sábado, 31 de marzo de 2012

Trabajo decente y reforma laboral

En evento reciente organizado por la Universidad Católica “Andrés Bello” de Ciudad Guayana, tocó abordar temática que incluía la vinculación entre Relaciones Laborales, el Trabajo Decente (o Trabajo Digno) y la Reforma Laboral en curso. El presente artículo va a concentrarse en el surgimiento de la noción de Trabajo Decente y la relación con los otros conceptos abordados.

En materia de las relaciones entre capital y trabajo, hay formulaciones y proposiciones que emergen para dar respuesta a situaciones críticas en estas relaciones. Algunas de ellas son efímeras y otras alcanzan la permanencia en el tiempo, se universalizan. Destaco que recién formulada una propuesta es atrevido juzgarla.

Son destacables dos declaraciones del siglo XIX, en plena revolución industrial. Emergió la protesta obrera, sintetizada en el Manifiesto Comunista, 1848, y se convirtió en un documento del cual hoy se continua hablando y estudiando. Otro tanto se admite de la Encíclica Rerum Novarum (“De las cosas nuevas”) 1891; en ella la Iglesia Católica expresa su preocupación por la situación de la clase trabajadora.

Superada la revolución industrial y entrando en el siglo XX, crisis agudas de la relación entre las potencias, así como dificultades en sus correspondientes sistemas económicos y de dominación, dan lugar a dos guerras mundiales que ya concluidas convocan a un mea culpa y emergen instituciones y declaraciones universales. En el caso del fin de la I Guerra Mundial, del Tratado de Versalles -1919- nació la Organización Internacional del Trabajo –OIT-, de estructura tripartita; y con la conclusión de la otra Guerra Mundial –II- surge la Organización de las Naciones Unidas, y un documento esencial en las relaciones entre las personas, la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Con la gran crisis del capitalismo de los años 1929-1930, el liderazgo del país en donde hizo sus mayores estragos –EEUU-, planteó la propuesta del New Deal -Nuevo Trato- para reformular las relaciones laborales.

Con estas instituciones y declaraciones, se construyen conceptos, se abordan diferencias y las sociedades avanzan. Por supuesto que al interior de los países quedan las tareas más importantes para alcanzar una convivencia civilizada, un bienestar real, así como la construcción y estabilidad de las instituciones, que sean sustentable en sus objetivos y logros.

Desde fines de los años cuarenta hasta los setenta, en algunos casos y en otros los años ochenta, el mundo vivió los llamados años dorados, por el crecimiento de la producción, del bienestar, del empleo, y del funcionamiento de las relaciones laborales. Claro que con algunas lagunas no tan doradas, sino más bien opacas, como los conflictos por la descolonización, ya sea política, como también económica.

Por tanto, sea en los setenta para algunas sociedades o en los ochenta para otras, el fin de los años dorados significó el ascenso y dominio de las políticas neoliberales, las que se plantearon el desmonte de avances en las regulaciones e instituciones que estado, trabajo y capital habían construido especialmente durante los años dorados.

El dominio neoliberal fue efectivo y casi todos los países revisaron y desmejoraron sus regulaciones laborales, sea formal o informalmente. En América Latina llegó a calificarse los años ochenta como la década perdida, dado el deterioro en lo económico y social. Igual tendencia se observó en los noventa.

En este contexto es para el año 1999, un nuevo liderazgo al frente de la OIT formula el planteamiento de la búsqueda del Trabajo Decente. En estos sitios de Internet pueden oírse al Director General de la OIT (http://www.youtube.com/watch?v=V8RxXIJLa9k) (http://www.wddw.org/Message-by-the-ILO-Director). Era el reconocimiento del desmejoramiento universal de las condiciones de trabajo.

En la OIT se aprobó en 1998 el convenio sobre los derechos mínimos o básicos, y se destacó la necesidad de regulaciones internacionales. Estos derechos mínimos que se habían venido deteriorando eran:

- la prohibición del trabajo infantil;

- la prohibición del trabajo forzado;

- la eliminación de la discriminación en el empleo, igualdad de remuneración;

- la libertad de asociación; y

- el derecho a organizarse para negociar colectivamente las condiciones de trabajo.

