La pobreza ha sido un tema de atención preferente en el período de la
revolución bolivariana. El discurso sobre la pobreza ha sido central,
nunca antes el tema recibió en nuestro país la atención que ha tenido
en estos tiempos. Pero hay que reconocer que ello es coincidente con
una atención igualmente preferente que el tema ha tenido a nivel
regional. Siempre es importante mirar hacia afuera para no caer en la
simplicidad del excepcionalismo.
Se puede señalar que una característica del post neoliberalismo ha
sido una mayor preocupación por el tema de la pobreza. En cuanto al
postulado de una etapa Postneoliberal, conviene destacar que los
países de la región no recibieron los impactos de manera uniforme de
estas políticas. Hay que tener presente que la implementación se
realizó sobre unas condiciones que variaron de un país a otro. Países
en donde estas políticas empezaron a imponerse al momento de estar
sometidos gobiernos autoritarios, y otros que conservaron gobiernos
democráticos y la implantación ocurrió con algún grado de
resistencia. Este reconocimiento de las diferencias y los contextos,
es lógico si se tiene en cuenta incluso el hecho de que organismos
como el FMI al diseñar sus propuestas a ser aplicadas, no deja de
reconocer algunas diferencias en el país en donde se pretende la
implantación de un paquete de medidas.
En la continuidad de las diferencias y los contextos, no hay que
olvidar que en los tiempos de crisis que el mundo conoce en estos
últimos años, el precio del petróleo ha seguido subiendo. La cesta
OPEP era de 10 US$ en el 1998 y para el 2011 estaba cercana a los 100
US$, en ese período ocurrieron dos grandes crisis con impactos
globales. Empezó el período con la crisis asiática, y luego del 2008
en adelante emerge la crisis de las hipotecas en los Estados Unidos,
que luego se expanda al sector financiero, y se traslada a Europa,
afectando la economía real en el conjunto de los países desarrollados.
En estas crisis el precio del petróleo es percibido como un verdugo,
un coadyuvante al aumento de las dificultades. Si bien el petróleo
está asociado a la condición de insumo en los procesos productivos,
que naturalmente la crisis les reduce su ritmo y demanda de insumos
básico como éste. Pero también el petróleo está directamente ligado al
consumo y al bienestar y calidad de vida de la población. Se convierte
esta dimensión un tanto más rígida para eventuales reducciones de los
niveles de consumo, ya que conlleva problemas de gobernabilidad para
los liderazgos en funciones gubernamentales.
Lo anterior nos coloca como exportadores de petróleo del lado de los
países que la generalidad de las crisis le resulta menos perjudicial.
El problema de muchos se convierte en la bonanza de pocos.
De lo expuesto se quiere destacar que en tiempos de crisis global, se
presenta para un exportador de petróleo como una oportunidad favorable
para combatir y abatir la pobreza. Hay que destacar que la crisis
global de los últimos diez años ha sido favorable para la generalidad
de las llamadas commodities, las materias primas o bienes de poco
valor agregado, como es lo predominante en las exportaciones
latinoamericanas. Es por ello que la Comisión Económica para América
Latina – Cepal- informa que de dieciocho países analizados en reciente
estudio, muestra que para el período 2010 y 2011, diecisiete habían
reducido la pobreza (“La hora de la igualdad. Brechas por cerrar,
caminos por abrir”).
Venezuela registra índices favorables en la reducción de la pobreza
en este principio de siglo. Así se observa en informe de de organismos
técnicos como la CEPAL-. Sin embargo es importante destacar que este
organismo, como en general en aquellos dependientes de las Naciones
Unidas, elabora sus estudios con los datos que procesan y producen las
entidades oficiales de los países miembros. De tal manera que Cepal,
utiliza para sus estudios e informes, lo que publica el Banco Central
de Venezuela, el Instituto Nacional de Estadísticas, y en general las
entidades oficiales venezolanas.
La pobreza y su medición es un tema aparentemente técnico, pero en el
fondo lo político siempre está determinando. Es elocuente lo que acaba
de suceder en China, se subió el nivel de ingreso para ser calificado
de pobre a $US 1.00 diario, que es un criterio ampliamente difundido y
aplicado por el Banco Mundial concretamente para precisar la pobreza
extrema o indigencia. Pues bien en China de un solo viaje se agregaron
cien millones de nuevos pobres
(http://www.youtube.com/watch?v=_GzqzTLTK6k). Esto tiene implicaciones
en la comparación internacional, y en los programas sociales al
interior del país. Los criterios y las estadísticas te pueden ocultar
o visibilizar a los pobres, incluso disfrazarlos.
sábado, 14 de enero de 2012
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