimientos empresariales y sindicales, que intercambian regularmente con los gobiernos. Lo anterior determina que las relaciones de trabajo de estos potenciales socios en este acuerdo, exteriorizan un cierto grado de desarrollo del tripartismo, del cual el país se ha alejado notablemente. Del Alba, resulta difícil sacar algunas conclusiones por el poco desarrollo institucional que ha alcanzado en el plano de lo laboral, y que en general es un acuerdo con poca visibilidad de los actores productivos.

martes, 12 de octubre de 2010

DE NUEVO la REFORMA LABORAL

Un acelerado ritmo de la actividad parlamentaria se plantea la actual Asamblea Nacional, consecuencia de los resultados electorales del pasado 26S. El oficialismo pasa de tener un 90% de los asambleístas a un 58%.

Uno de los temas sobre la mesa es la Reforma de Lay Orgánica del Trabajo, que por ser orgánica su reforma exige la mayoría de los dos tercios. Es una temática que debiera abarcar y afectar directamente a dos tercios de la población del país, e indirectamente prácticamente a toda, por la condición de carga familiar del resto de la población inactiva. Pero en los hechos la protección laboral deja por fuera a mucha gente. El mercado laboral está altamente deteriorado.

Con lo anterior se constata que un número equivalente al sector protegido, se encuentra sin protección. ¿Cómo resolver el problema? Es un debate interesante que ha de acompañar una reforma de la legislación laboral, es decir si se trata de abarcar el gran problema de la población desprotegida, conviene encarar el asunto no sólo en función de la población ya protegida, sino pensar en reformas del mercado laboral, que atiendan a esa mitad de la población trabajadora que no le llega la tutela y sus ventajas.

Distingamos las necesidades más gruesas a los fines de construir mecanismos que faciliten que les llegue a la población trabajadora, independientemente del tipo de inserción laboral que tenga. Es decir hay beneficios que tienen carácter universal, de lo que se trata es hacerlos accesible a todo tipo de trabajador, sin importar su calificación, si trabaja para el estado o sector privado, si es asalariado o independiente, si es permanente o temporal. En fin se trata de garantías mínimas.

En esta categoría ha de incluirse un componente de seguridad social universal.
Garantías de tener atención médica integral, indemnizaciones por incapacidades temporales o permanentes, parciales o absolutas, jubilaciones, pensiones y sobrevivientes. Es una deuda con la población laboral venezolana. Pero no en el esquema ya conocido, de proveer estas protecciones en tanto se disponga de un empleo formal. Vinculado con esta aspiración universal, la reforma del sistema laboral ha de incluir las garantías y los sistemas que velen efectivamente por la integridad física y mental del que trabaja.

Para completar la reforma laboral, en sentido grueso como cabe en un breve texto, se tiene el problema del empleo. De poco sirve una reforma que provea mejoras en beneficios y protecciones al ya que tiene un buen empleo, sin tener presente a los que no tienen buenos empleos, o no tienen ninguno, y lo más importante a los que vienen atrás, a los jóvenes que han de insertarse en el mercado laboral, proceso que trae al mercado laboral a cientos de miles de jóvenes todos los años, y la incertidumbre domina su futuro, y con ello las preocupaciones familiares.

En torno a lo anterior, se plantea poner la mirada en la formación para el trabajo, en los procesos de transición del espacio educativo al espacio productivo. En la necesidad de que el aparato productivo sea parte de la formación. La experiencia del programa de aprendizaje del Ince, dejó muy buenas enseñanzas. Es una experiencia que ampliada en los espacios productivos y extendida a una mayor cantidad de tema s y programas, ha de contribuir a este propósito. En cuanto a quienes ya están en los empleos, el acceso a la formación para actualizarse, para perfeccionarse, readaptarse, ha de ser abierta y facilitadora de una mayor fluidez del mercado laboral.

Si estos temas gruesos son atacados ellos servirán de base para la reforma de la Ley Orgánica del Trabajo, no necesariamente que una reforma ha de ser previa a la otra, de lo que se trata que una y otra van juntas. No se puede pensar en reforma del trabajo formal, sin considerar el informal, es decir el mercado laboral.

Apostaríamos a que atendiendo el mercado laboral, los empleadores y los trabajadores tendrían mejores condiciones para su función creadora y productiva.

