martes, 30 de junio de 2015

ESTADO GARANTE, NEUTRALIDAD Y PARCIALIZACION. EL CASO EN EMPRESA ESTATAL PETROCASA.


 Los intereses de los trabajadores dependientes y sus empleadores no son los mismos, pero si es incuestionable reconocer que esos intereses, lo de unos y los del otro están conectados. Los trabajadores aspiran más ingresos y mejores condiciones de trabajo, y los empleadores más rentabilidad o más rendimientos para el alcance de sus objetivos. La convivencia es un hecho, no es discutible si se convive o no en una determinada organización que  pertenece a unos propietarios que cuentan con un equipo directivo,  y en la que labora un contingente de personas. Igual corresponde en las entidades públicas donde el mandato de dirigirlas las tienen unas personas que desempeñan el mismo papel de empleadores. Total, hay una convivencia en los ámbitos productivos. 

  Todo lo anterior lo destacamos porque se reconoce que la armonía no está presente permanentemente, ya que existen estos intereses divergentes. Un papel central de la gerencia y de las organizaciones de los trabajadores es entenderse y para ello de la evolución de las relaciones de trabajo han surgido instituciones y mecanismos, que han sido probados históricamente por más de un siglo en los países desarrollados, y por menos tiempo en aquellos como nosotros cuya modernización la empezamos más tarde. Recordemos que empresas organizadas y sindicatos reconociéndose es un fenómeno en nuestro país de los últimos setenta años, en los casos más antiguos, y que lamentablemente aún hay centros productivos en donde a esta fecha no se han logrado estos reconocimientos. No es sólo y siempre la reticencia empresarial sino otros factores que implican también al Estado. 

  ¿Quién es el garante de que las instituciones laborales para la convivencia de empleadores y trabajadores funcionen debidamente? Los garantes son diversos órganos del Estado, donde destaca la Administración del Trabajo. De aquí la importancia y la necesidad de la profesionalización de éstos órganos así como su funcionamiento atendiendo a criterios institucionales y legales. Sin embargo las experiencias de la intervención de éstos órganos viene levantando serias reservas sobre la actuación de la administración del trabajo y de otros órganos del Estado. 

  Hay múltiples casos que evidencian las reservas expuestas sobre el papel del Estado a la hora de intervenir en los asuntos laborales, ya que en algunos casos se parcializa a favor de la empresa o a favor de los trabajadores, tomando posición por encima de la naturaleza de su papel de garante e ignorando las mismas disposiciones legales aprobadas cómodamente por el manejo hegemónico de los poderes legislativos y aún más por las potestades dadas al Ejecutivo para que legisle -leyes habilitantes-. Se agrega que las autoridades militares y policiales intervienen en ámbitos laborales atendiendo ordenes superiores, que dejan en algunos casos en entredicho a las propias instituciones del mundo del trabajo   

  Un caso divulgado de parcialización de entes estatales a favor de la empresa es el de la estatal Petrocasa, en Guacara Estado Carabobo. Empresa dedicada a la fabricación de casas, fundada en el 2007. Los trabajadores a pocos meses de su funcionamiento crearon, siguiendo directrices del patrono, un Consejo de Trabajadores, una institución desconocida en las relaciones laborales venezolanas. Recordemos que este consejo recién es que se menciona en el Decreto con rango y fuerza de ley orgánica del trabajo, los trabajadores y trabajadoras -2012-, para lo cual se señala que se elaborará reglamento al respecto. Pero este consejo creado en Petrocasa no satisfizo las aspiraciones de representación y de defensa de los trabajadores, por lo que crearon un sindicato, institución legal y legítima de representación. Es a partir del ejercicio de este derecho elemental, que se inició un calvario para este colectivo de trabajadores.

  Inicialmente la solicitud de esta nueva organización sindical no fue admitida por la Inspectoría del Trabajo, luego la gestión y diligencia continuada y perseverante de los trabajadores logró su legalización, sin embargo a partir de entonces se iniciaron persecuciones, despidos de trabajadores, de delegados de prevención, suspensión - llevan tres años- y calificaciones a los dirigentes, agresiones. Los trabajadores han gestionado reenganches ante la Inspectoría del Trabajo que la empresa ha desatendido, van nueve ordenes de reenganche ignoradas por la empresa y no hay institución que la haya obligado. La empresa es dirigida con criterios militaristas para quienes ignorar  la representación de los trabajadores ha sido una constante, y como se destaca ignora también a otros entes estatales.

