lunes, 23 de febrero de 2015

"La verdad es la primera víctima de la guerra”


  A medida que la economía  se desenvuelve con mayor incertidumbre a las empresas y los ciudadanos, y éstos tanto en su condición de trabajadores o de consumidores, les urge poder contar con informaciones orientadoras. Es una necesidad objetiva para conducirse en la cotidianidad. Pero, si el escenario de la producción y distribución de bienes y servicios es planteado como el de una guerra económica, entonces como dijo Esquilo "La verdad es la primera víctima de la guerra". De eso se trata la preocupación central de este artículo. 

  Ya sabemos que quién propone la tesis de la guerra económica es el Gobierno, y con ello justifica las acciones que involucran haciendo causa común a todos los otros poderes públicos, y por ello la existencia de leyes, regulaciones y acciones que limitan el desenvolvimiento de los agentes económicos, sea para producir y distribuir, como para la gestión en general. Se espera del Estado que sus actuaciones sean transparentes y diáfanas. 

  Pero si el Estado asume que está en guerra entonces sacrifica información, por eso los ciudadanos se sienten perjudicados, aún más si no existe el convencimiento que realmente haya una guerra, sino que existe un mal funcionamiento del sistema económico y político, incluso afirmándose que el modelo no funciona, y se considera  que un mínimo de reconocimiento, dialogo y entendimiento, hace caer la teoría de la guerra. 

  Instituciones internacionales con las cuales el gobierno nacional tiene relaciones de confianza, como Unasur, incluso hacen planteamiento como este: “.. la próxima visita de los Cancilleres puede ser muy útil en el propósito de contribuir a una despolarización del ambiente político que se vive en la hoy compleja realidad de Venezuela y ayudar a concitar un acuerdo nacional sobre el manejo de temas como el ajuste social de la economía que parece ser inevitable… las salidas que se examinen y acuerden para apoyar al pueblo de Venezuela tienen que ser democráticas, pacíficas y ajustadas a la Constitución y las leyes.”  ( http://www.unasursg.org/node/154).

  Retomando la situación de empresas y trabajadores, como productores y consumidores que son las dos partes, vemos que ambos requieren de informaciones para la toma de decisiones. Las empresas según sus niveles y capacidades pueden hacerse de parte de las informaciones necesarias, con los trabajadores la situación es más precaria, y por tanto están mas necesitados de apoyos, ya sea estatales o de entidades con las capacidades de procesar informaciones sobre los aspectos fundamentales que requieren para la toma de decisiones en las relaciones laborales. 

  Una de las informaciones esenciales para la cotidianidad de las relaciones de trabajo es el tema ingresos y costos. La sobrevivencia y el desempeño de empresas y de los trabajadores están ligadas a la relación entre esas dos categorías, para las empresas en la ecuación costo-beneficio, pero para los trabajadores no muy es diferente, aunque no se use la misma terminología, sino que más bien diríamos que la ecuación es esfuerzo y capacidad laboral por un lado y por el otro calidad de vida. 

  Lo anterior exige que hayan empleos, pero no sólo trabajo. Porque hay mucho trabajo pero no empleos. Entendemos que trabajo es hacer actividad para fines de sobrevivir independientemente de la contribución a que en la sociedad haya más producción y mejores servicios. Por ejemplo la masificación de muchos nuevos trabajos, como el bachaqueo y  cuidar automóviles en la vía pública, son un trabajo para quienes lo ejecutan pero no un empleo, incluso no aportan nada a la economía, sino que sólo sirven para encarecer la vida de las personas que se ven obligados a utilizar sus servicios, y sin duda para que quienes lo practican es una estrategia de trabajo para  simplemente sobrevivir. No dudamos que en algunos niveles por encima de quienes ejecutan estas actividades de sobrevivencia, sí efectivamente representan ventajas e ingresos importantes. Pero ya sabemos que en tiempos de controles, escasez y poca producción, las deformaciones se multiplican. 

  Pero por otro lado tenemos la situación contradictoria de gente que tiene empleo, pero poco trabajo ¿Cómo? por problemas de desorganización, desorden y partidización en las entidades, por indisciplina, por pérdida de mística, por haber sido puesto a ejercer funciones para las cuales no se dispone de las competencias.. en fin el espectro es diverso.

  Quien ejerce una actividad que presta independientemente y se traduce en un servicio económico o social, llenando una necesidad reconocida por sus aportes, hace entonces un trabajo que ha de tener la posibilidad de ser cubierto con los elementos que configuran tener un empleo, es decir protección y seguridad social.  


