lunes, 23 de marzo de 2015

VIOLENCIA EN EL TRABAJO Y RIESGOS PSICOSOCIALES

Sobre la violencia laboral hemos elaborado contribuciones e investigaciones a propósito de la violencia que conduce al extremo de plantearse eliminar físicamente al contrario. El país vive una violencia radical que se manifiesta en todos los ámbitos. Los casos más extremos se observan en el sector de la construcción. Los continuados registros del Observatorio Venezolano de la Violencia Social, de personas eliminadas en relación a actividades sindicales, lo que indica como este problema ha sido persistente y poco se ha hecho para aminorarlo. 

  Sin embargo poco registros se conocen en cuanto a la violencia que al otro lo maltrata en su dignidad, personalidad y moral, llamaremos riesgos psicosociales. En este sentido vemos con interés que en la carrera de Relaciones Laborales de la Universidad Nacional del Nordeste, Argentina, se hacen estudios para orientar, prevenir y divulgar, y por ello tomamos en consideración su documento de trabajo “Herramientas para comprender y prevenir la violencia laboral”  
     
  Entendida la violencia como una forma de abuso de poder que tiene por finalidad excluir o someter al otro. Lo más visible es cuando se manifiesta como agresión física, pero también se presenta como acoso sexual o acoso moral en el trabajo; lo que puede presentarse tanto en sentido vertical (ascendente o descendente) como entre pares; así como ejercerse por acción u omisión. Sin duda afecta la salud y el bienestar de las personas que trabajan.

  En la tipología de la violencia en el trabajo, se observan la: física, sexual, verbal, en el proceso de trabajo, en la organización del trabajo, en la gestión de la carrera laboral, en la violación de los derechos laborales. Además hay otras dimensiones que incluyen la violencia simbólica y la institucional. 

  De la violencia sexual, se considera a toda conducta o comentario reiterado con connotación sexual basado en el poder, no consentido por quien la recibe. Puede considerarse sin o con contacto físico. Lo primero se manifiesta al hacer proposiciones, alusiones o comentarios con connotaciones sexuales; y lo segundo con roces, contactos físicos intencionales o “casuales”.

  La violencia verbal se manifiesta del siguiente modo: promover o participar de rumores malintencionados; negarse a colaborar alegando cuestiones de distinta índole; insultar, gritar, hacer acusaciones infundadas; descalificar a las personas frente a terceros; inmiscuirse en la vida privada: realizar preguntas indiscretas, escuchar conversaciones privadas, leer mensajes personales; criticar la vida privada en otros ámbitos; realizar comentarios que atentan contra la dignidad de las personas: burlarse por distintos motivos, realizar bromas pesadas, hacer "chistes" racistas, poner sobrenombres.

  Además de la verbalización oral y escrita, el acto comunicacional incluye también una dimensión proxémica (espacio) y kinésica (cuerpo) a través de los cuales los sujetos nos comunicamos y relacionamos.

  Otras formas de violencia en la comunicación: reaccionar con gestos ofensivos; dar la espalda, negarse a saludar, negarse a estrechar la mano, encogerse de hombros, suspirar, elevar la vista al cielo, no responder; gestos mezquinos (esconder objetos necesarios, deformar u ocultar la información necesaria para llevar a cabo el trabajo, sabotaje del trabajo de otro, desprestigiar a la persona víctima con relación a su trabajo); aislar a la persona, impedir el contacto con los compañeros.

  Violencia laboral en el proceso de trabajo: criticar injusta o exageradamente el trabajo realizado; controlar excesivamente el trabajo; controles médicos excesivos;  cambiar las reglas en forma inconsulta o no comunicada. 

  En la organización del trabajo, se incluye: retiro de tareas o de responsabilidades; sobrecarga de trabajo; falta de trabajo; multiplicación de tareas diferentes; tareas inadaptadas al nivel de competencia o al estado de salud de la víctima; tareas inútiles, absurdas o degradantes 

  En la gestión de la carrera laboral: chantaje con el empleo, un ascenso, un cambio de puesto; imposición de un cambio de puesto; retiro o cambio en la atribución de los elementos de trabajo (escritorio, computadora, teléfono, etc.); discriminación con respecto a las vacaciones, los horarios, la carga laboral, los pedidos de formación; instigaciones verbales a dejar el empleo. 

  En la afectación de los derechos laborales: en nuestro medio es masiva la violación de reglas legales o contractuales, si el caso ocurre en empresas privadas, presentar el reclamo ante las autoridades del trabajo en muchos casos resuelve el problema, la situación se complica si se trata de un trabajador al servicio del estado, ya que las autoridades administrativas y judiciales se abstienen de darle la razón al trabajador, ello se traduce en retardos, obstáculos o impedimentos de acceso al ejercicio de derechos. Existen otras instituciones no necesariamente públicas que también pueden comportarse y ejercer violencia institucional, tales como partidos, sindicatos, organizaciones empresariales y de la sociedad civil.
  
  La violencia laboral posee otra dimensión que no es fácilmente perceptible y que refiere a prácticas y entornos que muchas veces se institucionalizan como naturales y corrientes en las relaciones de trabajo, que refiere a la violencia simbólica se manifiesta a través de patrones estereotipados, mensajes, valores, iconos o signos que transmiten y reproducen dominación, desigualdad y discriminación en las relaciones sociales, naturalizando la subordinación de personas o de grupos.

 También en una dimensión contraria a la tradicional, como es la de la imposición en nuestro contexto de la estabilidad absoluta, ya con década y media, da lugar a situaciones tensas de violencia entre subordinados de una jerarquía menor con respecto  otros también subordinados pero de una jerarquía mayor.  

  No menos importante significa indagar la violencia en los medios laborales en escenarios de no generación de empleos formales, como ocurre en el país, cada vez produciendo menos bienes y desmejorándose los servicios, cerrando fuentes de trabajo, levantándose un ambiente tenso en la convivencia de los espacios productivos. 


  Este tema de la violencia en el trabajo, es una línea de indagación que seguro develaría un trasfondo oscuro y perverso en el mundo del trabajo, que no captamos o nos acostumbramos a ella. 

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