El sindicalismo clásico de las grandes empresas automotrices de los EEUU, ha venido dando una ejemplar demostración de las potencialidades de estas organizaciones, pero cuando disponen de un liderazgo actualizado, autónomo y representativo de los afiliados. Se trata del United Auto Workers -UAW- (Sindicato de Trabajadores Automotrices).
Luego de dos meses de negociaciones sin mayor avance, a mediados de septiembre el sindicato UAW decidió convocar a paralizaciones parciales en determinadas plantas de los tres grandes fabricantes de autos, General Motors -GM-, Ford y Stellanis, este abarca varias marcas entre ellas a Chrysler y Jeep. La huelga alcanzó sus propósitos a la sexta semana. Hay que destacar que es la primera huelga al mismo tiempo de las tres grandes automotrices de los EEUU.
El UAW aglutina una afiliación entre estas tres empresas de 146 mil trabajadores, casi todos del área productiva. Pero la huelga se inicia con la parálisis de solo 13 mil trabajadores, en áreas sensibles de una planta de cada una de las tres automotrices. Al inicio el Presidente del UAW, Shawn Fain emitía un reporte semanal de desarrollo de las negociaciones, y al mismo tiempo agregaba mayor presión anunciando la parálisis de otros centros productivos en otros estados de la nación. Para la cuarta semana de tres estados se había pasado a diecinueve y de los 13 mil inicialmente paralizados se pasó a cerca de 30 mil, al final su número llegó a 46 mil parados. Lo que incluía no solamente centros de manufactura, sino además centros de distribución y despachos. Mientras, las negociaciones no se paralizaban y agregaban modestas ofertas empresariales, desde el punto de vista del UAW.
UAW estaba consciente que debía de administrar su fondo de huelga con una estrategia que le permitiera hacer presión a un costo sostenible, por ello la selectividad y cuidado de a cuantos trabajadores se convocaba a la parálisis, ya que implicaba un pago de $ 500 semanales para cada parado, evidente que los Big Three habían dejado pasar largo tiempo desde la crisis de 2008, sin hacer ningún esfuerzo por devolver las condiciones laborales a sus trabajadores; condiciones que fueron cercenadas de forma bastante brutal y a las que cedieron los trabajadores con el único fin de salvar a las empresas, y por supuesto los empleos de miles de trabajadores. Luego vinieron años de grandes ganancias que no llegaron a ser redistribuidos con una equidad que además de los dividendos a los tenedores de acciones, los altos salarios a los ejecutivos, agregara mejores condiciones de trabajo para quienes hacen los productos.
En la opinión pública la huelga recogió un amplio apoyo. El Presidente Biden hizo acto de presencia en uno de los piquetes de huelga y sus palabras fueron de apoyo a la acción sindical, otro tanto algunos gobernadores de los estados con parálisis laboral. En los días posteriores Biden exteriorizó su aspiración que empresas y sindicato lograrían un acuerdo. El ex-presidente Trump, en campaña electoral tampoco se desvinculó de aparecer en este escenario laboral que recibía amplia atención mediática.
Ford fue la primera en convenir sus propuestas con el UAW, días después lo hizo Stellanies, y finalmente en la presente semana la GM. Las dos primeras ya realizaron sus procesos de toma de decisiones por parte del sindicato para validar lo acordado, falta solo GM, pero es obvio ocurrirá otro tanto.
Finalmente, hoy Toyota anunció mejoras de sus condiciones de trabajo. Lo relevante es que estas plantas del fabricante japonés, así como otras marcas se les considera no sindicalizadas, ya que se instalaron en estados del sur de los EEUU, con mucho menor desarrollo de las relaciones de trabajo, y las empresas han podido dificultar los esfuerzos de los sindicatos por implantarse.
Esta experiencia laboral empieza a tener repercusiones como ya se advierte en Toyota, toca analizar un fenómeno que está en rápida expansión como es la transición a los autos eléctricos, y las aplicaciones de la inteligencia artificial en un sector que ha sido tradicionalmente innovador.
2 comentarios:
Hola Héctor, Muchas gracias por tu información y tu análisis de la huelga, la negociación y su impacto. Muy útiles, particularmente en nuestro ámbito nacional tan lesionado en ese aspecto, como en otros, y tan carente de informaciones. Nos sacas del aislamiento. Un abrazo.
Querido Enrique, tu sabes que en los últimos tiempos ha predominado una literatura pesimista sobre el sindicalismo y el movimiento de los trabajadores en general, pero en una industria icónica del mundo laboral, las negociaciones con su conflicto abierto señalan la vertiente opuesta al pesimismo.
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