Ahora ¿cuánto nos cuesta todo esto? Es necesario preguntarlo, pero también hay que preguntar ¿cuánto gastamos en estos temas?.. sin obtener los mejores resultados, y también cuanto nos cuesta no construir unas reglas y sistemas, que hagan de la sociedad venezolana una sociedad productiva y con mejor calidad de vida.

sábado, 2 de octubre de 2010

Protestas Laborales y Resultados Electorales

A propósito de los resultados electorales del pasado domingo 26S, retomamos nuestra entrega en esta columna del pasado 11 de julio –“Protestas Sociales y Laborales-Se confirma que las protestas laborales han de seguirse por medios no oficiales, dada la deuda que el despacho del ramo tiene con esta obligación elemental de ofrecer pormenorizadamente las estadísticas laborales del caso.

El documento “Manifestaciones Públicas Enero-Junio 2010” –Provea y Espacio Público- da claramente cuenta de la tendencia del incremento de las protestas públicas. Esta tendencia es similar a la observada en el pasado año 2009. De tal manera que estos dos años son los que muestran la mayor conflictividad en las últimas dos décadas.

Los ocho estados con mayor conflictividad son en este mismo orden Zulia, Distrito Capital, Carabobo, Miranda, Aragua, Anzoátegui, Bolívar y Lara. Representan más del 80% de la conflictividad del país.

Lo otro importante para valorar los conflictos y composición de la población, es el hecho de que estos Estados concentran la mayor parte de la población del país. Los datos de nuestra fuente, destacan que el mayor porcentaje de las motivaciones de los conflictos es por asuntos laborales -30,61%-, se destaca en un análisis de veintiséis razones diversas que motivan la conflictividad social, pero las protestas laborales representan un alto peso, al punto de duplicar a la segunda causa de protestas; que refiere por cierto a necesidades de servicios básicos, por supuesto que nada ajenos a los trabajadores.

Con lo planteado lo que se trata de subrayar es la reemergencia de la protesta laboral como elemento a considerar en los análisis. Esto es importante por el hecho de que en el lapso que va desde 1999 hasta el 2008, la protesta laboral no fue predominante. Además el sector de los trabajadores mostraba algo de confianza en la conducción oficialista, dando margen a confiar en los dirigentes y en los mecanismos de intermediación oficialista.

Lo anterior obliga a mirar que ha pasado en estos estados con la mayor conflictividad laboral y con la mayor población del país. De esos ocho estados, en cinco de ellos el dominio oposicionista es amplio, casos como Zulia con una ventaja del 20%, Miranda con 16%, Anzoátegui con 11%, Carabobo con 10%. En Lara sumando las dos corrientes oposicionistas, sacan un 10% por encima del gobierno nacional. Pero en los dos estados en donde el oficialismo conserva su mayoría, comparando estos resultados con las elecciones pasadas –Referéndum Febrero 2009-. La ventaja del oficialismo se redujo en Aragua de un 22% a 4%, y en Bolívar de un 16% se redujo a 3%. El Distrito Capital de una ventaja del 4% se pasó la igualación.

Socialismo sin Movimiento de los Trabajadores

En el conjunto del país es de destacar que una propuesta autodenominada socialista es victoriosa en los estados en donde no hay predominio de los trabajadores organizados, más bien con un componente rural y de actividades tradicionales importante. En cambio muestra debilidades en los estados en donde si predomina el movimiento organizado de los trabajadores. Visto lo anterior, luce simplificador el uso de denominaciones de votación de la “ultraderecha” o de la “oligarquía”. Confiamos que pronto han de conocerse análisis que se adentren en este fenómeno, y se salgan de esquematismos.

Para terminar, es importante destacar que la creciente población prestando servicios al Estado, sea como trabajadores directos o indirectos, sea como contratistas, cooperativas, suman una porción importante de fuerza de trabajo. Véase que lo primeros –directos- ya van por los 2.300.000, agréguele los indirectos y las otras categorías mencionadas, y estaríamos llegando por lo menos a unos cuatro o cinco millones de trabajadores. Ahora, éstos y sus familiares ¿donde están votando? Fíjense que dejamos de lado a la amplia población misionera, por considerar que no se vinculan con el proyecto oficialista por razones productivas, sino por ser beneficiarios de tradicionales prácticas asistencialistas, aunque la calidad de la asistencia pudiera estar planteando reservas, pero ese sería un análisis en otro momento. El asunto es que el asistencialismo resta peso a las posiciones de autonomía de pensamiento y acción; lo que marca una diferencia clave con la vinculación por razones productivas. Por tanto, todo parece indicar que mucha gente en contacto directo con las políticas oficialistas, por su condición laboral, no ha sido cautivada por el proyecto socialista.