miércoles, 21 de octubre de 2015

POLÍTICA LABORAL SALARIAL EN CONTRA DEL BUEN EJERCICIO DE UNA CARRERA


Las diferencias salariales o de ingresos entre los niveles más altos de la jerarquía, comparado con aquellos numerosos grupos que devengan los montos más bajos, dan lugar a controversiales situaciones que analizaremos.

  Se trata de un indicador que refleja justicia y además combate la desigualdad entre los que laboran en una determinada organización. Sin embargo los diferenciales han de tener presente elementos objetivos en los diversos segmentos de los trabajadores, como son la formación, la experiencia, los riesgos, las responsabilidades, los desempeños, la penosidad y hostilidad de las actividades. Son estos de los factores más frecuentes a tener presente en las consideraciones que le dan sentido a los diferenciales. 

  Estos se analizan mejor teniendo presente los ingresos y no sólo los salarios; clave, si se tiene en cuenta que los altos niveles de la jerarquía de las empresas son beneficiarios de prebendas que representan costos para la organización. 

  Una limitante para hacer estas comparaciones es que los ingresos de quienes están en la alta jerarquía incluyen beneficios confidenciales, que ellos mismos no despliegan, y que por supuesto no son manejados ni conocidos por el resto de los que laboran en un determinado ente productivo. 

  Volviendo a la justificación de los diferenciales, estos, dentro de los límites que corresponden a los distintos sectores y profesiones, juegan un papel importante para el estímulo a la existencia de la carrera de las personas en esa organización o profesión; al mejoramiento profesional, a la búsqueda del mejor desempeño. Por otro lado, cuando son muy estrechos conspiran indudablemente contra estos nobles propósitos laborales. Así también hay que señalar que unos diferenciales abismales generan discriminación e injusticia, ya que al ser muy pronunciados es porque median razones diferentes al trabajo mismo, entre las categorías de la alta jerarquía y los niveles más bajos. 

  Antes de su reestatización en 2007, los salarios de la Cantv se movían entre una y noventa veces en la escala, y ningún trabajador devengaba el salario mínimo oficial nacional, todos lo superaban. Se nos informa que con la re estatización hubo gran expectativa cuando se anunció una política de cierre de brechas salariales, que apuntaba a minimizar el número de veces que el mayor salario superaba al menor, la inmensa mayoría de los trabajadores interpretó que todos se ubicarían mas cerca de la vez noventa, pero después de siete años de agresivo cierre, la brecha efectivamente se redujo, pero los salarios se aplastaron, ahora la diferencia entre el salario mas alto y el mas bajo, es de apenas 2,2 veces. Esto sólo tomando en cuenta el tabulador contractual, por tanto deja fuera a los altos niveles de la jerarquía, sobre los cuales hay total opacidad.

  Lo expuesto es pertinente al analizar las tablas salariales resultantes de las recientes negociaciones de la normativa o convenio colectivo universitario. Los ingresos que se observan en las tablas, tanto en las categorías de obreros, como de empleados administrativos y los docentes e investigadores, los diferenciales oscilan de un máximo del  50% en obreros entre el nivel 1 y el 7 - máximo nivel -, de un 85% administrativos entre el nivel I y el más elevado nivel XV; y de un 70% docentes e investigadores, entre el entrante en la condición de Instructor a dedicación exclusiva, y la máxima categoría -Profesor Titular- en la misma dedicación. 

  Estos diferenciales pudieran variar ligeramente al incluirse algunas primas relacionadas con la antigüedad u otro factor de la carrera. Pero en todo caso es de los diferenciales más estrechos y por tanto menos favorecedor de la construcción y fomento de carrera. Afecta a todas las categorías consideradas y presentes en el conglomerado laboral universitario, pero es definitivamente contra natura que estos diferenciales sean los que se apliquen en la carrera académica, siendo que la misma se caracteriza por un continuado esfuerzo que no sólo se fundamenta en el dominio del ejercicio de las funciones basados en la experiencia, sino que a lo largo de la vida laboral  se van planteando exigencias para poder avanzar en una genuina carrera académica.

  Hay que destacar que sistemáticamente el gobierno ha venido estrechando estos diferenciales en el ámbito universitario. Lo que evidencia que se trata de una política sostenida y deliberada. Claro que en la generalidad de los ámbitos laborales es natural la existencia de diferenciaciones  en el ejercicio. No cabe el igualitarismo, porque el conocimiento, las destrezas, las competencias requieren estudios y ejercicio, y eso significa disciplina y tiempo. El igualitarismo es contrario al esfuerzo, ya que valora por igual el que se cuente o no con capacidad y preparación para hacer las tareas que corresponden a cualquier actividad laboral.  

  Preguntaríamos, ¿cuáles son los diferenciales salariales en entidades del Estado, como Pdvsa, Seniat, Fuerza Armada, CVG, Conviasa, Bolipuertos, TSJ, Cancillería, por señalar algunas?. Para empezar a analizarlo, un primer escollo con que nos encontramos es la opacidad que caracteriza a los ingresos de quienes ocupan las altas jerarquías, todo lo contrario con los niveles bajos y medios de las escalas, cuyos ingresos son del dominio público.  


  Los empleos han venido perdiendo la estabilidad que otrora caracterizó a muchos de ellos, por eso a las carreras y los ejercicios laborales en casi todos los campos del saber se les plantean interrogantes. Pero las mismas requieren procesos genuinos, democráticos y participativos para abordarlos, es decir reconocimientos de actores por su capacidad de representación y no por la ventajosa creación gubernamental, ya que lo que trae consigo es la imposición de actores por la coincidencia ideológica, también es imperiosa la profesionalización en la gestión estatal y el ejercicio de genuinos diálogos sociales.  

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