miércoles, 16 de diciembre de 2015

¿QUE NOS PLANTEA EL ESCENARIO QUE SE ABRE EL 6D?


El mundo del trabajo se desenvuelve entre lo político y lo económico. En unos periodos hay predominio de lo uno o de lo otro, pero siempre ha de analizarse su desenvolvimiento tomando en cuenta las dos perspectivas. Lo ocurrido este 6 de diciembre, es de consecuencias tales que nos plantea mirar previamente el contexto más general.

  Venezuela está viviendo un momento muy difícil en las dos situaciones. En lo político hay tensión, desconfianza, instituciones parcializadas y por tanto con limitada credibilidad. En lo económico los entes oficiales ocultan los índices que son fundamentales para llevar el seguimiento de la salud de la economía de la República, y aquellos que por otras vías no oficiales se logran construir, dejan ver indicadores que reflejan un estado de crisis. Por lo demás en ambos ámbitos la cotidianidad es elocuente, habla por si sola de la insostenibilidad del estado de la situación. 

  No obstante, el proceso y la campaña que llevó a las elecciones parlamentarias recién ocurridas este 6 de diciembre fueron receptoras de expectativas de las dos principales fuerzas políticas de la escena nacional. Por un lado, una unidad de fuerzas opositoras adquiriendo gradualmente mayor capacidad para desenvolverse en un medio que por muchos años no lograba dominar, y que la gran clave fue la unidad de las fuerzas opositoras. Quien no participó de esta alianza obtuvo resultados insignificantes. 

  Por el otro, un esfuerzo del gobierno nacional por capitalizar con su presencia y estrategia la campaña de los aspirantes a diputados por el Gran Polo Patriótico, dándole la máxima visibilidad a imágenes y memoria del fundador del movimiento revolucionario. Todo esto se tradujo entonces en un plebiscito para evaluar la acción gubernamental, tanto la gestión reciente del actual presidente por su propia presencia en toda la campaña, como la del proceso bolivariano chavista, por apelar a la figura del fundador y colocar sobre la mesa acciones de su prolongado gobierno.

  Con resultados en cuanto al monto de los votos que cuantifican cerca del sesenta por ciento para la oposición, y alrededor de un cuarenta por ciento para el gobierno, y tomando en cuenta que no se votó teniendo presente las características, la trayectoria y las nuevas proposiciones relacionadas con las regiones que estos candidatos aspiraban representar al integrar el parlamento, sino que más bien se estaba juzgando al proceso de gestión que conduce el Gran Polo Patriótico, nos lleva a reflexionar que si bien una primera lectura de estos resultados sugieren que se ha abierto una válvula para dar salida a la crisis política. Se vivió un 2015 de aparente estancamiento, todo apuntando a prepararse para ese 6D.

  Al reconocer que los resultados del 6D ofrecen en lo inmediato una posibilidad de salida a la crisis política, pero que por ahora no toca la materia económica de manera directa, ya que la victoria electoral opositora es para el acceso al poder parlamentario en condiciones de mayoría calificada, pero que no se trata de dirigir la economía del país. Lo que si efectivamente posibilita, es la capacidad para promover debates y leyes que han de incidir en lo económico. 

  En lo inmediato, y en el nivel micro, importa plantearse el manejo del propio presupuesto de la Asamblea Nacional, ya que desde hoy hay respuestas precipitadas de su actual conducción, para despojarla de su propia TV y Radio, adelantan una señal de las incomodidades para la asunción de las  nuevas autoridades legislativas al ejercicio de sus responsabilidades. Las experiencias de dejar a las instituciones en situación económica y logística deplorable ya se ha visto en otro proceso, como lo ocurrido en la Gobernación del Estado Miranda, en la transición de Cabello a Capriles, o en Alcaldía Metropolitana, de Barreto a Ledezma. 

  Con este preámbulo, la crisis económica se irá agudizando. Estos resultados electorales agregan incertidumbre en algunos factores internacionales con los que el gobierno venezolano ha venido intercambiando, como son sus aliados regionales, y más allá sus aliados globales. Con los primeros, el resultado electoral presidencial de Argentina, abre un frente de criticismo a las relaciones que otrora mantuvieron estrechamente los regímenes argentino y venezolano. Otro aliado clave, el gobierno de Brasil, su propia crisis interna igualmente económica y política, no le permita continuar siendo el sostén que si pudo ser en tiempos de Lula al frente del gobierno de gigante sudamericano. Los otros aliados regionales son de menor peso que los dos citados. 

