miércoles, 16 de diciembre de 2015

¿QUE NOS PLANTEA EL ESCENARIO QUE SE ABRE EL 6D?


El mundo del trabajo se desenvuelve entre lo político y lo económico. En unos periodos hay predominio de lo uno o de lo otro, pero siempre ha de analizarse su desenvolvimiento tomando en cuenta las dos perspectivas. Lo ocurrido este 6 de diciembre, es de consecuencias tales que nos plantea mirar previamente el contexto más general.

  Venezuela está viviendo un momento muy difícil en las dos situaciones. En lo político hay tensión, desconfianza, instituciones parcializadas y por tanto con limitada credibilidad. En lo económico los entes oficiales ocultan los índices que son fundamentales para llevar el seguimiento de la salud de la economía de la República, y aquellos que por otras vías no oficiales se logran construir, dejan ver indicadores que reflejan un estado de crisis. Por lo demás en ambos ámbitos la cotidianidad es elocuente, habla por si sola de la insostenibilidad del estado de la situación. 

  No obstante, el proceso y la campaña que llevó a las elecciones parlamentarias recién ocurridas este 6 de diciembre fueron receptoras de expectativas de las dos principales fuerzas políticas de la escena nacional. Por un lado, una unidad de fuerzas opositoras adquiriendo gradualmente mayor capacidad para desenvolverse en un medio que por muchos años no lograba dominar, y que la gran clave fue la unidad de las fuerzas opositoras. Quien no participó de esta alianza obtuvo resultados insignificantes. 

  Por el otro, un esfuerzo del gobierno nacional por capitalizar con su presencia y estrategia la campaña de los aspirantes a diputados por el Gran Polo Patriótico, dándole la máxima visibilidad a imágenes y memoria del fundador del movimiento revolucionario. Todo esto se tradujo entonces en un plebiscito para evaluar la acción gubernamental, tanto la gestión reciente del actual presidente por su propia presencia en toda la campaña, como la del proceso bolivariano chavista, por apelar a la figura del fundador y colocar sobre la mesa acciones de su prolongado gobierno.

  Con resultados en cuanto al monto de los votos que cuantifican cerca del sesenta por ciento para la oposición, y alrededor de un cuarenta por ciento para el gobierno, y tomando en cuenta que no se votó teniendo presente las características, la trayectoria y las nuevas proposiciones relacionadas con las regiones que estos candidatos aspiraban representar al integrar el parlamento, sino que más bien se estaba juzgando al proceso de gestión que conduce el Gran Polo Patriótico, nos lleva a reflexionar que si bien una primera lectura de estos resultados sugieren que se ha abierto una válvula para dar salida a la crisis política. Se vivió un 2015 de aparente estancamiento, todo apuntando a prepararse para ese 6D.

  Al reconocer que los resultados del 6D ofrecen en lo inmediato una posibilidad de salida a la crisis política, pero que por ahora no toca la materia económica de manera directa, ya que la victoria electoral opositora es para el acceso al poder parlamentario en condiciones de mayoría calificada, pero que no se trata de dirigir la economía del país. Lo que si efectivamente posibilita, es la capacidad para promover debates y leyes que han de incidir en lo económico. 

  En lo inmediato, y en el nivel micro, importa plantearse el manejo del propio presupuesto de la Asamblea Nacional, ya que desde hoy hay respuestas precipitadas de su actual conducción, para despojarla de su propia TV y Radio, adelantan una señal de las incomodidades para la asunción de las  nuevas autoridades legislativas al ejercicio de sus responsabilidades. Las experiencias de dejar a las instituciones en situación económica y logística deplorable ya se ha visto en otro proceso, como lo ocurrido en la Gobernación del Estado Miranda, en la transición de Cabello a Capriles, o en Alcaldía Metropolitana, de Barreto a Ledezma. 

  Con este preámbulo, la crisis económica se irá agudizando. Estos resultados electorales agregan incertidumbre en algunos factores internacionales con los que el gobierno venezolano ha venido intercambiando, como son sus aliados regionales, y más allá sus aliados globales. Con los primeros, el resultado electoral presidencial de Argentina, abre un frente de criticismo a las relaciones que otrora mantuvieron estrechamente los regímenes argentino y venezolano. Otro aliado clave, el gobierno de Brasil, su propia crisis interna igualmente económica y política, no le permita continuar siendo el sostén que si pudo ser en tiempos de Lula al frente del gobierno de gigante sudamericano. Los otros aliados regionales son de menor peso que los dos citados. 

