sábado, 19 de enero de 2013

ESCASEZ y AMBIENTE LABORAL





El año termina y empieza con problemas de escasez en varios rubros de la mesa familiar. Se observa en los índices de escasez para diciembre, del Banco Central de Venezuela, que varios productos de la mesa rompen records, como harinas (43.3% y 76.8%), pollos (entre el 21 y 33%), aceites (todos por encima del 50%), jamón de pierna (36.6%), café (35%) y azúcar (78%).



Además se observa de manera consistente y continuada escasez de insumos y elementos necesarios para la actividad productiva en la industria, la construcción y los servicios. Administradores de diversos tipos de negocios se quejan por no recibir despachos de sus proveedores, quienes a su vez razonan discretamente que la incertidumbre incide en el manejo de sus inventarios, ya que la inflación y las expectativas devaluacionistas, evidenciadas ya en el mercado paralelo, les obliga a ser muy cautos.



Es una situación compleja porque concurren factores diversos en lo político y en lo económico. En lo primero es intenso el tratamiento mediático que viene recibiendo, ya que en un primer momento tuvimos dos campañas electorales nacionales muy importantes, presidencial y de gobernadores, acompañada esta última con los consejos legislativos regionales. Luego de las victorias oficialistas, se presenta el problema de la agudización de la enfermedad del Presidente de la República, y todas las implicaciones que día a día se discuten y plantean, generando inercia en la toma de decisiones y soslayando la atención al tema económico, del cual deriva la actividad productiva y los problemas de escasez, como uno de los más inquietantes y de repercusión en todos los estratos sociales.



Agrava aún más este problema, al observarse que predomina tratar el tema de la escasez de manera unilateral, sin un análisis y abordaje continuado y sobre bases estables, al que concurran los distintos sectores involucrados en las cadenas productivas. Las señales gubernamentales predominantes apelan a la amenaza y a la intervención punitiva y militarizada. En muchos casos castigando a quienes están produciendo e ignorando a centros productivos propiedad de la nación, que no dan la respuesta apropiada al tener bajo su responsabilidad activos y bienes de los venezolanos.



Los aspectos económicos de la situación de escasez son diversos y sensibles. Lo único que se ha mostrado estable y consistente en los últimos años, ha sido el precio de casi único producto de exportación, el petróleo que se subió en los 100 dólares el barril y ahí se mantiene.



En lo económico concurren diversas causas que por su complejidad no analizaremos en un breve artículo, pero si citaremos algunas centrales, se trata de problemas con la asignación de divisas, desconfianza mutua entre productores privados y gobierno, congestionamiento portuario, permisos que afectan la cadena de transporte y suministro, informalización en la comercialización, infraestructura deficiente.



Súmese a los factores citados un ambiente laboral marcado por la desconfianza entre patronos y trabajadores. Durante varios años un discurso hostil hacia los directivos y gerentes de empresas, sin discriminar la diversidad que existe en este colectivo, como en cualquier otro, ha venido alterando el ambiente laboral, lo que dificulta emprender una cruzada hacia una mayor producción y productividad que pueda beneficiar a los actores en el medio productivo y a la sociedad en general.



Dirigir empresas tiene sus complejidades que han sido soslayadas, y el gobierno ha podido constatarlo cuando asume empresas en situación productiva eficiente, y al poco tiempo los indicadores empiezan a decrecer hasta en algunos casos llegar al caos. Se produce una incesante rotación de directivos y gerentes, sin que nadie rinda cuentas ni asuma consecuencias de su fracaso, sea por impericia o por recibir directrices que atienden a políticas económicas donde no es posible no fracasar. Veamos un caso muy conocido.



Sidor empieza el año semi paralizada – el personal trabaja la mitad de la jornada- por incapacidad del comedor para atender a una mayor cantidad de comensales, dado el incremento de su número debido a la duplicación de la nómina por la incorporación de los tercerizados. En los últimos cuatro años se pasó de seis a doce mil comensales. También en ese lapso se pasó de producir 4.5 a 1.7 millones de toneladas, hoy se produce menos de un 40% apenas, no obstante las mayores demandas que el país exige de estos productos. Por supuesto que se abona a la escasez. Además de ser una empresa obligada a vender sus productos por precios inferiores a los costos. Ver http://hectorlucena.blogspot.com/2012/08/empresas-sanas-o-apenas-sobrevivientes.html



Veamos el tema de los tercerizados y su incorporación a las nómina regulares de las empresas. El Decreto con fuerza y rango de Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y Trabajadoras, fijo un lapso amplio de tres años para analizar este asunto, planificar como asumir los tercerizados, o como organizar la producción y el trabajo en general para adecuarse a las exigencias de la nueva regulación. Cierto que ha habido un ritmo más acelerado que lo establecido en la DLTTT, y es por lo que en menos de un año, hay empresas que han absorbido una parte importante de los tercerizados, pero con dificultades y desajustes importantes en su organización y funcionamiento, e incluso sin repercusión favorable en los índices de producción y productividad, y más bien llevando a toda la organización al propio caos.



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