  En el ámbito global el gran aliado es China, qué ha hecho inversiones cuantiosas en toda América Latina, y muy particularmente en Venezuela, y es un poder pragmático en cuanto al propósito de sus inversiones, y esto requiere un mínimo de garantías del aliado venezolano, pero que con los presentes resultados electorales, se abre un escenario que seguro llevará al debate parlamentario los más variados negocios suscritos entre ambos países, de los cuales el país conoce muy poco, pero que la misma necesidad económica para solventar la crisis, planteará un seguimiento de los cuantiosos recursos recibidos de la relación con esta potencia asiática. 

  Conversar entre las fuerzas que hoy dominan la escena política, quienes dominan el ejecutivo y quienes empezarán a dominar el legislativo, es un camino necesario. En lo inmediato ambas fuerzas aún no han digerido del todo lo ocurrido este 6D, pero están en eso. Uno por el sorprendente abultado triunfo y otro por lo contrario. 

  Los primeros anuncios y aspiraciones de quienes tomarán el control del legislativo no han sido bien recibidos por el ejecutivo, pero los resultados electorales, la manera como el pueblo, los ciudadanos se expresaron,  mostraron que estamos en una sociedad plural, y luego de tres lustros de hegemonía y autoritarismo no será fácil la convivencia para quienes ejercían el gobierno sin controles.

martes, 8 de diciembre de 2015

NUEVA CENTRAL DE TRABAJADORES, AUTONOMIA COMO APORTE A LA INSTITUCIONALIDAD Y CIVILIDAD


Entre el 30 de noviembre y el dos de diciembre se realizó el congreso constitutivo de la Central de Trabajadores Alianza Sindical Independiente, con más de cuatrocientos delegados. El congreso se venía preparando detenidamente desde hace varios meses, pero esta corriente creada como una organización no gubernamental en el 2002, había venido activando en el movimiento de los trabajadores, hasta que alcanzo un desarrollo suficiente para plantearse la creación de esta nueva central. 

  Uno de sus postulados es la autonomía con respecto al gobierno, partidos y empresas. Elemental principio de las organizaciones sindicales, que históricamente ha sido olvidado en muchas organizaciones sindicales, especialmente la tutela desde el gobierno. En los años recientes, recordamos un planteamiento desde el más alto nivel de la revolución bolivariana, que planteaba “para qué autonomía, si el gobierno era de los trabajadores”.   Pregunta que en el fondo ponía en riesgo la existencia misma de la organización de los trabajadores en su condición de asalariados dependientes.

  Sobre la autonomía de las organizaciones sindicales y las opciones electorales, el representante del Departamento de Relaciones Internacionales de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo -CFDT-, Mariano Fandos, presente como invitado internacional en el congreso constitutivo, en su breve intervención a la Asamblea se refirió a esta autonomía, comentando cómo su organización sindical se relacionaba con las diversas alternativas electorales propias de una democracia. El asunto interesó, porque justamente el país estaba inmerso en una campaña electoral parlamentaria, que por la crisis política venezolana, había trascendido este carácter y se constituyo en un plebiscito al ejercicio de la presidencia de N Maduro, e incluso en un juicio a la manera de gobernar.

  Esta central francesa, cuyo nacimiento se remonta a 1919, tiene en sus postulados el siguiente principio “La democracia y la República son de nuestra propiedad común. Libertad, Igualdad, Fraternidad son los valores que nos permitan vivir juntos más allá de nuestras opiniones, diferentes creencias y procedencias. El papel de un sindicato es, sobre todo, para defender a los trabajadores, pero estamos todos y de todo, para los ciudadanos; también, la acción de la CFDT debe contribuir al interés general.”

  Este principio lo materializa la CFDT, evitándose apoyar a candidato alguno a las funciones públicas. ¿Qué hace la central al respecto? Elabora un cuestionario, lo envía a los candidatos y luego publica la respuestas recibidas. Finalmente, los propios trabajadores eligen sus candidatos con autonomía. Hay una sola excepción en cuanto al envío del cuestionario, no se le envía al Partido Frente Nacional, partido de inclinación fascista, la extrema derecha.

