domingo, 26 de septiembre de 2010

ACCIDENTES, PREVENCIÓN Y PARTICIPACION

La ocurrencia y frecuencia de accidentes de trabajo, trae a la consideración algunos problemas de las políticas públicas y del accionar de las Relaciones de Trabajo.

Un primer elemento a destacar es cuan importante es tener presente la participación de los actores sociales en la prevención. Es un área que ofrece similares niveles de interés para trabajadores y empresarios. La integridad de quienes laboran en un centro productivo, es una prioridad de los que cotidianamente se encuentran y comparten el quehacer productivo. Estas premisas hacen de este tema un área favorable para la participación de trabajadores y empresarios en su planificación, conducción y evaluación. Por otra parte, no es de menor importancia, tener presente que un accidente laboral impacta negativamente en el ambiente del centro productivo, y si el accidente fuera mortal, el impacto en la moral colectiva es inconmensurable.

En las relaciones de trabajo este campo ha sido de la primaria responsabilidad de los empleadores, dado ser el responsable de las condiciones bajo las cuales opera y funciona el centro productivo. Para los sindicatos, en su facultades ha estado siempre el tema. Sin embargo por un largo tiempo, el área se soslayó a cambio de priorizar los temas económicos reivindicativos. Hay que convenir que esto era entendible, dado los bajos salarios, que obligaba a la agenda sindical a concentrar en lo económico sus mayores esfuerzos.

Fueron muy contados los casos, en los cuales se pudo observar la colocación de las condiciones de trabajo como tema central de una agenda reivindicativa efectiva, al punto de ir incluso hasta una paralización de actividades. Por supuesto que las deficientes condiciones de trabajo, siempre servían para incluirlas en un petitorio reivindicativo, pero más para abultarlo que para batirse por su mejoramiento hasta las últimas consecuencias. Apenas se lograban las metas económicas, aunque fuera parcialmente, se dejaban a un lado las exigencias de prevención y mejoramiento de las condiciones ambientales de trabajo.

En las políticas públicas es de destacar el notable fomento de los delegados de prevención y los comités bipartitos al interior de las empresas. Indudablemente se le ha impreso un notable apoyo. De acuerdo con las cifras del Inpsasel se han registrado hasta el tercer trimestre de 2008 (los datos más recientes de su pagina web) la cantidad 18.106 Comités de Prevención y 7.262 Comités de Seguridad y Salud en el Trabajo, y ya se acumulan para entonces –desde el 2005- más de 80.000 Delegados de Prevención. Todo un colectivo institucional y de trabajadores para encarar el tema de la prevención.

Al anterior esfuerzo institucional, conviene destacarle un par de observaciones. Primero, que en muchos casos el fomento de estas nuevas figuras de la representación laboral se solapa con la actividad sindical, o peor aún, existen casos en donde se convierten en mecanismos de confrontación intra laboral, en una o dos vertientes, ya sea contra el sindicato, o en posiciones confrontativas con los empleadores. Claro que no es de sorprenderse que surgan estas consecuencias. En primer lugar el tamaño de las empresas nuestras no es muy grande, salvo contadas excepciones, lo que significa que ademas de sindicatos organizados por empresas, convivan estructuras de representación especializada, como es la de los delegados de prevencion y los comités de seguridad y salud en el trabajo.

Lo anterior da lugar a que facilmente se levanten roces entre actores empoderados por el fuero sindical, y que en el caso de los delegados de prevención son portadores de un empoderamiento oficial explicito como lo evidencia, la Memoria del Ministerio del Poder Popular del Trabajo y de la Seguridad Social 2008 “Con la consolidación de éste proceso revolucionario, los Delegados y Delegadas de Prevención se han convertido en una pieza fundamental capaz de brindar un gran impulso a la transformación de las condiciones en los centros de trabajo, donde la participación y protagonismo de los trabajadores y trabajadoras, la solidaridad, la equidad y la justicia social, a favor de su propia dignificación, se han convertido en un baluarte que progresivamente han ido atesorando en la conciencia de un colectivo.”-pag 333-. Por otro lado, con los sindicatos opera más bien una política restrictiva, lo que agudiza una situación de fragmentación al interior de los trabajadores, con el acompañamiento de una atmósfera complicada para el fomento de la productividad y el mejoramiento de las condiciones de trabajo y de la calidad de vida, basado en una base material sostenible.
Terminando, esta pendiente una evaluación amplia, efectiva y responsable de estas políticas públicas.

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