La asunción de este programa del Trabajo Decente ha sido irregular, algunos países han asumido entusiastamente promover programas en estos derechos mínimos, pero otros han sido indiferentes, incluso hay países en donde ha ocurrido un retroceso. ¿Donde estamos nosotros? Es una pregunta que nos la formulamos como sociedad, es decir es una pregunta que han de formularse en primer lugar los actores del mundo del trabajo, empezando por los reguladores, es decir el Estado, y sus diversas agencias vinculadas con este campo esencial de la existencia humana.

Pensamos que el planteamiento del Trabajo Decente, apunta a quedarse como respuesta fundamental al desmejoramiento de las condiciones de trabajo, asumirlo es un requisito esencial para emprender una reforma laboral.

jueves, 29 de marzo de 2012

La industria venezolana, auge y ocaso a través de tres modelos productivos

En trabajo conjunto con Hermes Carmona, la Revista "Ensayos de Economía" de la Universidad Nacional de Colombia nos publica este artículo en su edición número 39.

Resumen
El propósito de este documento es analizar el proceso de desindustrialización experimentado por el sector productivo en Venezuela, a través de tres modelos productivos. Si bien el fenómeno se observa en el conjunto del sector y su vinculación a la renta petrolera, la contracción en la manufactura es apoyada en los indicadores macroeconómicos como el empleo y el PIB. El petróleo que en un comienzo ayudó a construir la industria, ha contribuido a minimizarla.

sábado, 24 de marzo de 2012

BASES DE LA REFORMA LABORAL

Se continúa avanzando en el ámbito público el intercambio sobre la reforma laboral. Instituciones interesadas en el tema han promovido eventos, entre ellas algunas universidades, sindicatos, colegios profesionales, fundaciones, organizaciones empresariales, gobiernos regionales. En todas estas actividades, la constante ha sido que los intercambios no han contado con documentos que permitan hacer los análisis sobre bases firmes. Por supuesto que nos referimos a documentos emanados de las entidades centrales de un proceso de reforma laboral.

Un documento base es esperable del Ejecutivo, ya que se trata del poder público de donde ha emanado este reciente impulso de la reforma de la Ley Orgánica del Trabajo. Fue decisión presidencial la composición y el nombramiento de la comisión para elaborar la propuesta n de los cambios normativos. Para ello promulgo el Decreto No 8661 (6 de diciembre de 2011), publicado en Gaceta Oficial No 39.818 (12 de Diciembre de 2011).

Se sostiene que el documento base de la reforma es la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, concretamente en la Disposición Transitoria Cuarta, numeral tercero. Es lo que da lugar a la llamada reforma puntual, que refiere a pocos temas pero de muy importante impacto en las relaciones de trabajo. Se trata del régimen de prestaciones sociales, de la jornada y de las prescripciones; fijándose además el plazo de un año, que venció con el mismo primer año de vigencia de la CRBV, estamos refiriéndonos al año 2000, por tanto está corriendo el doceavo año de mora.

Como antecedente reciente se destaca que a partir del mandato constitucional, la Asamblea Nacional elaboró texto que alcanzó su aprobación en primera discusión en el 2005. Es un texto que trasciende la reforma puntual, y abarca de manera general todo el espectro de las relaciones de trabajo. Su construcción contó con consultas e intercambios que significaron un importante esfuerzo parlamentario. Los criterios de organismos técnicos, como la OIT, son mencionados y considerados en su contenido.
Sin embargo, la actual Comisión Presidencial no manifiesta basar la elaboración de su propuesta a partir de este documento de la Asamblea Nacional, al menos en las declaraciones de sus integrantes no se le menciona. Hay que subrayar que según lo leído en los medios de comunicación, esta comisión vino a reunirse como tal por primera vez el miércoles 21 del presente, cuando ya habían transcurrido noventa y seis días del Decreto que la nombra, y a sólo cuarenta días del 1 de Mayo, fecha señalada para el anuncio presidencial.

