lunes, 22 de diciembre de 2014
PARO PETROLERO DEL 2002: LESIONES Y LECCIONES
En este mes se cumplieron doce años del paro nacional convocado por Fedepetrol, CTV y Fedecámaras el día 2 de Diciembre de 2002 y que luego de dos meses fue levantado con un resultado que dejó lesiones, lecciones y muy poco resultados ventajosos para los contendientes en la confrontación.
Para aproximarse al análisis de este incidente político y laboral de nuestra historia reciente, un primer elemento a considerar era la alta conflictividad abierta suscitada en el último año previo a la convocatoria del paro. Este del 2 de diciembre del 2002 venía precedido de la realización de tres paros nacionales, el primero de una jornada laboral - 12 horas- el 6 de diciembre del 2001, convocado por Fedecámaras, al cual CTV se adhirió. Se protestaba la acción inconsulta al aprobar un paquete de 49 leyes con contenido económico la mayoría de ellas, en el marco de la primera ley habilitante otorgada al Presidente H Chávez.
El segundo paro nacional fue por el nombramientos de directivos de Pdvsa, sin tener presente la meritocracia que los empleados de en Pdvsa reclamaban como una condición laboral por usos y costumbres en la empresa, fue durante tres días a partir del 9 de Abril del 2002 y finalmente el paro luego se convirtió en una protesta nacional y aún más en una situación contradictoria, en la que el militar del más alto rango en la fuerza armada el General Lucas Rincón, el único de cuatro soles, acompañado de los jefes de las cuatro fuerzas, anunció al país la renuncia del Presidente de la República. En ese momento el paro de origen laboral pasó a ser un incidente secundario al lado de una supuesta renuncia presidencial. Hay quienes sugieren que lo laboral fue premeditado para hacer emerger una situación de violencia de calle. Interrogantes y respuestas siguen latentes.
Por cierto el General Lucas Rincón no fue objeto de ninguna represalia, gozó del beneficio y generosidad de no ser investigado, más bien condecorado y nombrado para ocupar altos cargos públicos, aún hoy es el Embajador en Portugal.
El tercer paro de este año tuvo una duración de un día, el 21 de Octubre del 2002 fue igualmente convocado por Fedecámaras, CTV y partidos de oposición, el objetivo explícito fue la búsqueda de mayores espacios democráticos.
Con estos antecedentes la calle estaba recalentada para ese fin de año. De aquí que la convocatoria por los mismos actores de un nuevo paro no era para sorprenderse. Lo que si resulto temerario fue que a los pocos días de paro se le redimensionó, al declararse con carácter indefinido. Ya esto implicaba jugarse el todo por el todo.
Igual hay que destacar en el análisis del conflicto como el gobierno se negaba a establecer puente alguno con los convocantes del paro. No había institución de peso que promoviera con efectividad un dialogo entre gobierno y el liderazgo del paro. Téngase en cuenta que en la calle se movilizaban grandes contingentes de personas opositoras que realmente aspiraban una salida más allá de lo laboral, por tanto esta dimensión finalmente quedó minimizada como objetivo central del paro.
Por su lado, el gobierno resultó más duro de lo que se pudiera imaginar, hasta el punto de desprenderse de más de la mitad de la fuerza y el talento laboral de esta actividad productiva vital para el sostenimiento del país, con los veinte mil despidos de una nómina que para entonces alcanzaba a treinta y ocho mil trabajadores. En los anales de la historia de medidas drásticas contra huelguistas el gobierno de H Chávez acompaña dos experiencias históricas. Una al Presidente Ronald Reagan -EEUU- al inicio de su primer mandato -1981-, que ante una huelga de controladores de la aviación comercial que iba por el quinto día, despidió a doce mil de un universo de trece mil controladores, y militarizó esta actividad. El otro caso, Margaret Thatcher, Reino Unido, que se impone ante huelga de un año de duración (1984-85) dirigida por el sindicato de mineros que se oponían al cierre de minas de carbon y la pérdida de 20 mil empleos.
Es relevante que en los cuarenta años previos a este momento sólo se registran en el país dos paros nacionales, uno de tres días en enero de 1958, que trajo el derrocamiento del gobierno militar de Marcos Pérez Jimenez, y otro de sólo una jornada laboral convocado por el movimiento sindical cetevista, como reacción al estado de crisis y la cruenta represión por las fuerzas armadas con motivo del caracazo o sacudón de febrero de 1989. El movimiento sindical se sintió obligado a protestar contra el paquete neoliberal que precipitó el descontento y las protestas. Más que una acción frontal contra el gobierno, se trataba de abrir una válvula para drenar descontento de las bases.
El funcionamiento de Pdvsa en los años posteriores ha resentido la pérdida del talento despedido, además de los vetos con proveedores y contratistas que también asumieron el paro de aquel año. Como reacción la empresa promovió precipitadamente organizaciones cooperativas que la mayor parte no alcanzaron los niveles de competencia y habilidades requeridas en esta actividad productiva. También la empresa multiplicó su nómina hasta llevarla a más de ciento diez mil personas, sin que con ello logre superar los indicadores de producción y productividad previos. También es importante reconocer que en estos años la empresa ha ampliado el abanico de actividades productivas y no productivas distintas a las petroleras, todo en consonancia con el proyecto político del gobierno.
El país depende mas del petróleo hoy que hace doce años, no porque se haya fortalecido esta empresa estatal, sino más bien porque se han debilitado otros sectores productivos públicos y privados. La manera como se resolvió este conflicto petrolero de diciembre 2002 a febrero 2003, sigue siendo un tema controversial, y todavía no han madurado las condiciones para contar con los elementos que permitan un análisis más de fondo del problema.
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