En el mundo del trabajo los problemas y asuntos que le son propios ofrecen distintos tipos de atención pública. Un tema cuya relevancia es prioritaria para el ciudadano es el del empleo. Todo el mundo aspira tener un ingreso a partir de una actividad productiva determinada. Estar haciendo algo legitimo. Lo deseable es tener un empleo protegido, estable y con oportunidades de progresar. Hay quienes aspiran esto mismo por la vía de un emprendimiento. Quienes vienen de una familia que ya ha empezado este esfuerzo, se consiguen el camino adelantado.
El conjunto de las actividades productivas que se ejecutan día a día en una determinada sociedad, responden también a la necesidad de proveer de los bienes y servicios que ella requiere. Así que el trabajo ofrece una doble solución, su ejecución brinda oportunidades a la gente para tener una actividad que le provee de ingresos, y por otra parte el producto del trabajo ofrece a la sociedad lo que ella necesita para su funcionamiento.
A la gente además de proveerle de ingresos, el trabajo tiene muchos otros significados, “No sólo de pan vive el hombre”. Pero indudablemente la cosa empieza por el ingreso para subsistir. Asegurar la subsistencia es la razón más antigua que induce al individuo a trabajar. Después viene lo demás, que la afirmación personal, la autoestima, la identidad, el reconocimiento, que el compromiso social y ético, la responsabilidad pública. En la sociedad moderna, todos estos significados adquieren una enorme importancia para el funcionamiento social. De lo anterior se deriva que la carencia de trabajo trae consigo complejas implicaciones, que van más allá del sólo hecho de no tener los elementos para la sustentación material.
Pero el mundo del trabajo es objeto de la atención ciudadana por lo que se transmite de él. Así que la atención mediática la captan fenómenos extraordinarios del mundo del trabajo. Lo cotidiano no es noticioso. El acto de producir y convivir en los ambientes productivos, para que funcione establemente y progrese el individuo, la familia, las instituciones vinculadas con el trabajo – empresas, sindicatos y entes públicos relacionados-, y la sociedad en su conjunto, no es noticia.
Lo dominante en lo noticioso, lo que capta la atención pública es aquello que más bien se opone a lo planteado en el párrafo anterior. Temas como la violencia sindical y laboral en general, que registra ya cientos de personas asesinadas, todo vinculado con asuntos sindicales; las frecuentes protestas, llegando a niveles de acciones temerarias y extremas, a tal punto que las huelgas de hambre se han tornado en hechos ordinarios; la criminalización de la protesta laboral, que igualmente se traduce en cientos de personas incriminadas; las paralizaciones y ocupaciones de centros productivos cuya frecuencia desbordante, ya ni siquiera registran las autoridades responsables de hacerlo. Este tipo de fenómeno es que el llama la atención.
Toda esta reflexión viene a propósito de la conveniencia de dirigir la mirada hacia el ámbito productivo, apuntando al funcionamiento organizacional, la creación e innovación y la disciplina que demanda. Es de ahí de donde se deriva un producto o un servicio para satisfacer necesidades sociales, finalmente una riqueza que ha de repartirse entre los que contribuyen a crearla. Este es el camino que contrarresta la creciente violencia que vive el ambiente laboral.
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