  Finalizando, con la tesis de la guerra económica la incertidumbre se ahonda, sacrificándose  la verdad y las informaciones necesarias para encarar real y efectivamente la crisis.

miércoles, 18 de febrero de 2015

FORMACIÓN PARA EL EJERCICIO DE LA REPRESENTACIÓN



  Desenvolverse en las relaciones de trabajo demanda formación. Es un campo de la vida de una sociedad que juega un papel importante en el desenvolvimiento productivo y económico general. Se trata de la relación y convivencia de capital y trabajo. Por lo que además tiene implicaciones más allá de lo productivo y se extiende a la estabilidad, al progreso y a la justicia de esas relaciones en tanto sus contenidos y madurez contribuyen o no al desarrollo político y social.

  Las empresas son empleadoras de quienes son formados en los centros de educación superior tanto privados como públicos. Elemental tener presente que quienes van a los centros de formación  van con la expectativa de que al concluir, quieren y necesitan conseguir empleo e ingresos para vivir. Esas posibilidades las ofrecen los empleadores, predominantemente los privados aunque en los últimos años el empleo público ha crecido notablemente, pero sigue siendo mucho menor. En algunos campos del conocimiento la inserción laboral es predominantemente en entes estatales, como en educación por ejemplo.

  Visto lo anterior, tenemos que las organizaciones sindicales como aquellas que crean los trabajadores para su propia representación ante los empleadores y ante el Estado, no funcionan como entes empleadores de profesionales, lo que da lugar a una situación de desventaja ante sus interlocutores. En tanto estos últimos destinan porciones importantes de sus ingresos y presupuesto para asegurarse la disponibilidad de equipos de profesionales de las diversas disciplinas que atienden las relaciones de trabajo y sus cada vez más complejos problemas, pero para ejercerlos en su propia representación es decir de la dirección o gerencia,  pero por el otro lado las organizaciones de los trabajadores dependen de los esfuerzos y la voluntad de quienes en su seno muestran interés por la representación. A las desigualdades de poder se agregan estos hechos que ahondan las diferencias. 

  Siendo las relaciones de trabajo actividades estratégicas para los intereses y poderes del patrono y del Estado, es por lo que éstos con mayores recursos y medios se inmiscuyen en los asuntos de las organizaciones de los trabajadores, interviniendo más allá de las relaciones de interlocutores de la vida laboral y productiva, lo que hace a estas organizaciones objeto de un constante acoso que erosiona su autonomía y deforma sus principios y postulados.

  Haciendo un balance de las últimas décadas se observa que  la formación existente en el país en estudios del trabajo y dentro de ello por supuesto lo que tienen relación directa con las relaciones de trabajo, vemos que en las universidades venezolanas al tema se le ha prestado poca atención. Pero como ya lo explicamos, se trata de egresados que van a incorporarse a las filas de las posiciones disponibles en los entes empleadores, de paso cada vez menos por la situación de deterioro productivo sostenido por ya largos años. 

  Se reconoce que en el país se han consolidado algunas instituciones de educación superior que se ocupan de estudiar los temas vinculados al trabajo, y particularmente las relaciones de trabajo. En los últimos años la educación universitaria privada ha privilegiado este campo, pero con énfasis en el enfoque de recursos humanos al servicio de la gerencia. Igual ocurre con la oferta de postgrados. 

  A pesar de la larga historia del movimiento de los trabajadores,  hoy presenta una situación de desventaja con respecto a la formación de sus dirigentes y cuadros en general. Es lamentable reconocer que en el propio ámbito sindical e institucional el balance en materia de instituciones y recursos para la formación es más bien regresivo. Sirva esta reflexión para llamar de nuevo la atención sobre el hecho de que en los últimos años, el sindicalismo venezolano ha venido perdiendo espacios e instituciones que realmente le hacen falta. 