 Finalmente ante tantos obstáculos, los trabajadores deciden hacer una protesta pacifica en las puertas de la empresa, y al poco tiempo fue reprimida salvajemente por la Guardia Nacional Bolivariana.

  Está visto que las gestiones ante las diversas instancias para que se reconozca la organización de los trabajadores, que se reenganchen los despedidos y que se negocie un convenio colectivo,  no han dado resultados concretos a pesar de haber acudido ante:

- Las instancias locales y nacionales de la Administración del Trabajo;
- La Asamblea Nacional, que si bien acordó una visita de parlamentarios y se apersonaron en la empresa, pero no fueron recibidos; 
- La Defensoría del Pueblo.
- Organos de la Administración de Justicia

  Es entonces que a los trabajadores no les quedó opción que  llevar su caso ante la OIT. Al Estado dejar de ejercer su papel de garante es cuando a los afectados les toca que fortalecer su propia ciudadanía y autonomía, para perseverar en el análisis, las estrategias y la lucha para ganar su reconocimiento y hacer valer sus derechos. 

martes, 23 de junio de 2015

DE LA DESINDUSTRIALIZACION A LA REINDUSTRIALIZACION


Persiste la escasez de las más diversas gamas de productos en las cadenas comerciales, hay desasosiego y desesperanza para los consumidores tanto familias como negocios de distintas áreas. La escasez nos lleva a recordar la grave situación de los sectores productores de bienes para la sociedad, aquellos que llevan sus productos a los anaqueles como son los sectores primario y especialmente el secundario; nuestra producción agrícola y pecuaria, la minería y la producción de bienes agroindustriales e industriales han venido retrocediendo.

  En algunos momentos críticos y de urgencia por satisfacer las necesidades de la población, las autoridades optaron por promover y realizar masivas importaciones, como se entendió en los años de crisis del 2002-3. Pero el problema destacable en el presente artículo es el hecho de la continuada importación masiva, más allá de los momentos de crisis y urgencias, reconociéndose que no es posible manufacturar o producir en el país todo lo que necesitamos. Pero el hecho regresivo es que estamos importando lo que antes hacíamos aquí, e incluso algunos de ellos los exportábamos. Por lo demás las masiva importaciones ocultaban para el consumidor y toda la sociedad venezolana la grave crisis que se venía incubando.

  El pasado año y el que va corriendo con menores ingresos de divisas ha dado lugar a una abierta crisis de abastecimiento, que ha venido siendo explicada por el gobierno con argumentos que cada día alcanzan menos credibilidad, como son el de la "guerra económica" o el de las conspiraciones de empresarios. Las recientes sesiones de rendición de informes sobre el cumplimiento del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (Pidesc -ONU), dejó en evidencia que estos argumentos no tienen consistencia (http://hectorlucena.blogspot.com/2015/06/examen-internacional-de- las-politicas.html)

  La escasez de productos del sector manufacturero es algo más complejo que el mismo fenómeno con los productos del sector primario, ya que en muchos casos no se ven en los anaqueles o en las cadenas de distribución porque a los fabricantes les falta un determinado componente del proceso de producción, sea una materia prima, o también elementos del empaque, o un permiso específico del rubro, o un servicio de apoyo para la producción y/o distribución. Los productos del sector agrícola igual requieren insumos como maquinarias, semillas, abonos y otros productos biotecnológicos, se puede afirmar que la producción en general es parte de sistemas y encadenamientos, con distintos niveles de complejidad e interdependencia.

 La tendenciosa mentalidad importadora dominante en la política pública, lleva a plantear la sustitución de productos nacionales, que específicamente tienen dificultades de producción por un ausencia de determinado componente central o accesorio, a decidir importar productos terminados que quitan mercados al fabricante nacional que es quien da empleos directos y además agréguense los indirectos, que también paga impuestos nacionales y municipales, que hace compras en el país, que está integrado social y culturalmente con la sociedad nacional, lo que se deja ver en los productos que elabora y como los hace llegar al merado. El tejido productivo que se ha venido sustituyendo con estas políticas desindustrializadoras llevó largas década para su construcción. El sector manufacturero tiene plantas y talleres en un alto número de estados del país, aunque la mayor parte se concentra en los estados más populosos, los cuales resienten estas políticas.

