Sobre “Trabajo Decente y las Relaciones Laborales” se nos solicitó hacer una presentación en las I Jornadas de Salud Ocupacional, organizadas por el Instituto de Altos Estudios de Salud “Arnoldo Gabaldon”, este jueves 11 del presente en Maracay.
El concepto de trabajo decente es una formulación ya difundida y globalizada por la OIT. Desde un principio para los países de habla castellana la palabra decente levanto cierta inquietud por significado de su opuesto, indecente. Es por lo que en nuestro medio es frecuente que leamos la expresión trabajo digno, como la misma formulación que provino de los debates y acuerdo en el seno de OIT. También vale considerar la expresión trabajo seguro, mencionada y destacada por algunos colegas participantes en la aludida jornada.
En cuanto al tema de fondo, es decir ¿que aborda y contiene esta formulación? No hay duda que refiere a garantizar y elevar la protección del trabajador, habida cuenta que los consensos para su aprobación, ocurrió luego del período en que el neoliberalismo fue la doctrina dominante en la mayor parte de las economías del mundo. Por tanto con el convenio de las normas fundamentales o derechos mínimos de 1998, se admite la concreción y punto de partida de esta formulación universal que gradualmente ha venido siendo acogida por las sociedades.
Elementos centrales del trabajo decente se recogen en los llamados derechos mínimos, que incluyen enfrentar los abusos con el trabajo infantil y el trabajo forzoso, enfrentar toda discriminación para el ingreso y conservación del empleo. Completando con los derechos necesario para la defensa y avance de la situación de los trabajadores, en concreto la libertad sindical y la de negociar colectivamente las condiciones de trabajo. Por el objetivo planteado en la conferencia, nos centramos en estos dos últimos elementos; concentrando la atención en registro sindical, dialogo social y negociaciones colectivas. Necesariamente el planteo en estos elementos es crítico de la acción estatal, por el hecho de su abierta indiferencia al cumplimiento de los elementos esenciales que permitan dar garantías a estos conceptos del trabajo decente o digno.
En otras contribuciones hemos abundado en análisis que profundizan y ofrecen datos de cuanto nos alejamos del concepto de trabajo decente o digno, en lo que tiene que ver con el registro sindical, altamente intervenido por la administración del trabajo; la ausencia de diálogo social, tanto con representantes de los trabajadores como de los empleadores, y las dificultades y obstáculos al libre desarrollo de las negociaciones colectivas. Los indicadores son elocuentes en evidenciar que de no haber rectificaciones profundas, estaremos ensanchando la brecha entre nuestras políticas laborales en esas materias y lo requerido por los convenios internacionales que hemos suscrito.
También es importante destacar que cuando desde instituciones locales se formulan quejas y denuncias sobre los déficits y desviaciones en los temas que analizamos, no se manifiesta en la respuesta oficial una postura transparente para que se clarifiquen las denuncias. Suele hacerse referencia al tema de la soberanía como excusa para no permitir el escrutinio e investigación en los asuntos denunciados ante instancias internacionales. El país no sacrifica su soberanía cuando es miembro de instituciones que discuten con transparencia los asuntos controvertidos, y que cualquier posible escrutinio es construido con el consenso de las autoridades nacionales. Hay que tener presente que a esas instancias se recurre cuando localmente no se consiguen las aperturas y garantías para el o los afectados.
Para quien desee ampliar en este tema, en el siguiente vínculo se accede a las actas de la Comisión de Expertos en Aplicación de Convenios y Recomendaciones de OIT:
http://www.ilo.org/ilc/ILCSessions/102/reports/reports-submitted/WCMS_205508/lang--es/index.htm
Una referencia importante vista la incorporación al Mercosur, es el hecho de que en estos países existen programas de fomento del trabajo decente, que llevan a toda la sociedad la divulgación de sus conceptos y elementos. Por ello en las escuelas primaria, básica, vocacional, formación profesional, está presente en los programas curriculares los principios que sustentan el trabajo decente, y además hay campañas que lo extienden a los espacios productivos y públicos.
sábado, 13 de abril de 2013
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