  Una de ellas es la Universidad de los Trabajadores de América Latina (Utal), fundada por la Central Latinoamericana de Trabajadores de América Latina -CLAT- en la privilegiada ubicación de San Antonio de los Altos, en la periferia de Caracas, que sirvió de sede a  una continuada programación de eventos de capacitación, documentación e investigación de temas de interés directo del movimiento de los trabajadores latinoamericanos. De sus servicios se destacaba el centro de información y documentación, hasta su cierre uno de los más completos centros de documentación laboral existente en el país. Su cierre se relaciona con la fusión de dos centrales sindicales de ámbito continental, la Organización Interamericana de Trabajadores (ORIT) y la (CLAT), que dio nacimiento a la Central Sindical de las Américas. Esto implicó también perder otro organismo en nuestro territorio ya que la CLAT funcionaba en Venezuela y fue quién impulso a la UTAL. La otra central sindical continental, la ORIT también estuvo algunos funcionando en Caracas, luego de su mudanza desde México.

Más recientemente la pérdida del Instituto de Altos Estudios Sindicales (Inaesin) en Caracas, creado por la CTV en los primeros años de la década del ochenta y cuya crisis tuvo consecuencias directas sobre dicho instituto y en 2012 cerró sus puertas.  Este caso está asociado a divisiones internas del propio movimiento sindical, aunque al momento de su cierre ya había perdido buena parte de su papel formativo. 

  La situación que hoy se tiene en materia de formación de dirigentes y cuadros para  el movimiento de los trabajadores, evidencia la carencia de instituciones y en particular escuelas de investigación y formación en este campo, todo ello ahonda las desigualdades. A las organizaciones de los trabajadores se le plantean dos opciones para avanzar en el tema de la formación, uno hacerse así mismo de su propia formación, y junto a ello hacer alianzas con centros formativos. 

lunes, 9 de febrero de 2015

RENOVACION Y DIFICULTADES A VENCER


  Las dificultades de los sindicatos para celebrar sus elecciones así como para llevar a cabo sus actividades naturales como organizaciones representativas de los trabajadores, impone hacer un análisis sobre los riesgos que ello significa para el movimiento y sus afiliados; quienes tienen la expectativa de llevar a cabo sus elecciones sea un proceso natural, fluido, así como la necesidad de funcionar con el mínimo de interferencias, como bien reza el convenio 87 de la OIT aprobado en 1948 y ratificado por nuestro país en 1982.  

  El contexto a considerar en este análisis es observar los mismos fenómenos de renovación y elección de dirigentes en las últimas décadas. En sus orígenes la elección era a manos alzadas, sin registros formales, las relaciones entre dirigentes y trabajadores era cara a cara y en condiciones de plena o cuasi clandestinidad por la persecución estatal y patronal. Además, tengamos en cuenta que no habían mayores estructuras ni en el seno del sindicato, ni en general en el Estado para la realización de elecciones. 

  Sin embargo la propia práctica política y democrática, así como el ensayo y el error permitió ir creando mecanismos propios que fueron construyendo una representación que nacía de sus afiliados, que era la esencia del asunto. Pero en la medida que el Estado y las fuerzas que lo controlaban sintieron que la autonomía en la determinación y renovación de sus dirigentes era un asunto de su incumbencia, se planteó la controversia entre autonomía e intervencionismo, y ese es el dilema que interfiere y atrofia los procesos electorales  sindicales. Por otro lado, ideológicamente el marxismo-leninismo considera que el sindicato es un apéndice del partido, consideración que otras corrientes también asumen y practican, es decir que quienes acompañan la creación y organización de los sindicatos de una vez lo ubican como un apéndice partidista. 

 Importante tener presente que los sindicatos son anteriores al ministerio del ámbito laboral, así como a la entidad que se creo para organizar las elecciones de los poderes públicos, hoy el Consejo Nacional Electoral, la que como se sabe tiene atribuciones en la los procesos electorales sindicales, siendo éstas organizaciones ajenas a los poderes públicos. 

  Recordemos que la intervención de un órgano como el CNE en elecciones sindicales no tiene mayores antecedentes en la historia laboral venezolana. Lo que si cabe mencionar ha sido la disolución de sindicatos en 1944, 1949, 1950 y 1963. En todos los casos mediaron razones políticas. Es temerario asociar la intervención del CNE con procesos de disolución, pero lo que es un hecho concreto es que la llamada mora electoral, que tiene relación con que el  CNE no haya dado el visto bueno a la  convocatoria a elecciones o reconocido los resultados en la gaceta electoral correspondiente, es de hecho una intervención del sindicato, porque lo inmoviliza en sus acciones naturales de defensa de los afiliados ¿A quién beneficia esto? El poder que tiene el CNE en elecciones sindicales resta equilibrio en la vida de las organizaciones de los trabajadores. 