Lo que se observa es una referencia a una reforma puntual en función de las disposiciones transitorias, o una reforma amplia sustentada en los mismos propósitos que dieron lugar a leyes que levantan polémicas si realmente se sustentan en el texto constitucional o pretenden ir más allá de los que sus propósitos y articulado expresan. Con anterioridad abordamos sobre el alcance de la reforma verhttp://hectorlucena.blogspot.com/2012/02/el-alcance-de-la-reforma-laboral_04.html

Se resiente que a estas alturas avecinándose el vencimiento del plazo que se estableció a sí mismo la Presidencia de la República, y no haya a la fecha un documento de base con su correspondiente exposición de motivos y el articulado correspondiente, que sirva en primer lugar para las evaluaciones y análisis de los actores sociales, que son quienes van a convivir con estas regulaciones, al aplicarlas en sus ámbitos productivos. La participación en el sentido de presentar propuestas, según se menciona ha sido abundante. Declarantes –miembros de Comisión- llegan a anunciar hasta treinta mil propuestas. Pero, el procesamiento y análisis de todas ellas para su selección, adopción, adecuación, rechazo, y la correspondiente articulación es una tarea compleja y laboriosa. No se conoce de los equipos humanos y las metodologías que se estén utilizando al respecto.

Los empresarios se resienten a hacer construcciones y aportes por considerar que el proceso debe ser en una mesa de diálogo, en donde sus organizaciones gremiales hayan sido convocadas, y como se sabe han sido excluidas. Sobre la inclusión en este proceso, ver http://hectorlucena.blogspot.com/2012/03/reforma-legislacion-laboral-cuan.html

Del lado sindical, en vista de la inercia de no contar con un texto de propuesta de reforma, un sector importante opta por elaborar su propio texto, como es el caso de la UNT y otras organizaciones del mundo de los trabajadores. Con anterioridad ha circulado el proyecto de Ley del Proceso Social del Trabajo, que no fue asumido por ninguna entidad laboral, finalmente se conoció que proviene de la Universidad de los Trabajadores “Jesús Rivero”. El sindicalismo opositor organizado en FADESS tiene observaciones de fondo al hecho de no realizarse la elaboración legislativa en su ámbito parlamentario.

Toda construcción regulatoria ha de ser evaluada en su viabilidad, en sus impactos, en su construcción institucional, en los plazos, en los recursos necesarios. El ambiente reinante no propicia, al menos hasta ahora, campo para estos asuntos. De alguna manera lo electoral y la polarización soslayan estos elementos, y priorizan otros.

domingo, 18 de marzo de 2012

TRABAJO, NO TRABAJO, IDENTIDAD Y REFORMA


En nuestra sociedad el trabajo da identidad, por eso se considera un insulto llamar a alguien vago, sin oficio, mantenido, ocioso, al tiempo que goza de todas sus capacidades físicas y mentales. Cada quién apela a su trabajo, a su empleo, a su oficio, hasta se invoca alguna actividad económica, de servicio que regularmente se realiza, para así dar la cara a la convivencia y a los intercambios sociales. Es un lugar común entre las personas que recién se conocen, indagar sobre la situación laboral. Igual ocurre con las personas ya conocidas que dejar de verse por un largo tiempo, en el reencuentro se indagan mutuamente ¿que has hecho? o ¿que estás haciendo?


Esto último tiene significado porque el trabajo además de dar el sustento para vivir, le da significado a la vida de las personas, incluyendo a sus familiares. Sentirse útil a quienes le rodean. Unos padres, conyugues, descendientes, comentan con interés sobre lo que realizan los miembros de la familia para su subsistencia.