 Lo más regresivo que se ha anunciado es la importación ya no solo de productos terminados sino de plantas industriales completas, como el reciente caso de baterías, tratándose de un bien que tienen plantas de fabricación en el país con personal venezolano conocedor de los procesos,  y que viven dificultades por la política económica que afecta a empresarios, trabajadores y consumidores.

  Importar plantas industriales de productos que no hemos elaborado tiene mayor sentido, ya que ademas es un alternativa para el aprendizaje tecnológico, en ese orden se puede mencionar a manera de caso particular la instalación de planta para la fabricación de taladros petroleros, o de fabricación de teléfonos celulares, de etanol. La instalación de estas plantas se ha efectuado, y bien debiéramos tener mayor información del estado de estos proyectos.

  La desindustrialización la hemos estudiado y es un fenómenos claramente visible para el momento que se inició la revolución bolivariana, como lo investigamos y publicamos en “La industria venezolana, auge y ocaso a través de tres modelos productivos” (Lucena-Carmona en http:// www.bdigital.unal.edu.co/29915/).

  Lo que es significativo en la década y media transcurrida luego de estos análisis es que poco se hizo para contrarrestar el proceso de desindustrialización, sino todo lo contrario ya que se aceleró con las masivas y crecientes importaciones en desmedro de la modesta industria nacional. Los costos de esta políticas económica están por determinarse, pero tengamos presente la cantidad de instalaciones productivas cerradas, o subutilizadas, la población que perdió sus empleos, trabajadores que no ejercen sus calificaciones adquiridas en los proceso formativos que incluyen a esas instalaciones industriales, hay un aprendizaje perdido porque mañana cuando se reactiven esas instalaciones, algunas ya habrán caído en notables grados de obsolescencia así como habrán evolucionado los conocimientos para el quehacer productivo correspondiente, y debamos correr para ponernos a tono. De no actuar oportunamente en la producción nacional más que emprender un enorme esfuerzo de reindustrialización, se corre el riesgo que las instalaciones y los colectivos humanos involucrados sean más bien sujetos de análisis arqueológicos y antropológicos.

hector.lucena@gmail.com
@hl_lucena

lunes, 15 de junio de 2015

LOS TRABAJADORES: ENTRE SOCIALISMO Y CAPITALISMO


El trabajo es universal, países con distintos niveles de desarrollo tienen en el trabajo la principal fuente de generación de bienes y servicios. Algunos más desarrollados con mayor uso de componentes de capital, de tecnología y conocimiento, y acuerdos de relaciones laborales y por tanto su producción es mayor. Pero los menos desarrollados igual van incorporando estos elementos para incrementar su producción, sean como periferia de los primeros o con proyectos afincados en búsqueda de más soberanía, o también una combinación de las dos situaciones. Es importante destacar que el trabajo sin el aprovechamiento de los conocimientos actualizados y del capital, no es suficiente para darle a una sociedad mejores niveles de bienestar.

  Donde hay trabajadores hay clase trabajadora, y con ello se crean las bases para que existan movimientos de trabajadores, cuya principal forma organizativa es la sindical, además de la partidista, comunitaria, social y económica. Los trabajadores mejor organizados son aquellos que laboran en empresas. Los organizados por oficio responden a una etapa del desarrollo ya superada en casi todo el mundo, como es la que corresponde al artesanado y a los oficios independientes; si bien persisten, pero no en papel preponderante para la producción de bienes y servicios.

  Las empresas vienen creando y reestructurándose para alcanzar formas adecuadas a la competencia y a su estabilidad, lo hacen por la vía del conocimiento, la tecnología, los valores y la cultura, las calificaciones, y las relaciones con sus trabajadores, los gobiernos y la sociedad toda, que es también la relación con el mercado.

  En ese ámbito los trabajadores igual corresponde plantearse y replantearse sus formas organizativas, tanto en los aspectos principistas y teóricos, como en sus estructuras para la práctica y la acción.

  En la organización general de la actividad productiva en la época moderna, el capitalismo ha demostrado mejores resultados para la provisión de bienes y servicios a la sociedad. Se le critica su dificultad para resolver las desigualdades, la atención a sectores frágiles así como proteger el ambiente. Queda en manos de los Estados y su capacidad reguladora encararlo y encontrarle salidas favorables para el conjunto de las poblaciones tanto las actuales como las generaciones futuras. La otra opción con la que se compara al capitalismo es el socialismo, el que a lo largo del siglo XX nació, creció y sucumbió. Los pocos países autodenominados socialistas de hoy se han abierto al capitalismo, algunos con esquemas capitalistas de los menos desarrolladas en cuanto al trato a los trabajadores.