  Toda institución requiere autonomía para decidir sobre sus liderazgos. Su ejercicio es vital para la defensa de los intereses de los afiliados. Es un ejercicio democrático para confirmar o para renovar, es un principio que al obstruirlo se lesionan intereses de los colectivos afiliados. La reforma constitucional de 2009 permite la continuidad para el ejercicio de autoridades electas en los poderes públicos, pero el Estado obstruye este mismo derecho para organizaciones privadas, como es el caso de las organizaciones sindicales. En el fondo que existan límites a la continuidad en el ejercicio de cargos de representación es saludable, para contrarrestar las ventajas de las que suelen aprovecharse quienes gobiernan y convocan a elecciones, incluso administrándolas. 


  Hoy decenas de organizaciones sindicales no pueden organizar sus elecciones por obstrucción de controles estatales, cercenando su ejercicio democrático. De lo que derivan desventajas, ya que merma la representación de los afiliados, lo que da lugar a una pretensión gubernamental de asumir su defensa, lo que plantea una bipolaridad; por un lado si el escenario de la acción laboral es ante un patrono privado, entonces el órgano gubernamental ejerce una defensa diligente, pero en el fondo ello minimiza el papel y razón de ser del sindicato. Y en el otro extremo, el escenario donde la acción sindical es ante un patrono estatal, aquí lo dominante es que los derechos de los trabajadores se diluyen ante unos poderes que no distinguen entre lo que es gobierno y lo que es estado, dando campo al ventajismo y la discriminación.

LA IMPROVISACION EN LA PRODUCCION: COOPERATIVIZACION ARTIFICIAL


 Sobre la implementación de formas organizacionales para la actividad productiva, el amplio repertorio de los últimos años ha incluido la cooperativización de actividades que se venían ejerciendo al interior de las entidades de trabajo, lo que ha conllevado la externalización de actividades. También se han cooperativizado actividades que se venían ejecutando por empresas unipersonales, familiares, y de varios socios que previamente se organizaban en compañías o sociedades anónimas.

    Los propulsores de la cooperativización creyeron que formar cooperativas era fundamentalmente un problema burocrático de recaudos, a lo mejor algunas reuniones de orientación y transmisión de algunas explicaciones para llevar a cabo los trámites de registro. Creyeron que dado el carácter de amplitud y estimulo que la nueva Constitución de la República Bolivariana de Venezuela fomentaba, se tenía asegurado el camino para transitar hacia un autentico esquema protagónico en la producción de bienes y servicios.

    Con muy justificada perspicacia los cooperativistas auténticos, es decir aquellos que venían haciendo cooperativismo sin ayuda estatal, y enfrentando las dificultades de desenvolverse en un sistema económico más diseñado para las empresas convencionales, con énfasis en el protagonismo del capitalismo de estado; pero que aún así mantenían un modesto espacio de actuación asociativa y productiva efectiva a lo largo de varias décadas.   

   Traemos esta introducción al análisis para asociarlo con un caso de corrupción que ha sido muy divulgado, nos referimos al escándalo de corrupción a propósito del manejo de la Alcaldía de Valencia, la tercera ciudad más importante del país, ha implicado entre otros dimensiones el uso y abuso de la figura cooperativa. El ministro de Interior y Justicia, reveló que “el ilícito se cometió a través del uso de 14 cooperativas administradas por el hijo del alcalde, a través de las cuales se pagaban servicios personales, para adquisición de vehículos, servicios médicos y tarjetas de crédito y levantamiento de obras en el municipio”. El ilícito incluía que se les cancelaba a los dueños de estas cooperativas Bs. 2.500 a cambio de la entrega de sus instrumentos bancarios como chequeras firmadas en blanco, y tarjetas de débito. Estas empresas, además de cobrar por servicio a la Alcaldía, cobraban de forma independiente para el pago de transporte y demás

    Véase que las cooperativas en cuestión tienen dueños, pero no se trata de los trabajadores asociados que colectivamente han entregado su certificado de aportación y el trabajo asociado para hacer y sostener el capital con el cual se presta un servicio o hecho productivo de necesidad para la sociedad. Se trata de personas que han aprovechado la política pública de un fomento desordenado e improvisado de esta figura. Es por ello que del 2002 al 20012 se llegó de un mil a trescientos mil cooperativas. Imposible que esto sea un proceso auténtico de cooperativización. No hay capacidad para tal crecimiento. Por ello hoy ese número es una ficción. Claro que existen las credenciales y registros ante la Superintendencia de Cooperativas, que pueden dar lugar a hechos falsos y abusivos de la histórica figura cooperativa, como lo visto en la Alcaldía de Valencia.   
           
