lunes, 29 de abril de 2019

SALARIOS EMPOBRECIDOS PARA MANTENER A UN GOBIERNO OCIOSO Y DISPENDIOSO



Ya es tradición que cada 1 de Mayo el gobierno chavista decide un incremento de los salarios mínimos. La principal política de remuneración al trabajo desde que se inició el régimen han sido los decretos de aumento del salario mínimo. Y en épocas electorales hasta la elección del 2012, se decretaban incrementos ventajosos para que rindieran efectos en los resultados de las elecciones. Con Maduro desaparecieron las elecciones presidenciales competitivas. De todos modos estos aumentos a precios constantes, se evidencia que no han generado ganancias significativas en las remuneraciones.

  Hasta hace poco un alto porcentaje de la fuerza de trabajo ganaba solo el salario mínimo, más el bono de alimentación. Al mismo tiempo, con solo aumentar regularmente este salario, él tenía un cierto impacto en los salarios inmediatos más altos, ya que se movían las escalas en los niveles más cercanos al mínimo, y de esa manera los salarios se fueron achatando, los diferenciales se reducían entre un a categoría y otra. Hasta que vino el zarpazo final con el  paquete de medidas Programa de Recuperación Económica, Crecimiento y Prosperidad, llamado en la media como el paquete rojo, tenemos la repercusión en los precios y salarios. Aquí nos vino el Memorando - Circular No.2792, documento interno dirigido por Ministro del Poder Popular del Proceso Social del Trabajo, que pretende la eliminación de las normales diferencia salariales establecidos gradualmente en los convenios colectivos, por los mismos procesos de negociaciones entre trabajadores y empresas.

  Pero en los últimos dos o tres años, ha explotado una nueva situación, y es que los empleadores para poder conseguir personas interesadas en trabajar, han de pagarle muy por encima del salario mínimo. De lo contrario no se llenan las vacantes, muy a pesar de los miles de cierres de fuentes de trabajo y el consiguiente aumento del desempleo. Es la demostración más cristalina de la precarización del empleo, que se rechaza con niveles que no permiten cubrir la salida de la casa al trabajo, con transportación y alimentación. Los ingresos no alcanzar para alimentarse ni cubrir las necesidades básicas. Datos fidedignos, como son las encuestas del Cenda, en este pasado marzo demuestran que el salario mínimo alcanzaba solo para menos de un 3% de la canasta alimentaria, no alimenta siquiera a una familia de cuatro personas en un día. Igual señalan que la canasta alimentaria ya pasó de los 702.240 de bolívares soberanos.

  Ante esa realidad, igual hay que reconocer que no hay producción ni dinero en las instituciones públicas y privadas para pagar tal salario mínimo que cubra la canasta alimentaria, se vive un estado de colapso. La destrucción del tejido productivo, de la infraestructura, de los servicios básicos, no permite disponer de una producción suficiente para las necesidades del país. Tratando de llenar ese hueco, a la población le están ingresando en remesas, servicios prestados y bienes traídos del exterior el equivalente a mas de 4 mil millones de dólares, eso es más de la mitad de las reservas del país. El dinero nacional, los bolívares soberanos, cada día valen menos, pierden significación en los análisis y comparaciones.

  Toca preguntarse y ¿cómo se mantiene un Estado como el que tenemos? tan cargado de nóminas improductivas, programas sociales demagógicos, de frondosos organismos y cuerpos armados, de inteligencia y de control de la población que a cada rato exhiben más sofisticados equipos e instrumentos de represión, activismo en políticas y relaciones internacionales, campañas y propaganda, en fin predominantemente actividades de mantenimiento de quienes gobiernan y no del crecimiento de la producción, del bienestar, salud y de la estabilidad de la sociedad en su conjunto.

  ¿Cuánto cuesta todo eso? Lo cierto es que ya no hay exportaciones petroleras que puedan cubrir tamaños gastos, por eso la fiebre del oro, del coltán, y de otras riquezas del suelo nacional. Todo enmarcado en oscuras operaciones de explotación de los bienes de todos los que aquí vivimos y de las generaciones futuras.

  Pero realmente donde está una de las principales fuentes de sustento de todo el gobierno chavista es en la reducción de los ingresos de los trabajadores venezolanos, quienes hoy tienen salarios de 7, 10, 15 dólares mensuales, es decir 35.000, 50.000 o 75.000 Bs S mensuales, con lo cual como ya se mencionó no se puede vivir, se pasa hambre, penuria y se reduce la calidad de vida. Buena parte de esos exiguos ingresos de los trabajadores retornan al gobierno, a través del IVA -16% de la mayor parte de los productos y servicios-. Dado que el Estado se ha hecho más dependiente de los ingresos tributarios de los ciudadanos y de empresas.

  Venezuela es uno de los pocos países que no tienen política de retorno del IVA, y por el contrario su recaudación representa el 55.8% del PIB; el fiscalismo es tan exacerbado que el país de América Latina que más se le acerca en este sentido -Chile- está 15 puntos por debajo, lo que permite afirmar que es  el consumidor venezolano quién a pesar de sus bajos salarios y pobreza,  ha venido convirtiéndose en el principal sustento de los gastos del gobierno, vista la desaparición o la  merma de ingresos de las empresas  en poder del Gobierno, incluyendo los grandes otrora aportantes, como Pdvsa, Sidor, Ferrominera, Cantv, eléctricas, y por el lado privado un aparato productivo pagando impuestos sobre ganancias.   

hector.lucena@gmail.com

lunes, 8 de abril de 2019

EL DAÑO AL SISTEMA PRODUCTIVO Y SU REPARACION.