Las situaciones laborales personales y familiares son diversas. Se sabe hay trabajo y no trabajo. Se está en esta segunda situación por diversas razones, una muy importante y fácil de distinguir es la que tiene que ver con la edad, ya sea por no haber alcanzado la edad mínima para trabajar o por haber cubierto ya el tope, y pasar a retiro. En torno a estos mínimos y máximos, existen convenciones internacionales y nacionales. Pero al lado de ello existen realidades que tienen su dinámica propia. Por ello es un fenómeno universal el trabajo infantil, por supuesto mucho más crítico en los países no desarrollados.


La llegada de la edad de retiro en nuestro caso para los cubiertos por la Seguridad Social, cincuenta y cinco años para la mujer y sesenta para los hombre. Es una edad relativamente joven si se compara internacionalmente. El problema radica en que el monto de la pensión es modesto, apenas el salario mínimo que no llega a cubrir el costo de la canasta alimentaria. Cierto que existen muy contados casos que reciben pensiones en función del último sueldo y son revisadas en los mismos ajustes de los trabajadores activos. Pero la pensión equivalente al salario mínimo da lugar a que la mayoría de los jubilados tengan que continuar realizando actividades para generar ingresos.


En la situación de no trabajo, hay una diversidad de actividades en la vida familiar y comunitaria que cabe analizar si realmente son trabajo o no trabajo. La discusión está abierta y no es nueva. Desde mucho tiempo atrás, ha venido evolucionando el concepto de trabajo, para ir dando cabida a actividades que logran alcanzar el status de trabajo. Claro que el status pasa por el reconocimiento en el ámbito micro, sea la familia y la comunidad. Luego toca llegar al reconocimiento general, que implica la existencia de política públicas que reconsideren que actividades determinadas que han sido parte del no trabajo, salgan de esa situación.


Con relación a la situación o el status de trabajo, de trabajador, toca tener presente varias distinciones. Por un lado de trabajo oneroso y trabajo gratuito o voluntario. No es un asunto marginal, si se observa que desde instituciones estatales se fomenta este último.


Otra distinción es la que tiene que ver con el trabajo libre y el trabajo forzoso. Aparentemente este último se creía erradicado largo tiempo atrás. Abordamos este problema anteriormente, a propósito que el gobierno invoco la existencia de este tipo de trabajo para acciones expropiatorias en el sur del Lago de Maracaibo, no obstante que en Venezuela no se llevan registros de este problema, sea del trabajo esclavo o del trabajo forzoso u obligatorio.

http://hectorlucena.blogspot.com/2010/12/trabajo-forzoso-u-obligatorio.html


Terminando, importa relevar la situación del trabajo dependiente y el independiente. Aquí es donde destaca la figura del asalariado. El siglo XX se puede identificar en América Latina como el siglo del asalariado, por el desarrollo que alcanzó este tipo de trabajo en todo el continente. Con su desarrollo florecieron los sindicatos, que recogieron buena parte de las experiencias de las anteriores organizaciones de oficios, pero que indudablemente la organización del trabajo se modificó sustancialmente con el desarrollo de la formación socio económica.


A los anteriores dilemas y problemas que relevamos en los párrafos previos, en el trabajo asalariado es esencial los aspectos colectivos, que son fundamentales para el desarrollo del conjunto de los asalariados, ya sea para nuevas conquistas como para preservar sus logros.


En tiempos de reformas laborales bien vale recordar, la diversidad de las situaciones de trabajo y no trabajo, así como la de los colectivos ubicados en las diversas situaciones. En el presente proceso se requieren análisis y construcciones para que el tema trabajo sea reflexionado y respondido en sentido amplio.

sábado, 10 de marzo de 2012

La regulación de lo laboral en los modelos de desarrollo

¿Cuándo empezó la regulación de lo laboral en Venezuela? ¿En qué condiciones de nivel de desarrollo se encontraba el país para entonces? ¿Cuánto ha cambiado el país en lo social, en lo político y en lo económico?