  En el ámbito global el gran aliado es China, qué ha hecho inversiones cuantiosas en toda América Latina, y muy particularmente en Venezuela, y es un poder pragmático en cuanto al propósito de sus inversiones, y esto requiere un mínimo de garantías del aliado venezolano, pero que con los presentes resultados electorales, se abre un escenario que seguro llevará al debate parlamentario los más variados negocios suscritos entre ambos países, de los cuales el país conoce muy poco, pero que la misma necesidad económica para solventar la crisis, planteará un seguimiento de los cuantiosos recursos recibidos de la relación con esta potencia asiática. 

  Conversar entre las fuerzas que hoy dominan la escena política, quienes dominan el ejecutivo y quienes empezarán a dominar el legislativo, es un camino necesario. En lo inmediato ambas fuerzas aún no han digerido del todo lo ocurrido este 6D, pero están en eso. Uno por el sorprendente abultado triunfo y otro por lo contrario. 

  Los primeros anuncios y aspiraciones de quienes tomarán el control del legislativo no han sido bien recibidos por el ejecutivo, pero los resultados electorales, la manera como el pueblo, los ciudadanos se expresaron,  mostraron que estamos en una sociedad plural, y luego de tres lustros de hegemonía y autoritarismo no será fácil la convivencia para quienes ejercían el gobierno sin controles.

martes, 8 de diciembre de 2015

NUEVA CENTRAL DE TRABAJADORES, AUTONOMIA COMO APORTE A LA INSTITUCIONALIDAD Y CIVILIDAD


Entre el 30 de noviembre y el dos de diciembre se realizó el congreso constitutivo de la Central de Trabajadores Alianza Sindical Independiente, con más de cuatrocientos delegados. El congreso se venía preparando detenidamente desde hace varios meses, pero esta corriente creada como una organización no gubernamental en el 2002, había venido activando en el movimiento de los trabajadores, hasta que alcanzo un desarrollo suficiente para plantearse la creación de esta nueva central. 

  Uno de sus postulados es la autonomía con respecto al gobierno, partidos y empresas. Elemental principio de las organizaciones sindicales, que históricamente ha sido olvidado en muchas organizaciones sindicales, especialmente la tutela desde el gobierno. En los años recientes, recordamos un planteamiento desde el más alto nivel de la revolución bolivariana, que planteaba “para qué autonomía, si el gobierno era de los trabajadores”.   Pregunta que en el fondo ponía en riesgo la existencia misma de la organización de los trabajadores en su condición de asalariados dependientes.

  Sobre la autonomía de las organizaciones sindicales y las opciones electorales, el representante del Departamento de Relaciones Internacionales de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo -CFDT-, Mariano Fandos, presente como invitado internacional en el congreso constitutivo, en su breve intervención a la Asamblea se refirió a esta autonomía, comentando cómo su organización sindical se relacionaba con las diversas alternativas electorales propias de una democracia. El asunto interesó, porque justamente el país estaba inmerso en una campaña electoral parlamentaria, que por la crisis política venezolana, había trascendido este carácter y se constituyo en un plebiscito al ejercicio de la presidencia de N Maduro, e incluso en un juicio a la manera de gobernar.

  Esta central francesa, cuyo nacimiento se remonta a 1919, tiene en sus postulados el siguiente principio “La democracia y la República son de nuestra propiedad común. Libertad, Igualdad, Fraternidad son los valores que nos permitan vivir juntos más allá de nuestras opiniones, diferentes creencias y procedencias. El papel de un sindicato es, sobre todo, para defender a los trabajadores, pero estamos todos y de todo, para los ciudadanos; también, la acción de la CFDT debe contribuir al interés general.”

  Este principio lo materializa la CFDT, evitándose apoyar a candidato alguno a las funciones públicas. ¿Qué hace la central al respecto? Elabora un cuestionario, lo envía a los candidatos y luego publica la respuestas recibidas. Finalmente, los propios trabajadores eligen sus candidatos con autonomía. Hay una sola excepción en cuanto al envío del cuestionario, no se le envía al Partido Frente Nacional, partido de inclinación fascista, la extrema derecha.