Entre los seguidores del curso del acontecer económico venezolano, hay consenso en reconocer que este gobierno no tiene la capacidad de reparar el daño que ha realizado. La acumulación de errores y desaciertos, han configurado un nivel de deterioro que este país es hoy otro diferente al que 20 o 30 años atrás conocimos. 

  ¿De cuales seguidores hablamos? de varios tipos, tanto los que están inmersos en los asuntos económicos, sea por razones académicas, entre los cuales están lo que algo teorizan y los que hacen descripciones de diversos aspectos del funcionamiento del campo. Pero también hay seguidores prácticos, como los que están conduciendo organizaciones productivas, de asesorías, de gremios, los divulgadores. En fin, un espectro amplio.

  Y ¿qué de la gente que está en el gobierno? De paso, es bastante ya que el aparato burocrático gubernamental ha crecido frondosamente. Y todas las organizaciones que se encontró al inicio de funcionamiento descentralizado, les quitó tal carácter, así que por supuesto todo lo creado, expropiado, intervenido, confiscado, de cualquier manera ha pasado a su control. Las posibilidades de expresión no son sin precio, tienen su costo, que van desde el acoso, el señalamiento, el congelamiento de ascensos, las jubilaciones anticipadas, la discriminación, el despido, y hasta la represión. 

  Pero dentro del aparato burocrático, quiénes ahí laboran logran ver de cerca las actuaciones irregulares, injustas y discriminatorias en la forma como se manejan los recursos públicos. Digno de apreciar, el que algunos sectores de trabajadores al servicio del Estado, han logrado preservar su capacidad de crítica y de movilización para dar a conocer los desmanes que ven cotidianamente, tal es el caso de quienes trabajan en salud y educación, como los más extendidos en todo el país. 

  Los trabajadores al servicio del Estado, aprecian que quienes han destruido y lo siguen haciendo no es para crear organizaciones y sistemas de funcionamiento mejores, más modernos, más eficientes; como la llamada “destrucción creativa”, del pensamiento de J Schumpeter, que sustenta los cambios de paradigmas productivos.

  Quienes trabajan para el monopolio de la electricidad, y que a pesar de todo aún persisten cumpliendo sus labores, reconociendo la exacerbada huida de trabajadores de esta empresa, por no compartir con la manera como se ha manejado, saben que los apagones se explican por razones muy diferentes a las inventadas por el gobierno, y que cuando esos trabajadores lo han expresado han corrido hasta con el precio de su vida, su libertad y su empleo. 

 Entonces, estamos en un nivel del proceso de deterioro, que los que gobiernan, que sí tuvieron la capacidad de destruir, no tienen la capacidad ni la voluntad de reparar. Que su visión ideológica los llevó a actuar de un modo que destruyeron lo que teníamos, pero que a cambio no construyeron, y por eso estamos en esta catástrofe. 

  Los que se han separado del régimen de Maduro, y se auto identifican como chavistas, se les hace difícil reconocer que los errores que nos han llevado a donde estamos, no empezaron con Maduro. Lo que sin duda ha ocurrido es que éste los aceleró, a partir  del 2014, la baja de precios petroleros y lo mas importante la disminución de la producción por el mal manejo de la industria, y por otro lado, parte de ella hipotecada con cubanos, rusos y chinos. Total, menos recursos para atender las necesidades nacionales, aparte del festín sin rendición de cuentas de la clase militar-civil que gobierna. Esto igual puede decirse si hablamos de energía eléctrica, suministro de agua, producción de alimentos, de manufacturas o de servicios, todo ha sido regresivo. Por eso el PIB, que llegó a alcanzar cerca de 350 mil millones de US$, hoy apenas llega a la mitad, con tendencia a la baja.  

 Se oye también a personas de buena fe, decir que en el régimen hay tanto nivel de maldad, por lo que deliberadamente se destruye infraestructura, se destruye el tejido productivo, los bienes de la república, los recursos naturales, en fin se hace todo tan mal, para que la gente se desanime, se vayan del país, y cunda el desengaño, y que al final lleguen a la conclusión que quienes dirigen se quedarán indefinidamente, no sea posible expulsarlos. Sobre esto, hay que reconocer que la desinformación no deja de ejercer influencias, igual el control de todo el aparato divulgativo. No se clarifica viendo TV; igual leyendo prensa nacional, ya no hay, y la que existe viven de avisos oficiales y por tanto más que divulgar, hacen propaganda; oír emisoras, las pocas que incluyen algunos programas críticos, viven más preocupadas por mantenerse, y se ven obligadas a auto-censura. El gobierno atosiga de propaganda al país, cadenas casi a diario, control de cientos de emisoras, decenas de canales de TV; condicionamiento para entrega de bienes de la minimizada política asistencial.   

  Finalmente, ¿Cómo entonces recuperamos el país? condición primaria erradicar el actual régimen. Y junto a ello, reconocer la magnitud del daño, construir medidas de emergencia para detener el deterioro, ya que con lo ya destruido hay persistencia de una inercia destructiva, pero también se cuenta con el entusiasmo de las más amplias mayorías de recuperar el país, que es el espacio de vida, de familia, de futuro, de construcción para todos, de erradicación de vicios y prácticas ya claramente vistas como dañinas. Todo esto requiere un alto nivel de madurez política, que hasta este momento no se había mencionado en este breve artículo, pero el mal que ha azotado a este sociedad vino por ese flanco de la inmadurez política.