Son preguntas que nos interesa abordar, ya que estamos de nuevo inmersos en un proceso de revisión de la regulación de lo laboral, y es importante refrescar consideraciones que forman parte del contexto histórico de estos procesos, a lo largo de tres etapas claramente definidas, la del modelo primario exportador con limitada redistribución, la del modelo de industrialización sustitutiva, y finalmente el retorno al modelo primario exportador con amplias importaciones y mayor redistribución, como es la situación actual.


Sabemos que en términos ampliamente aceptados, la regulación de lo laboral data de 1936. Para entonces el país era una formación socio económica atrasada, pero con la condición definida de exportador primario de su riqueza petrolera. Justamente lo que la literatura identifica como un modelo primario exportador, con limitada redistribución, ya que los recursos provenientes de las exportaciones beneficiaban a un limitado segmento de la población. Por tanto la legislación laboral aprobada no fue el resultado de un proceso amplio de construcción. Y desde ahí se origina una regulación laboral proteccionista y garantista en los derechos individuales, pero restrictiva y hasta obstruccionista en lo colectivo, desde un primero momento exteriorizaba la desconfianza en las organizaciones de los trabajadores, que eran pocas pero asomaban ya su espíritu cuestionador.


El Estado ha mantenido postura intervencionista en las tres etapas. Además un movimiento de los trabajadores que desde que recibió la tutela y protección del Estado para lograr sus primeras importantes conquistas (1945-48), no ha sido capaz de adoptar posiciones autónomas con respecto a los gobiernos. Cierto que la riqueza petrolera que éstos administran afecta e influye en la relación con todos los sectores en el sentido de reducirle los márgenes de autonomía. Pero sin embargo, desde el lado de los empresarios han ocurrido manifestaciones más decididas de relación autónoma con los gobiernos


Con este formato regulador del trabajo, el país entra un tanto tarde en la industrialización por la vía del modelo sustitutivo, en los inicios de los años sesenta. La intervención estatal en los asuntos de las relaciones colectivas de trabajo se acentúa, invitando a las corrientes sindicales vinculadas con los partidos en el poder a ser parte del establecimiento. Se mantienen y perfeccionan las garantías y tutelas en lo individual, legitimando el sistema político.


El rápido agotamiento de una industrialización tardía y poco consistente, quedo evidenciado en la apertura económica a los mercados externos de los fines de los ochenta. Para entonces se venía mostrando un proceso continuado de desindustrialización, que ha desembocado en lo que hoy observamos de un retorno al modelo primario exportador, aunque ha de reconocerse que con mayor redistribución que la primera etapa.


En su mejor momento del período sustitutivo de importaciones, el aporte del petróleo a la obtención de divisas era del 80%, hoy alcanza un aporte de hasta 95%. De sesenta mil millones de USA $ que ingresan por exportaciones, aquellas divisas diferentes a las provistas por las exportaciones petroleras, apenas montan a tres mil millones de dólares.


A lo largo de estas siete décadas y media de regulación laboral ha predominado como una constante, el propósito de control por parte del Estado de las organizaciones y mecanismos colectivos de las relaciones de trabajo. Y este propósito lo han concretado eficientemente quienes han ejercido el poder gubernamental, hayan sido los partidos políticos o hayan sido los gobiernos militares o militaristas.


Pero este control del gobierno ha sido casi sin represión colectiva, aunque si selectiva, ya que siempre han encontrado capas de dirigentes que han aceptado, y hasta estimulado, que los gobiernos fortalezcan su control sobre el movimiento y los mecanismos de acción colectiva propios de las Relaciones de Trabajo. No sin contribuir los aliados gubernamentales a la discriminación y hasta la represión a los pares de posiciones políticas diferentes. Así se pudo ver en la década del sesenta y ahora de nuevo.

sábado, 3 de marzo de 2012

REFORMA LEGISLACION LABORAL ¿CUAN INCLUSIVO ES EL PROCESO EN DESARROLLO?

Los actores laborales típicos son el Estado, los Empresarios y los Trabajadores organizados. Es importante analizar sus posiciones en torno al proceso de elaboración de la reforma laboral en desarrollo. Tomará más de un artículo poder hacer hacerlo.