  Por su parte, el movimiento sindical uruguayo, que en América Latina goza de un alto prestigio por sus valores y nivel organizativo, manifiesta su autonomía con su frase “Somos independientes, pero no indiferentes”, lo expresaba Victor Baez, el Secretario General de la Confederación Sindical de las Américas -CSA-, institución que brindaba su apoyo a la naciente Central de Trabajadores ASI Venezuela, ya que desde hace varios años como corriente sindical la Alianza Sindical Independiente -ASI- ha venido formando parte de la CSA. 

  Hay que recordar que esta corriente -ASI-, llevaba ya cerca de tres lustros actuando en el medio sindical nacional, y en los últimos dos años expresaba públicamente su propósito de constituirse en una central sindical, y por ello organiza e instala su congreso constitutivo de estos días. Conviene destacar que en el seno de la CSA, el ejercicio de la representación sindical venezolana también lo ha venido ejerciendo la Confederación de Trabajadores de Venezuela-CTV- , ya que para el momento que hubo la fusión de las centrales regionales Organización Regional Interamericana de Trabajadores -ORIT- y la Central Latinoamericana de Trabajadores -CLAT-, lo que dio nacimiento a la CSA, la organización CTV aún conservaba una importante población de afiliados, pero que con el tiempo no se ha expandido, en cambio en el país ha habido la emergencia de otras corrientes como ASI.  

  La central ASI organiza su congreso constitutivo con cuatro federaciones nacionales, cuatro sindicatos nacionales, poco más de 200 sindicatos, todo ello afilia a más de 420.000 trabajadores. Sus planteamientos centrales y tesis sobre los aspectos fundamentales para los trabajadores le dan una especial relevancia a la autonomía de los trabajadores y sus organizaciones. En lo que todos exteriorizan su identidad es en la defensa de la clase trabajadora.

  En esta materia de la autonomía de los trabajadores en sus posturas como ciudadanos con intereses y preocupaciones políticas, en nuestro país hemos de vencer una cultura de dominación que ejercen desde los gobiernos y patronos estatales y privados.

  Es propio del desarrollo político y social, que los partidos hagan dentro de los marcos constitucionales y legales, y en un ambiente de paz y respeto a las ideas y posiciones de los demás, sus campañas y el proselitismo para captar afiliados, para acrecentar su caudal de votantes y ganar posiciones en las elecciones. Pero absolutamente no lo es, cuando se use el poder patronal o el mismo sindical sobre los trabajadores al servicio de instituciones privadas y/o publicas para condicionar el empleo, la estabilidad, el progreso y la tranquilidad de quién cumple  sus funciones. 


  Bienvenida una central sindical que tenga este principio y esta práctica. Se trata de una organización que se aspira fortalezca el accionar del movimiento de los trabajadores y la propia civilidad del país. 

jueves, 3 de diciembre de 2015

TRABAJADORES ANTE EL ACOSO A SU DIGNIDAD EN TIEMPOS ELECTORALES


En noviembre de 1957 hubo protestas de trabajadores y estudiantes como reacción a la aprobación de un plebiscito para sustituir las elecciones previstas en la Constitución Nacional. El plebiscito fue solicitado por el gobernante Marcos Pérez Jimenez, y dio lugar a la reacción de rechazo y malestar de diversos sectores de la sociedad. El plebiscito finalmente se realizó el 15 de diciembre de 1957. El gobierno obtuvo más del 92% de los votos, por su parte la Junta Patriótica que representaba a la oposición, llamó a abstenerse. Quienes votaron por el sí, otorgaban un mandato adicional de cinco años en el poder al gobierno encabezado por  el general Marcos Pérez Jimenez y a todos sus candidatos a los poderes públicos.

  Visto que se trataba de una farsa y que el gobierno había usado todo tipo de presiones para obligar a votar por el si, el malestar se extendió más allá de los partidos de oposición y sus seguidores, y alcanzó a los propios militares que se entendía estaban gobernando. La Fuerza Aérea y algunas unidades del Ejército reaccionaron por el lado militar para agregar presiones a favor de la salida del gobierno, por lo que el primero de diciembre varios aviones activaron un  levantamiento contra el gobierno, desatando una crisis que la completó la huelga general del 21 de enero, que se concreto con la huida del Presidente Marcos Pérez Jimenez la madrugada del 23 de enero de 1958.