    Lo que se ha hecho público en la Alcaldía de Valencia con relación al uso y abuso de las cooperativas no es un fenómeno excepcional. Con credenciales y registros de cooperativas hay innumerables abusos en la actividad productiva ficticia y real; así como en el ámbito de entes estatales como en el de empresas privadas. Hay un enorme proceso por hacer de decantación en la esfera de la cooperativización. Tan sólo en las alcaldías de todo de país, si se hiciera el mismo esfuerzo de investigación que se ha hecho en la de Valencia, se toparían unos investigadores que estén animados por cuidar los recursos públicos y vigilar el buen uso  de las instituciones, se encontrarían con grandes sorpresas. Eso sí pongamos a un lado las vinculaciones de aprovechamiento electoral.  

   La generación exponencial de miles de cooperativas de reciente creación, que procuran  obtener los beneficios preferenciales de contratación con el Estado, para acceder a una cuota del enorme gasto público, o simplemente eludir las responsabilidades patronales que implica una sociedad mercantil convencional, ha tergiversado el sentido propósito o razón de dichas organizaciones, siendo muchas de ellas, simples organizaciones de estructura vertical con clara división del capital con respecto al trabajo, y con fines exclusivamente lucrativos.

    La reacción del gobierno nacional ante esta realidad, que trastoca el objetivo ideológico inmerso en el fomento del cooperativismo, es declarar la inutilidad del cooperativismo como instrumento transformador de la sociedad, sustituyéndola con una entelequia llamada “Empresa de Producción Social”, figura que se difumina en las prácticas propias del Capitalismo de Estado. En todo caso el problema de fondo con las nuevas “seudocooperativas” es la cultura cooperativa en sí misma, los valores y principios que las caracterizan, y si ese elemento de fondo no es atendido, todas las políticas que se sustenta meramente en la ideología sin asidero en la realidad, están destinadas al fracaso.

    En lo positivo de esta experiencia hay que destacar que luego de poco más de una década de multiplicación de cooperativas, hoy hay cuarenta veces más cooperativas autenticas que al inicio de este proceso, que muchas de ellas han servido a las familias y a los trabajadores cuentapropistas a adoptar una figura jurídica que cuenta con apoyo amplio de políticas públicas. Igual cabe afirmar aunque sin suficiente asidero de investigación y de suministro de información de los entes estatales, que al ser el fomento cooperativo una  política mas bien asistencialista, sectores de modestos recursos pudieron resolver problemas y necesidades con estas asignaciones.

    Casi en su totalidad el movimiento cooperativo existente antes de este proceso, se mantuvo al margen de la asignación de los recursos dadivosos del Estado. Algunas experiencias de asignación de estos recursos, también comprometían la autonomía del movimiento cooperativo.  

   Hoy en la llamada “guerra económica” se anuncia nuevas formas y ajustes organizacionales productivas, sirva la poco efectiva política de cooperativización forzada para reiterar que el país se construye con mas dialogo y menos improvisación.

lunes, 2 de febrero de 2015

VALORACIÓN DEL TRABAJO Y EXPECTATIVAS DE LOS JÓVENES



  El interés por comprender los mercados laborales es un desafío permanente en los estudios del trabajo. Simplificado al máximo el problema en cuestión sería estudiar la oferta y la demanda de el trabajo de la gente. Con las personas y sus aportes a la creación y mantenimiento de riqueza, convertida en productos y servicios de consumo social, se han hecho históricamente los más profundos esfuerzos de comprensión de las sociedades. Sin embargo en la economía también hay un conflicto entre la creación de riqueza fundamentalmente por vía del trabajo y otros enfoques que minimizan su contribución en favor de considerar al capital como factor predominante, hasta el extremo de apuntar hacia el dinero mismo como el determinante, tal es lo que ha dado lugar a la financierización y a la especulación.  

  Venezuela es un caso donde se vive una etapa que factores de política económica vienen dando lugar y favoreciendo una infra valoración del trabajo. En las cuentas nacionales el trabajo vale cada vez menos, en favor y comparación con la propiedad de bienes físicos o de otra naturaleza.

