lunes, 16 de marzo de 2015

RELACIONES DE TRABAJO COMO DISCIPLINA, PROFESION Y EJERCICIO


   La intervención de los profesionales formados en las universidades en el campo de las relaciones de trabajo, es motivo de reflexión en intercambio llevado a cabo en el seno de red de este campo. 

  Lo primero que se plantea para facilitar el intercambio es partir de un mínimo de consenso en cuanto a cual interpretación se le da al objeto de este campo. Teniendo presente que el ámbito en el cual ocurren los fenómenos de nuestro interés es el del trabajo, es decir aquel ámbito que sirve para la producción de bienes y servicios, y, que en todo trabajo dependiente concurren por un lado la entidad empleadora y quien le presta servicios.  Acotamos que sobre el trabajo independiente caben reflexiones un poco diferentes, porque hay una relación de quienes así laboran con entidades reguladoras, es decir autoridades que determinan ámbitos para el ejercicio de actividades laborales.

  Una distinción importante en el desempeño de profesionales en el campo de las relaciones de trabajo, es la que existe entre la disciplina, la profesión y los cargos. De lo primero se refiere a un campo del conocimiento que emerge de la vida productiva pero que se extiende a lo social y a lo político. Toda relación que haga uso del trabajo dependiente, genera entonces la coexistencia de dos partes en la cotidianidad de ese espacio productivo, y en el que conjuntamente se proponen crear riqueza. En el análisis y estudio de esa relación está el foco de la disciplina. La relación de capital y trabajador en tanto dos partes diferenciadas que coexisten  nace con el capitalismo. El regímenes de producción pre capitalistas, quienes hacían el trabajo eran parte de el capital, ya fueran esclavos, servidumbre o campesinos enajenados. 

  En la realidad de nuestros días, este foco no es particular de que la propiedad ha de ser necesariamente privada. También el fenómeno esta presente si la producción de servicios o bienes proviene de entidades cuya propiedad sea del Estado. 

  La profesión viene dada por dos caminos, por la realización de la carrera en centros de educación superior y en el otro camino por la adquisición de conocimientos en el propio ejercicio. Los empleadores conservan la libertad de colocar en cargos de este campo no solo a profesionales titulados en relaciones de trabajo, sino también de otras áreas, e incluso a personas que pudieran no tener ninguna titulación universitaria, sino que evidencian que han adquirido conocimientos y gozan de experiencia, incluso relaciones de identidad y lealtad entre empleador y la persona pesan en contrataciones y posiciones.  

  Por supuesto que esto último  genera malestar en quienes se han titulado, pero como ocurre que se dispone de poca fuerza gremial, no han sido exitosos los esfuerzos por contrarrestarlo. A pesar de la existencia de una ley del ejercicio de las relaciones industriales, ella solo otorga la obligatoriedad de contar con profesionales del campo en algunos procesos puntuales, los que hasta pueden ser contratados para ejecutar esos procesos  como profesionales externos.

  Los centros de educación superior que construyen y administran los programas de formación en este campo, son comunidades dirigidas e influidas como todo campo del conocimiento, donde cabe  el predominio de un determinado enfoque de la disciplina o la convergencia de diferentes perspectivas. 
  
  Dejamos para el final reflexionar sobre los cargos. Estos van desde el que aborda los asuntos más elementales hasta aquellos de contenido más complejo, así también en cuanto a jerarquía desde un nivel de base, de ingreso a la vida laboral en la profesión, hasta las más altas jerarquías de las organizaciones. En todas las disciplinas los cargos o las posiciones son establecidas por las empresas; la evolución que permite que de la unilateralidad  del empleador se pase a procesos inclusivos tal como seria la bilateralidad, empleador y trabajadores, lo determinan evoluciones en las políticas públicas y en el desarrollo gremial. 

  La representación de la empresas da lugar a que existan cargos que tienen tal carácter. La máxima representación es la que indiquen sus estatutos o su registro, pero luego viene la delegación de esta representación como actos de la gerencia. Por supuesto que en todas las áreas profesionales que intervienen en la actividad de un ente productivo hay una posición de  dirección  y por tanto representa al ente empleador en este determinado campo, su capacidad de tomar decisiones que comprometen a la empresa y es un interlocutor ante las organizaciones que representan a los trabajadores y a las autoridades públicas. Entonces hay cargos de dirección, y por otro lado la existencia de la gran mayoría, que son cargos técnicos sin poder de dirección ni representación. 

 La carrera de los profesionales puede ser vista por el ascenso en las jerarquías de las organizaciones, pero es muy importante apreciar que hay otros caminos para el crecimiento en este ámbito, como es en la profundización y dominio de los saberes de la disciplina, como innovador y creador de conceptos, técnicas o métodos que representan una contribución a la disciplina, al entendimiento de sus fenómenos, transformaciones y tendencias, y también a un mejor ejercicio profesional traducido en aportes a una mejor calidad de vida de sectores laborales al tiempo que sustentable económica y socialmente, para la entidad productiva y la nación, en relaciones de equidad y democracia. 


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