Vinculado con este proceso importa considerar a otros actores que tienen interés con el fenómeno y por tanto fijan posición al respecto, tales son los casos de comunidades, partidos políticos, organizaciones no gubernamentales y sectores académicos. En este breve artículo no se profundiza sobre su participación, pero se tienen presente para futuros análisis.


El contexto en el cual se desarrolla este proceso se caracteriza fundamentalmente por dos rasgos relevantes. Uno la polarización y el otro la campaña electoral. Los dos son hechos políticos más que sociales y económicos.


La polarización se evidencia en la apelación a las llamadas cuarta y quinta república, como causa y solución de los problemas de la sociedad venezolana. También entre el socialismo y el capitalismo. Es ideológica porque desde las fuerzas en el poder se promueve un cambio profundo; no se trata de matices o estilos, sino de un cambio sistémico. Al menos el discurso y las proposiciones dominantes así lo pretenden. Aunque los resultados pudieran poner en duda algunos supuestos.


La campaña electoral está igualmente marcada por radicalismos. Por ello se llega al extremo de que emerjan dilemas extremos, como si se reconocerán o no los resultados, que si las fuerzas en el poder, en caso de perder lo entregarían o no. Para tener referentes, obsérvese que este tipo de dilema no se plantea en ninguna de las elecciones que se han efectuado o están por efectuarse en el todo el continente.


El que la polarización sea marcadamente ideológica y política, no coloca el problema social y económico como ajeno. Hay una obvia vinculación. Sin embargo se soslayan. Es parte de la misma marcada ideologización y politización.


En cuanto al Estado y el tema de reforma que analizamos. Hay que destacar la hegemonía que tiene el Poder Ejecutivo en la figura del Presidente de la República sobre los demás poderes públicos, lo que ha puesto de lado el clásico balance de poderes. El Legislativo es una caja de resonancia del Ejecutivo, del Presidente para más señas. Por ello más de una década con el compromiso de la reforma laboral pendiente. Algunos ejercicios desde la Asamblea Nacional, pero sin la señal definitoria de Miraflores.


La animosidad del poder constituyente de 1999 en agregar al texto constitucional las disposiciones transitorias que hacían referencia a reformas constitucionales de carácter laboral no fueron asumidas por los poderes Legislativo y Ejecutivo, al menos hasta ahora. Más bien desde el Poder Judicial se emitió un recordatorio y exhorto al Legislativo que debía cumplir con el mandato, pero no tuvo mayores efectos. Realmente al ser poderes subordinados no pasaría nada hasta tanto el Poder Presidencial lo decidiera.


En los últimos meses una Comisión Presidencial con integración oficialista, se le asigno la tarea de elaborar la propuesta. Ministros (Relaciones Exteriores, Trabajo y Seguridad Social, y Planificación y Finanzas), Parlamentarios –tres y sólo de corriente oficialista-, Procurador, Magistrados, Sindicalistas –tres y sólo de la nueva central oficialista- , un Empresario y tres juristas. Según integrantes de la misma, a tres meses de su nombramiento no se ha instalado ni reunido plenamente; hecho que llama a la reflexión, teniendo un lapso tan breve para cumplir su cometido. Cierto que algunos miembros, juristas y sindicalistas, evidencian activismo en el avance de consultas y declaraciones. Los medios de comunicación ávidos de declaraciones sobre la materia han encontrado receptividad en estos miembros de la comisión.


Por supuesto que el dilema de si esta es la vía idónea y legal para la construcción legislativa está planteado desde el mismo momento del anuncio de la comisión. Se conoce de iniciativas ante órganos jurisdiccionales sobre el particular.


Igualmente es destacable que la representación parlamentaria, sindical y empresarial es sesgada, se ignora a quienes han exteriorizado algún criticismo hacia las políticas oficiales. Incluso la bolivariana UNT no fue convocada.