  La infra valoración del trabajo determina que para adquirir un vehículo o una vivienda se requiere un determinado número de salarios, sean mínimos o promedios según la estructura salarial del país. Vemos que cada día este numero de salarios ha de ser mayor para lograr dicha adquisición. Entonces, teóricamente estamos ante el hecho de que el trabajo en nuestra sociedad cada vez vale menos. Los venezolanos que emigran y logran insertarse en los mercados laborales de otros países, y no necesariamente desarrollados, dan debida cuenta de este fenómeno al comparar lo que ganan y lo que pueden hacer con esos ingresos.

  En una economía de escasez y desabastecimiento, quienes tienen la capacidad productiva de generar los bienes y servicios en situación crítica se colocan en una situación ventajosa. Pero dos condicionantes generales han de estar presentes, primero que producir no es un hecho aislado sino que requiere entender la naturaleza sistémica de la acción productiva, y segundo que es necesario disponer de contextos y condiciones adecuadas para producir. Lamentablemente la manera como funciona el país y particularmente como está dirigido en estos últimos años nos coloca lejos de materializar estas condiciones. Un campo abierto para la financierización, especulación y la corrupción desvaloriza el factor trabajo.  

  Este contexto exige atender la situación del trabajo, entenderlo para proponer elementos de estudio y de acción por parte de las instituciones. Y uno de los sujetos que demanda preferentemente su comprensión es el de los jóvenes, para quienes situaciones complejas e inciertas para sus expectativas determinan tentaciones que van desde la desesperanza hasta la emigración a otras sociedades, perdiéndose en aquellos ya formados un apreciable capital humano.

  En el libro "Trabajo decente y juventud en América Latina. Políticas para la acción" editado por OIT, se destaca que estamos en un momento que nuestros jóvenes si bien "más educados que las generaciones previas, con un mejor manejo de las nuevas tecnologías y una mayor adaptabilidad en comparación con los adultos, tendrían mayores oportunidades de acceder a mejores condiciones laborales y trayectorias laborales ascendentes". Sin embargo, según datos de la OIT sobre trabajo decente y juventud, una serie de obstáculos impiden el aprovechamiento pleno de estas ventajas. No obstante los logros alcanzados en algunos indicadores laborales, la precariedad de la inserción laboral de los jóvenes continúa siendo una característica persistente en la región. "Entre 2005 y 2011, el desempleo de los jóvenes de 15 a 24 años se redujo de 16.4% a 13.9%, triplicando la tasa correspondiente a los adultos. Si bien esta reducción del desempleo es positiva, los jóvenes desempleados representan más de 40% del total de los desempleados de la región."
 
  En nuestra situación nacional sobre los jóvenes y su situación laboral destaca la Encuesta Nacional de Juventud 2013 desarrollada por el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la UCAB, de los varios aspectos de los jóvenes se incluyen los temas relativos a la educación, la inserción y situación laboral, los niveles de autonomía económica. Muchos otros temas relevantes de la vida de los jóvenes se abordaron en esta encuesta, pero relevamos los anteriores por su directa vinculación con el mundo de el trabajo.

  Los responsables de la elaboración de esta encuesta promueven la presentación de sus resultados y escenarios en donde predominen los mismos sujetos encuestados, organizaciones de jóvenes de diversas áreas, así como que ello sea una oportunidad para el intercambio y la reflexión de los resultados y las realidades de diversas ciudades y regiones en donde se celebran estas presentaciones. Ya en Valencia hemos fijado fecha el próximo cuatro de marzo. Otras importantes ciudades del país, Mérida, San Cristobal, Barquisimeto, Ciudad Guayana y Caracas, igualmente serán escenarios para estas presentaciones.

  Desde el gobierno el pasado noviembre en el marco de ley habilitante emitió Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley para la Juventud Productiva No. 1392. En pasada contribución nuestra de octubre 2014 (http://hectorlucena.blogspot.com/2014/10/propuestas-de-empleo-y-de-futuro-para.html),  se destacó la carencia de discusión por un lado la parlamentaria, y por otra con los distintos sectores vinculados. De todos modos ya está vigente, y aun mas este decreto en su única disposición transitoria le exige a los ministerios con competencia en materia de trabajo y juventud que "deberán presentar al Presidente de la República, en un lapso no mayor de noventa días ...los planes y programas correspondientes". Los noventa días corren a partir del 13-11-2014, por lo que muy pocos días restan para su vencimiento. Las organizaciones de jóvenes así como aquellas instituciones cuyas funciones se vinculan con ellos habrían ya de haber sido consultadas y consideradas.