  Lo que toca ahora es reflexionar si los trabajadores están mejor en socialismo o en capitalismo. Los movimientos de los trabajadores han logrado igualmente mejores resultados cuando se organizan con proyectos propios no subordinados ni al capital ni al Estado. Es decir que desarrollan proyectos propios que le permitan tratar en igualdad de condiciones con otros sectores  sean económicos, sociales, militares, religiosos.

  Para que el proletariado sea el “sepulterero del capitalismo”, como lo predestinaba Marx, quién veía en él el agente de la transformación social, aún no se han dado las condiciones. El capitalismo ha encontrado formas de mantener la supremacía como forma de producción y organización social capaz de superar sus crisis. Veamos que pasará con la actual China, que viene del socialismo y avanza al menos en lo económico al capitalismo, por tanto es un híbrido que ya se ubica como la segunda economía mundial, pero muy rezagada en cuanto a los niveles de bienestar y satisfacción de las necesidades de sus trabajadores, quienes por el contrario se desenvuelven en precarias condiciones,  que son justamente las que hacen atractivo al gran capital instalar sus capitales en esa sociedad.

  ¿Y Venezuela qué? venimos de un prolongado capitalismo periférico dependiente monoproductor, con una modesta industrialización que entró en proceso de desindustrialización acelerada, al tiempo que sin proyecto alternativo en cuanto a la producción de los bienes que se requiere, todo en un  continuado consumo de sus recursos petroleros y minerales con mínimo valor agregado, pretendiendo resolver las necesidades de la población y del aparato productivo sólo a base de importaciones. Quienes dirigen el Estado, y que por el Capitalismo de Estado predominante dirigen igualmente la economía, llaman a todo esto Socialismo del Siglo XXI.  

  En este contexto ¿que situación se presenta para la clase y el movimiento de los trabajadores? En los últimos años el Socialismo del Siglo XXI le ha costado bien caro, ya que se observa un acelerado proceso de deterioro, perdiendo parte de su modesto patrimonio institucional tanto en lo relativo a sus propias organizaciones, como en las condiciones de trabajo y de vida, a cambio de un aparente empoderamiento que viene acompañado de fomento de la discriminación y los enfrentamientos, y que finalmente no se convierte en más bienestar y calidad de vida.

  El socialismo aún aceptando que sus logros en materia económico se reconocen menos avanzados que el capitalismo, sí se ha considerado en aquellos países que lo vivieron que daba al menos para los trabajadores algunos logros en materia de ciertos servicios públicos como salud y seguridad por ejemplo. Resulta que ambos ámbitos fundamentales para el trabajador y el ciudadano en general eran mejores en el muy cuestionado capitalismo periférico y rentista que predominó en Venezuela antes de este experimento de socialismo del siglo XXI, realmente la conducción de este proceso, que destacamos no es de la clase y movimiento de los trabajadores, lo que ha hecho es revivir al menos teóricamente al capitalismo más que los propios capitalistas.

lunes, 8 de junio de 2015

Examen internacional de las políticas sociales y laborales



La convivencia mundial ha dado lugar a que en nombre de los países sus representantes logren acuerdos sobre temas de interés de esas mismas sociedades, dando lugar a convenios y recomendaciones de carácter universal; de esos compromisos emanan mecanismos de revisión. En ese sentido en la presente semana que recién concluyó, a nuestro país le tocó ser examinado por dos instancias del sistema de Naciones Unidas.

  El primer examen fue sobre el cumplimiento del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (Pidesc), y el segundo ante la 104 Conferencia Internacional de la Organización Internacional del Trabajo. El primero fue adoptado por la Asamblea General de Naciones Unidas en 1966, que creó un órgano especial para la vigilancia de su cumplimiento, a diferencia de otros instrumentos internacionales de derechos humanos que incluyen entre sus provisiones el establecimiento de un comité de expertos independientes.

  Este es un examen periódico a cargo de un comité de expertos independientes, creado por el Pacto para monitorear y contribuir a la implementación de los derechos económicos, sociales y culturales respecto de los cuales, los estados se comprometen a garantizar frente a la comunidad internacional.