  Por su parte, el movimiento sindical uruguayo, que en América Latina goza de un alto prestigio por sus valores y nivel organizativo, manifiesta su autonomía con su frase “Somos independientes, pero no indiferentes”, lo expresaba Victor Baez, el Secretario General de la Confederación Sindical de las Américas -CSA-, institución que brindaba su apoyo a la naciente Central de Trabajadores ASI Venezuela, ya que desde hace varios años como corriente sindical la Alianza Sindical Independiente -ASI- ha venido formando parte de la CSA. 

  Hay que recordar que esta corriente -ASI-, llevaba ya cerca de tres lustros actuando en el medio sindical nacional, y en los últimos dos años expresaba públicamente su propósito de constituirse en una central sindical, y por ello organiza e instala su congreso constitutivo de estos días. Conviene destacar que en el seno de la CSA, el ejercicio de la representación sindical venezolana también lo ha venido ejerciendo la Confederación de Trabajadores de Venezuela-CTV- , ya que para el momento que hubo la fusión de las centrales regionales Organización Regional Interamericana de Trabajadores -ORIT- y la Central Latinoamericana de Trabajadores -CLAT-, lo que dio nacimiento a la CSA, la organización CTV aún conservaba una importante población de afiliados, pero que con el tiempo no se ha expandido, en cambio en el país ha habido la emergencia de otras corrientes como ASI.  

  La central ASI organiza su congreso constitutivo con cuatro federaciones nacionales, cuatro sindicatos nacionales, poco más de 200 sindicatos, todo ello afilia a más de 420.000 trabajadores. Sus planteamientos centrales y tesis sobre los aspectos fundamentales para los trabajadores le dan una especial relevancia a la autonomía de los trabajadores y sus organizaciones. En lo que todos exteriorizan su identidad es en la defensa de la clase trabajadora.

  En esta materia de la autonomía de los trabajadores en sus posturas como ciudadanos con intereses y preocupaciones políticas, en nuestro país hemos de vencer una cultura de dominación que ejercen desde los gobiernos y patronos estatales y privados.

  Es propio del desarrollo político y social, que los partidos hagan dentro de los marcos constitucionales y legales, y en un ambiente de paz y respeto a las ideas y posiciones de los demás, sus campañas y el proselitismo para captar afiliados, para acrecentar su caudal de votantes y ganar posiciones en las elecciones. Pero absolutamente no lo es, cuando se use el poder patronal o el mismo sindical sobre los trabajadores al servicio de instituciones privadas y/o publicas para condicionar el empleo, la estabilidad, el progreso y la tranquilidad de quién cumple  sus funciones. 


  Bienvenida una central sindical que tenga este principio y esta práctica. Se trata de una organización que se aspira fortalezca el accionar del movimiento de los trabajadores y la propia civilidad del país. 

jueves, 3 de diciembre de 2015

TRABAJADORES ANTE EL ACOSO A SU DIGNIDAD EN TIEMPOS ELECTORALES


En noviembre de 1957 hubo protestas de trabajadores y estudiantes como reacción a la aprobación de un plebiscito para sustituir las elecciones previstas en la Constitución Nacional. El plebiscito fue solicitado por el gobernante Marcos Pérez Jimenez, y dio lugar a la reacción de rechazo y malestar de diversos sectores de la sociedad. El plebiscito finalmente se realizó el 15 de diciembre de 1957. El gobierno obtuvo más del 92% de los votos, por su parte la Junta Patriótica que representaba a la oposición, llamó a abstenerse. Quienes votaron por el sí, otorgaban un mandato adicional de cinco años en el poder al gobierno encabezado por  el general Marcos Pérez Jimenez y a todos sus candidatos a los poderes públicos.

  Visto que se trataba de una farsa y que el gobierno había usado todo tipo de presiones para obligar a votar por el si, el malestar se extendió más allá de los partidos de oposición y sus seguidores, y alcanzó a los propios militares que se entendía estaban gobernando. La Fuerza Aérea y algunas unidades del Ejército reaccionaron por el lado militar para agregar presiones a favor de la salida del gobierno, por lo que el primero de diciembre varios aviones activaron un  levantamiento contra el gobierno, desatando una crisis que la completó la huelga general del 21 de enero, que se concreto con la huida del Presidente Marcos Pérez Jimenez la madrugada del 23 de enero de 1958.

