En
nuestra anterior contribución analizamos la conducción política, directiva y
gerencial en las Empresas Estatales, en esta ocasión continuamos con el tema,
pero precisando situaciones que agudizan las dificultades en la conducción de
empresas que colocan el interés por servir a fines políticos, sin establecer un
necesario balance con la subsistencia de dicha empresa.
Lo
anterior se traduce en casos de
Empresas Estatales que si bien fueron concebidas para producir un bien o
servicio requerido por la sociedad, la orientación política las lleva a
privilegiar un funcionamiento con primacía de los fines de un aparente servicio
social, dejando a un lado la condición de entes productivo.
En
términos operativos, se trata de empresas que venden un bien o servicio sin
relación alguna con el costo que requiere producirlo. Costo de producción mas elevado que el precio de venta. El
caso extremo en nuestro país es PDVSA y el precio de la gasolina en el mercado
interno. Es el precio mas barato de este bien en todo el mundo. La situación se
hace más extrema cuando la cantidad de producción nacional es deficitaria y se
requiere entonces importar gasolina de los EEUU, por supuesto que a los precios
internacionales de este producto, téngase en cuenta que precio del barril del
crudo está cómodamente sobre los cien dólares. Así que desde el punto de vista
de las erogaciones de la nación se tiende a la dolarización de un bien que es
vendido a un precio simbólico sin relación alguna con cualquier análisis
económico.
Ante
la situación anterior se nota el inicio de búsqueda de alternativas para
racionar la venta de este bien, caso exigencia del chip en los estados
fronterizos. El tipo de salida señalada, que es explicado en el combate al
contrabando y en la racionalización del consumo, deja de lado concentrar el
análisis en el funcionamiento de la empresa, que se tome en consideración el
balance entre los fines políticos, la dirección y la gestión, asegurando la
subsistencia y progreso de la empresa.
En
el mismo orden se puede observar el caso de los precios de productos
siderúrgicos regulados que manufactura Sidor, tal es el caso de la Hojalata y
de las Cabillas de cierta medida. Entre sus precios regulados gubernamentalmente
y el costo de producción hay una diferencia de - 220% y -158%. Se sostiene que
estos precios sociales contribuyen a los envases para la industria de alimentos
y la construcción de viviendas.
Pero
continuando con el análisis de la conducción política y directiva más que
económica y gerencial, resulta que los precios de los productos no regulados,
igualmente todos tienen precios asignados por debajo de los costos de
producción.
Aquí
cabe reflexionar si la conducción política y la dirección están dispuestas a
replantearse este tipo de funcionamiento, y fijarse un plan de recuperación de
la empresa, conciliando intereses de naturaleza económica y gerencial. En caso
de no ser así, continuarán desarrollándose un conjunto de dificultades como las
que a continuación se exponen.
1- Continuar colocando la dirección y la gestión en manos de
personal con impericia productiva; manejo errático del negocio; sin
experiencia, y tampoco se contrata para esos niveles a gente conocedora del
ramo productivo. De todos modos no deja de plantearse como problema el que aún
contratándose personal conocedor del negocio, resulta que luego esté
subordinado a una Dirección inexperta o comprometida con objetivos puramente no
económicos, que sacrifican la subsistencia operativa en el presente y futuro del negocio.
2- Empresa que no recibe inversión para actualizar bienes
productivos, y va gradualmente
rezagándose en su capacidad y operatividad. Igualmente empresa que no hace
investigación y desarrollo para mejorar sus procesos, por tanto repite
prácticas obsoletas y que poco a poco se va quedando en posición que apenas le
permiten sobrevivir. Esto genera incrementos de los costos por perdida de
tiempo, materiales y errores.
3- Las dificultades operativas y los pobres resultados de la
empresa inciden en incumplimiento de compromisos con el personal, sean los
contractuales y los mismos legales. Demás esta destacar que las prácticas de
gestión de las personas, puestas en ejercicio o aplicadas poco contribuyen a un
buen ambiente de trabajo. Más notorias son estas anomalías cuando se trata de
empresas que tienen en sus antecedentes logros en sus prácticas y conquistas
laborales. Todo esto trae consigo frecuentes reclamos y paralizaciones
laborales. Todo un circulo vicioso.
4- No generación de ganancias y por tanto no se hace aportes al
Impuesto sobre la Renta, y dejan de cumplirse con otros tributos a entes
estatales de servicios públicos y sociales (Alcaldías, Ivss, INCES, Foavih,
entre otros)
La
sobrevivencia sana y robusta de la empresa también es una opción para cumplir
objetivos políticos, pero sin prescindir de los económicos y de gestión.
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