  En esta ocasión abundaron las presiones de los gobernantes en su condición de patronos o empleadores, sobre los trabajadores al servicio del Estado, presiones que se extendían hasta sus familiares. Igual para todos aquellos que recibían contratos del gobierno, como proveedores y constructores. Esto ocurrió hace casi 60 años, y la población le hizo el juego a los jefes militares y civiles que formaban parte de la burocracia en los poderes públicos.

  Hoy se ve de nuevo este acoso contra la libertad y la dignidad de los trabajadores, como lo es la imposición del uno por diez, o las exigencias de fotografiar el voto, así como las amenazas. En aquel momento había mucho empleo, el país había completado un ciclo positivo de crecimiento de su economía, y la administración mostraba logros en obras de infraestructura.

  Hoy las estrategias de imponer decisiones en el momento de votar, se consiguen un desarrollo social y político más avanzado que nuestro momento referencial del año 1957, aunque un amplio espectro de políticas sociales puestas en práctica en los últimos años como parte de la redistribución de la renta petrolera, se convierten en momentos electorales  como medios que pretenden controlar la voluntad de quienes como ciudadanos han accedido a ser beneficiarios de programas.

 Las políticas sociales en los programas regulares de los ministerios del área social, en las diversas dependencias estatales y en las misiones, representan un caudal de recursos que desde el poder se administran como si fueran recursos generados con el esfuerzo de quienes gobiernan, y no de quienes son los gobernados, es decir los ciudadanos. Que es en definitiva lo que representan los aportes fiscales, que ya desde hace varios años son mayores en la composición del presupuesto nacional que los propios aportes del petróleo.

 Igual es importante resaltar que los bienes con los cuales se hace política electoral y que proceden de los acuerdos con otros países, tales son los productos manufacturados chinos, y que nos llegan en el marco de esas relaciones de intercambio, los pagamos diariamente con petróleo de la nación que le hacemos llegar, y que la deuda adquirida con China, parte de ella ha de consumirse en bienes que nos exportan.

  En el plano de la sociedad toda, lo lamentables es que recibimos productos que veníamos produciendo en nuestro territorio, y que representaban salarios, empleos, aprendizajes productivos, pagos de impuestos, compras nacionales, y desarrollo de sectores en el encadenamiento sectorial.

  Hay acuerdos que nos hacen acrecentar una deuda, vamos hipotecamos al país, perdemos soberanía y poco sabemos de las condiciones que nos comprometen el futuro. Al final toda deuda adquirida que no tenga fines productivos, la pagan los trabajadores con el desmejoramiento de sus condiciones de vida.

  Por ello una sana política electoral nacional debe, desvincular la entrega por parte del gobierno de bienes y beneficios en general en tiempos de una campaña electoral, así como prohibir inaugurar obras.

  Tal como es interpretado universalmente, es una pretensión de comprar votos y voluntades, con una perspectiva cortoplacista, orientada para que se mantengan en el poder las fuerzas gobernantes.

 Con iguales criterios electoreros y cortoplacistas se administran, incluso, las importaciones de los alimentos y las materias primas, así como su uso y destino, desconsiderando que son bienes para la vida y salud de toda la población.

  Todas las estrategias y presiones que puso en práctica el régimen de Marcos Pérez Jimenez sobre los trabajadores, para ganarse el sí en el plebiscito del 15 de diciembre de 1957, y que le llevaron a un triunfo, ya que obtuvo un 92% de votos por el sí, resultó al final ser la venganza de quienes bajo presiones se les obligó a votar por encima de su dignidad y conciencia. Para los trabajadores esa pesadilla concluyó treinta y nueve días más tarde con la caída del régimen.

  Sea oportuno recordar y analizar esta experiencia histórica para reivindicar el valor de la dignidad de aquellos trabajadores o ciudadanos que son presionados y amenazados desde el poder con perder su empleo o un beneficio derivado de las políticas públicas establecidas.