El problema y antecedentes
A partir de este material nos planteamos un acercamiento al tema de la violencia sindical. Se ubica este fenómeno como una manifestación de la violencia laboral, la que a su vez es un reflejo de la situación de violencia generalizada que experimenta la sociedad venezolana. La violencia sindical es un fenómeno que ha alcanzado niveles preocupantes en la vida del país, por supuesto que los primeros en captar este drama son quienes participan o se interesan por el funcionamiento de las Relaciones de Trabajo.
La violencia sindical refiere a violaciones de derechos humanos, los que alcanzan en su manifestación más extrema a asesinatos, pero igualmente ella incluye las amenazas, el hostigamiento, atentados con o sin lesiones, desplazamientos forzados, las detenciones arbitrarias, allanamientos ilegales, las desapariciones, la tortura .
El Informe de Provea, institución privada que lleva registros de violaciones de los derechos humanos, indica para el año 2005 el asesinato de 45 dirigentes sindicales, relacionados con la obtención de empleos en los sectores de la construcción, industrias básicas y petrolero. El año siguiente -2006- el Informe de Provea correspondiente indica un número de 48 asesinados, el fenómeno sigue ocurriendo por el acceso al empleo, en los sectores de la construcción y el petrolero. El número baja a 29 en el 2007, este año “se instala una mesa de dialogo de alto nivel constituida en el 2007 para buscar soluciones a esta problemática fue abandonada tanto por los trabajadores como por el gobierno sin haber logrado resultado alguno”. Provea (2008)
Con los datos anteriores Provea informa que ya para el año 2007 indica que “Venezuela es el segundo país en el mundo más peligroso para los sindicalistas, luego de Colombia” . Pero Analizando los datos recopilados por la Escuela Nacional Sindical (–ENS de Colombia- que cuenta con un sostenido programa de recopilación de registros y testimonios -), resulta discutible esta afirmación, véase lo siguiente: Disponiendo de dos fuentes por un lado la ENS, da cuenta de 22 homicidios de sindicalistas en el 2007 y de 34 en el 2008. Estos números son más bajos que los de Venezuela en esos mismos años. Aunque otra fuente importante como es la Confederación Sindical Internacional, a la cual está afiliado el sindicalismo colombiana, presenta un registro de 39 y 45 de asesinatos de sindicalistas para igual período.
No obstante lo extremo de la situación de violencia sindical, dada la magnitud que ha alcanzado la violencia general existente en el país, coloca a aquella como una violencia más, de alguna manera le resta importancia. Por tanto, interesa destacar que la violencia sindical está vinculada con una situación de deterioro institucional, que lesiona directamente el funcionamiento de las Relaciones de Trabajo. La violencia sindical no es una violencia aislada. No menos importante es agregar que en ella se recurre frecuentemente al sicariato, es decir asesinatos por encargo. Hasta en los medios ha surgido una nueva y especializada categoría el "sindicariato".
Hay que señalar que la vida sindical venezolana no tiene ni remotamente en su historia, nada que se le parezca en cuanto a tales niveles de violencia. En la historia sindical venezolana, se contabilizan hechos de violencia sindical en las décadas del cincuenta y del sesenta, por la inevitable asociación entre los partidos políticos activos en la lucha política clandestina y su relación con las organizaciones sindicales bajo su orientación o influencia. Incluso en la década del sesenta ya no sólo fue la acción política clandestina, sino que ella era además insurreccional y armada, por supuesto más expuesto el sindicalismo a experimentar agresiones violentas.
En los años violentos de la emergencia de la subversión guerrillera a principios de la década de los sesenta, el sector sindical quedó expuesto a la represión, ya que la acción sindical por su propia naturaleza necesita actuar abiertamente, para la vinculación directa con las masas y la acción laboral reivindicativa ante las instancias correspondientes. Por supuesto, la fracción sindical de la izquierda experimentó consecuencias directas de la violencia política, como fue una importante pérdida del número de adherentes, luego de haber tenido una relación de fuerzas similar a la corriente acciondemocratista, como se evidenció en los resultados electorales del III Congreso de la CTV en 1959. La etapa de la violencia política la aisló de importantes contingentes de trabajadores, facilitando con ello que las corrientes acciondemocratista y socialcristiana hegemonizaran el movimiento sindical por los siguientes cuarenta años.
Por otro lado, si bien se entiende que en la relación capital y trabajo hay intereses contradictorios, los actores del mundo del trabajo junto con el Estado, han construido a lo largo de un proceso histórico de más de setenta años, un conjunto de instituciones y mecanismos que permiten el abordaje y tratamiento de las diferencias.
Pero el funcionamiento de las Relaciones de Trabajo ha venido experimentando en los últimos veinte años un proceso de descomposición que se identifica como Fragmentación . Los procesos de transformación en el sistema político y el sistema económico influyen en el funcionamiento de las Relaciones de Trabajo –RT-, y como es notorio, en las últimas décadas estos han experimentado importantes transformaciones.
En próximas entregas se continuará con el tema.
sábado, 1 de agosto de 2009
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1 comentario:
Buenas tardes profesor, me gustaría saber si podría recomendar bibliografía sobre el tema, ya que me gustaría realizar investigación sobre violencia y Gansterismo sindical,e investigando en la web, me he dado cuenta que es usted quien más habla sobre el asunto
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