Hace pocos meses se cumplieron los primeros diez años de la reforma de los procedimientos laborales que se siguen en los tribunales para dirimir las discrepancias laborales. Sin duda, la reforma laboral más sólida y estable de todo este ámbito en los últimos catorce años.
Esta reforma se sustenta en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela que trae consigo principios avanzados en cuanto a la justicia laboral, y que además le estableció en sus disposiciones transitorias un plazo para que se convirtiera en realidad. Plazo que fue cumplido, muy a diferencia de otras reformas laborales.
Estos principios procesales fundamentales se refieren a la uniformidad, brevedad, oralidad, publicidad, gratuidad, celeridad, inmediatez, concentración, prioridad de la realidad sobre los hechos, la equidad, el impulso procesal de oficio, el carácter tutelar de las leyes sociales, la irrenunciabilidad de los derechos y beneficios de los trabajadores, la contradicción en el proceso y la posibilidad de aplicar por analogía otras disposiciones procesales establecidas en el ordenamiento jurídico, que coadyuvan al dinamismo de la actividad jurisdiccional.
De los principios constitucionales desarrollados ampliamente en la Ley Orgánica de Procedimientos Laborales –LOPT-, se pasó a la instrumentación y modernización de las estructuras institucionales, a la calificación del personal que administraría y operaría los nuevos conceptos e instrumentos, todo con un seguimiento riguroso y sostenido.
De los principios constitucionales desarrollados ampliamente en la Ley Orgánica de Procedimientos Laborales –LOPT-, se pasó a la instrumentación y modernización de las estructuras institucionales, a la calificación del personal que administraría y operaría los nuevos conceptos e instrumentos, todo con un seguimiento riguroso y sostenido.
La construcción de la LOPT es una obra cuyo mayor peso recayó en la Sala Social del Tribunal Supremo de Justicia, llevada a la Asamblea Nacional para su discusión y aprobación. Luego la instrumentación ha sido dirigida por la Sala Social de entonces, del 2002 en adelante, especialmente los primeros años fueron determinantes para garantizar el alcance de sus objetivos. Quienes han estado al frente de esta tarea en la Sala Social, más las cabezas de los circuitos laborales en todo el país cuentan a estas alturas con un balance favorable en la administración de la justicia laboral venezolana.
Importante destacar que en estos diez años, la Sala Social ha organizado junto con los circuitos laborales de todo el país sesenta y dos Encuentros Nacionales que han sido clave en el intercambio y análisis de la aplicación de estos nuevos conceptos e instrumentos del procedimiento laboral, así como en la comparación de experiencias, ejercicios académicos, análisis de casos, conferencias con expertos nacionales e internacionales, e integración profesional y personal de los responsables de la justicia laboral en el país.
Los abogados tanto ejerciendo la representación de trabajadores
como de empresas, reconocen el avance con relación al régimen de justicia laboral previo. Igualmente es destacable la incorporación de las nuevas tecnologías de la información que permiten a funcionarios de la justicia laboral como al público usuario de estos servicios acceder a las sentencias, así como leer el desarrollo de sus procedimientos para saber en que estado esta el juicio que interesa a usuario.
Esta pendiente la posibilidad de un avance tecnológico que permita que más allá de las tecnologías de la información, estos servicios puedan ser beneficiarios de las tecnologías de la comunicación, y poder contar con juicios que incluyan interactividad entre funcionarios y otros interesados en el caso.
Es importante destacar que la mayoría de los integrantes de la Sala Social está concluyendo su período y han de ser sustituidos en lo inmediato por sus suplentes, pero el hecho más importante es que ya está planteado que la Asamblea Nacional se aboque al nombramiento de los nuevos magistrados titulares. Por la conformación de la Asamblea inevitablemente será un proceso de consenso entre las representaciones que la conforman.
La modernización y el avance experimentado por la justicia laboral, de alguna manera se somete a una prueba al concluir su período tres de los magistrados que estuvieron al frente de este proceso desde sus inicios. Preservar las buenas experiencias es del interés del los actores laborales interesados en la justicia laboral.
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