  Entre estos derechos se encuentran: el derecho a la educación; el derecho a la salud y a la seguridad social; el derecho a un nivel de vida adecuado, libre de la pobreza y del hambre; el derecho al trabajo, a condiciones laborales equitativas y a la libertad sindical; los derechos ambientales; así como el derecho a la igualdad de hombres y mujeres, y a la no discriminación de los pueblos indígenas, niños, niñas y adolescentes, mujeres, personas en cárceles, personas LGBTI y personas con alguna condición de salud, entre otras, del pleno goce de estos derechos.

  Para este examen el Estado venezolano envió una nutrida delegación de 26 altos funcionarios del Estado, de los cuales 19 viajan desde Venezuela. Una importante cantidad de divisas entre viáticos, traslados, alojamiento y pasajes. Veinte seis personas entre ministros, viceministros y personal de alto nivel conforman la delegación. Por supuesto las organizaciones no gubernamentales que documentan las denuncias viajan con recursos no oficiales, así como invierten su talento en organizar los estudios y soportes para sustentar las denuncias. Es una loable labor que amerita dedicación y voluntad.

  Obviamos detallar los origines de la OIT por ser más conocidos. Este año la Conferencia tenía en su agenda nueve casos de denuncia de sindicatos venezolanos, el número más alto desde que gobierna la revolución bolivariana. La amplia mayoría se refiere a casos donde el patrono es el Estado (de los sectores petroleros, de salud, de la CVG, universidades, cemento, fábrica de casas).

  Es destacable que los reclamos de las organizaciones de los trabajadores y otras organizaciones sociales, así como de los afectados directamente por la violación de sus derechos han recurrido previamente a las instancias nacionales y han concluido que no se ha hecho justicia con sus casos, y no encuentran en su propio país instituciones estatales neutrales que procesen sus planteamientos. Instituciones como la Asamblea Nacional, Poder Judicial, Fiscalía General de la República y Defensoría del Pueblo son instituciones que frecuentemente eluden procesar denuncias y planteamientos que interpelen al Gobierno nacional, de ahí la recurrencia a las instancias internacionales.

  En el caso de la conferencia anual de OIT, los temas a plantear están referidos a los derechos sindicales y libertades civiles; asesinatos de dirigentes sindicales y sindicalistas, detenciones en el marco de acciones de protesta, política de criminalización de la acción sindical y violación de los convenios internacionales en la Ley Orgánica del Trabajo (artículos 367, 368 y 388).

  El sindicalismo autónomo de Venezuela también presentará sus argumentos sobre los inconvenientes a la libre elección de los representantes sindicales y papel del Consejo Nacional Electoral, el derecho de las organizaciones sindicales a organizar libremente sus actividades, así como la ausencia de diálogo social. La participación del sindicalismo autónomo en la Conferencia es gracias al apoyo y solidaridad de organizaciones internacionales que los acreditaron, ya que nuevamente el Gobierno venezolano excluyó de la delegación de los trabajadores al resto de las centrales sindicales.

  La delegación sindical que formalmente recibió el reconocimiento del Gobierno venezolano está integrado únicamente por sindicalistas afectos a su política, ignorando otras expresiones legítimas y existentes en la realidad sindical nacional. El ejercicio de su vocería más que ejercer la que corresponde a la búsqueda de salidas a los serios problemas laborales, lo que se orientó fue más bien a defender al gobierno y justificar sus políticas.


lunes, 1 de junio de 2015

LA DESATENCION DEL PROCESO Y LA ORGANIZACION DEL TRABAJO. IMPLICACIONES



Estudiar el trabajo y sus implicaciones en la gente, en la economía y la sociedad en general, es un reto de notables exigencias. Ocurre que en la generalidad de las conversaciones así como de las noticias en los órganos de difusión masiva, cuando se aborda el tema trabajo predominan los asuntos del contexto del trabajo mismo, que lo circundan y aquellos que se visibilizan en las comunidades y en la sociedad toda. Esto quiere decir que los aspectos centrales y medulares del trabajo mismo son los menos visibilizados. Se puede decir que predomina referirse a los problemas del trabajo sin referirse al trabajo mismo. ¿Como es esto?

  Los temas de trabajo que predominan en el debate público a nivel de la sociedad son:

  • Los salariales e ingresos, que refiere al pago de las personas que trabajan sea por las jornadas regulares como por beneficios monetarios ligados al esfuerzo laboral. El déficit de estos ingresos y el costo de vida por la inflación.

