Nos tocó abrir reciente evento organizado por la Universidad de Carabobo, denominado “Las Relaciones Laborales Democráticas”. Hubo que empezar por destacar que RRLL (relaciones laborales) se conciben en primer lugar, por los reconocimientos entre los actores que participan de los procesos productivos, empresas y la representación de los trabajadores, vale decir sindicatos. Del Estado se espera que promueva y garantice tanto ese reconocimiento como el propósito del mismo, que es el intercambio regular entre los factores de producción para su desarrollo, y consecuentemente el acceso y participación en los resultados distributivos de la creación conjunta de riqueza.
Con ello se plantea que las RRLL son consustanciales a los regímenes democráticos, es en ese marco que se desarrollan a plenitud en cuanto a sus contribuciones en los acuerdos para la producción, a la distribución de los beneficios, e incluso va mas lejos, como es promover medidas que favorezcan los procesos de reproducción de la fuerza de trabajo en el tiempo no productivo. Todo esto por la vía de las negociaciones y los acuerdos. Un marco efectivamente democrático apunta a corregir desviaciones derivados de los mayores poderes de un actor con respecto a otro. De lo contrario se van imponiendo una serie de restricciones derivadas de la desigualdad de poderes, pero principalmente del poder del capital o del Estado, lo que trae consigo restricciones y deformaciones de los propósitos de las RRLL.
Se reconoce y está entendido que tanto empresas como la representación de los trabajadores tienen intereses coincidentes y divergentes. En lo primero se destaca, el mantener la fuente de empleo y el desarrollo de los procesos productivos; y en lo segundo, el reparto de la riqueza producida entre ambos y la participación de cada factor; esto lleva al punto de tensión de las partes, por un lado el empresario en bajar los costos de producción, y del actor sindical en obtener salarios crecientes, todo ello obliga a negociar, concertar y administrar acuerdos.
En regímenes que se conducen por la imposición autoritaria de un modelo ideológico, para empezar el diálogo y la concertación mueren. A las RRLL se les restringe la capacidad que sus actores directos de la producción puedan desenvolverse en los propósitos que se han definido. Entonces ¿como hacer para que funcionen? No existen, y si ya hay antecedentes de una etapa anterior, como es nuestro caso, esas RRLL van a ir perdiendo su capacidad de cumplir con sus objetivos. Es por lo que en regímenes como el soviético en su versión rusa y de los países satélites que constituían el bloque de Europa del Este, al igual que en Cuba, no funcionaron en los primeros ni han funcionado en esta última, sino la aplicación de un plan de desarrollo determinado por la planificación centralizada, la cual ha de ser ejecutada con el concurso de empresas y sindicatos.
Recordemos que la esencia de las escuelas que han estudiado a las RRLL surgen al final del siglo XIX, y se desarrollan en el XX. Para los tiempos de la redacción de El Capital -Marx- se daban solo manifestaciones de la resistencia obrera industrial, fue más tarde que la conflictividad y el antagonismo abrieron cauces para procesos de reconocimientos y acuerdos, como otra vía diferente a la dictadura del proletariado. Históricamente, las escuelas fundantes de las RRLL provienen de los países capitalistas originarios desde fines del siglo XIX, luego de largos procesos de resistencia obrera que gradualmente fueron ganando su reconocimiento, no sin conflictos cruentos, tanto por parte de empresarios como de autoridades estatales.
En Venezuela, este proceso de la formación de las RRLL surge a mediados del siglo XX, y gradualmente fue acumulándose un patrimonio institucional que para fines del siglo mostraban unas relaciones con instituciones propias de un país en vías de desarrollo, que si bien en funcionamiento, no dejaban de reflejar el deficit que el mismo sistema democrático del país evidenciaba. Se expande con el impulso de las negociaciones colectivas en donde se evidencian las divergencias y las coincidencias. En tanto el régimen era plural y democrático se desarrollaron normalmente las negociaciones, por ello antes del período chavista, cada año se negociaban y firmaban más de un mil convenios colectivos, se llegó hasta dos mil en un año determinado. En el período chavista esto se ha venido a menos, a tal punto que han habido años con apenas un ciento de convenios negociados, a lo que se agregan las dificultades para su cumplimiento.
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A todo lo anterior habría que añadir que el mundo de la empresa y el de la vida ciudadana permiten distintos ámbitos de democracia, ya que esta es mayor para el individuo como ciudadano que como trabajador, porque en el interior de la empresa hay restricciones al desenvolvimiento democrático, por las restricciones que se derivan de la normativa de la producción. Se requiere de un contexto externo en la sociedad que haga prevalecer los derechos democráticos como fundamentos de las RRLL, por tanto, es mucho más viable su desarrollo, si la sociedad ejercita la democracia como valor político.
Palabras clave: democracia, autoritarismo, relaciones laborales, producción, distribución de beneficios
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hl_lucena
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