  • El empleo, que refiere a la inserción en la actividad productiva, a su mantenimiento y conservación; a su calidad que al ser deficitaria se cae en situaciones de precariedad.

  • Los despidos, la pérdida de los empleos y sus distintas causas, sean justas o injustas, de fuerza mayor, de crisis y cierres de centros de trabajo, y todo ello muy a pesar de las regulaciones sobre la inamovilidad laboral.

  • Los sindicatos, su constitución, funcionamiento y relaciones con patronos privados y públicos; los procesos de unidad, así como hay que agregar problemas de confrontación inter-sindical que llegan en algunos casos a situaciones de violencia.

  • Los convenios colectivos, sus vencimientos y dificultades para el desarrollo de las negociaciones, sus contenidos, cumplimiento e incumplimiento.

  • Los conflictos laborales, con predominio de los colectivos especialmente si llegan a paralizar servicios públicos; las causas de estos conflictos, sus estrategias para impactar  sensibilizar a los patronos, además de ganarse a la comunidad, especialmente en casos de servicios públicos. 

  • La política laboral estatal, especialmente en casos de la aplicación de violencia institucional, como criminalización y prisión para quienes ejercen acciones propias de las relaciones laborales. 

  • La seguridad social, su cobertura y alcance, los beneficiarios, las prestaciones, cotizaciones, incumplimientos. 

  Todos temas de gran sensibilidad para la sociedad, de indudable jerarquía e importancia en la convivencia productiva y social, pero ninguno de estos temas está en el centro del trabajo mismo, es decir de lo que refiere al proceso de trabajo y a la organización del trabajo, los que dan lugar a la elaboración del producto o realización del servicio. Procesos que justamente ocurren al interior de los centros productivos, claro que algunos procesos de trabajo conllevan la relación con la gente en la calidad de usuarios, como pasa con la generalidad de los servicios y esos procesos se hacen visibles al exterior.

  Entonces los procesos de trabajo así como la organización de la actividad productiva son el eje y razón de ser de la producción, tanto en su cantidad, calidad y oportunidad. Siendo estos fenómenos de tal relevancia es de llamar la atención que la poca visibilidad dada a estos procesos medulares del trabajo, no sólo es un fenómeno atinente a la orientación de los medios de comunicación en privilegiar los temas que listamos arriba por encima de los que corresponden a los procesos y a la organización del trabajo, lo que se explica porque aquellos son más noticiosos, pero es que los mismos procesos de las relaciones de trabajo han conducido históricamente a opacar estos temas propios del trabajo mismo. 

  La principal evidencia es que la reglamentación que los actores laborales se dan a si mismo, es decir su autoregulación peca de privilegiar un contenido convertido en cláusulas en los convenios colectivos que mayormente abordan temas de no trabajo, como son aquellos que se refieren a la reproducción de el trabajo, entendido que éste produce un desgaste en las personas por su consumo de energía y talento, que luego requiere que éstas se reproduzcan para preservar la capacidad productiva, lo que tiene que ver con los asuntos vacacionales, de ocio, de descanso, de salud, de estudios, de permisos, de familia, de previsión social.  Por otra parte otro grueso grupo de cláusulas refieren a los que llamamos temas de distribución, más que de producción y de trabajo mismo, como son los relativos a las remuneraciones, bonificaciones, utilidades, pagos del trabajo extraordinario, del trabajo nocturno, en general de pagos. 

  Esto que analizamos de la autorregulación que los actores se dan a si mismo en los convenios colectivos es igual tanto en aquellos del sector privado como público, incluso en lo que se refiere a las leyes ellas también están más orientadas a la reproducción y a la distribución que a la producción, que al trabajo mismo, es decir el desenvolvimiento de su  proceso y la organización de la producción. 

  En el ámbito de los procesos de trabajo y de la organización de la producción hay un vacío de atención, lo que plantea en primer lugar destacarlo, ya que la desatención de este ámbito facilita tanta improvisación e impericia en la conducción de las organizaciones, tanto públicas como privadas, aunque nos duelen más las primeras porque son de la nación y por tanto teóricamente cada ciudadano es un copropietario. Tantas empresas, es decir bienes productivos con gente presta a hacer sus actividades, en manos de una conducción que carece del conocimiento y disciplina laboral, y hasta en algunos casos de valores éticos,  todo en un marco de políticas económicas y laborales estatales que sus conductores no muestran capacidad de dialogar, reconocer y corregir.