  En esta ocasión abundaron las presiones de los gobernantes en su condición de patronos o empleadores, sobre los trabajadores al servicio del Estado, presiones que se extendían hasta sus familiares. Igual para todos aquellos que recibían contratos del gobierno, como proveedores y constructores. Esto ocurrió hace casi 60 años, y la población le hizo el juego a los jefes militares y civiles que formaban parte de la burocracia en los poderes públicos.

  Hoy se ve de nuevo este acoso contra la libertad y la dignidad de los trabajadores, como lo es la imposición del uno por diez, o las exigencias de fotografiar el voto, así como las amenazas. En aquel momento había mucho empleo, el país había completado un ciclo positivo de crecimiento de su economía, y la administración mostraba logros en obras de infraestructura.

  Hoy las estrategias de imponer decisiones en el momento de votar, se consiguen un desarrollo social y político más avanzado que nuestro momento referencial del año 1957, aunque un amplio espectro de políticas sociales puestas en práctica en los últimos años como parte de la redistribución de la renta petrolera, se convierten en momentos electorales  como medios que pretenden controlar la voluntad de quienes como ciudadanos han accedido a ser beneficiarios de programas.

 Las políticas sociales en los programas regulares de los ministerios del área social, en las diversas dependencias estatales y en las misiones, representan un caudal de recursos que desde el poder se administran como si fueran recursos generados con el esfuerzo de quienes gobiernan, y no de quienes son los gobernados, es decir los ciudadanos. Que es en definitiva lo que representan los aportes fiscales, que ya desde hace varios años son mayores en la composición del presupuesto nacional que los propios aportes del petróleo.

 Igual es importante resaltar que los bienes con los cuales se hace política electoral y que proceden de los acuerdos con otros países, tales son los productos manufacturados chinos, y que nos llegan en el marco de esas relaciones de intercambio, los pagamos diariamente con petróleo de la nación que le hacemos llegar, y que la deuda adquirida con China, parte de ella ha de consumirse en bienes que nos exportan.

  En el plano de la sociedad toda, lo lamentables es que recibimos productos que veníamos produciendo en nuestro territorio, y que representaban salarios, empleos, aprendizajes productivos, pagos de impuestos, compras nacionales, y desarrollo de sectores en el encadenamiento sectorial.

  Hay acuerdos que nos hacen acrecentar una deuda, vamos hipotecamos al país, perdemos soberanía y poco sabemos de las condiciones que nos comprometen el futuro. Al final toda deuda adquirida que no tenga fines productivos, la pagan los trabajadores con el desmejoramiento de sus condiciones de vida.

  Por ello una sana política electoral nacional debe, desvincular la entrega por parte del gobierno de bienes y beneficios en general en tiempos de una campaña electoral, así como prohibir inaugurar obras.

  Tal como es interpretado universalmente, es una pretensión de comprar votos y voluntades, con una perspectiva cortoplacista, orientada para que se mantengan en el poder las fuerzas gobernantes.

 Con iguales criterios electoreros y cortoplacistas se administran, incluso, las importaciones de los alimentos y las materias primas, así como su uso y destino, desconsiderando que son bienes para la vida y salud de toda la población.

  Todas las estrategias y presiones que puso en práctica el régimen de Marcos Pérez Jimenez sobre los trabajadores, para ganarse el sí en el plebiscito del 15 de diciembre de 1957, y que le llevaron a un triunfo, ya que obtuvo un 92% de votos por el sí, resultó al final ser la venganza de quienes bajo presiones se les obligó a votar por encima de su dignidad y conciencia. Para los trabajadores esa pesadilla concluyó treinta y nueve días más tarde con la caída del régimen.

  Sea oportuno recordar y analizar esta experiencia histórica para reivindicar el valor de la dignidad de aquellos trabajadores o ciudadanos que son presionados y amenazados desde el poder con perder su empleo o un beneficio derivado de las políticas públicas establecidas.

martes, 24 de noviembre de 2015

EL TRABAJADOR DEPENDIENTE, PERO LIBRE EN LA SOCIEDAD



  El concepto de trabajador que más se ha universalizado es aquel que vive de su propio trabajo, de su esfuerzo, sea en una actividad independiente (sin patrono) o prestándole servicios a otro quién que por tanto, se constituye en su patrono o empleador. El primer caso cobra una tarifa o un precio por lo que hace, sea un servicio o un bien. En cambio el segundo recibe un salario, por tanto, es un asalariado. 

  Decir que el salario es el precio de lo que hace el trabajador es parte de la afirmación, ya que el empleador ha de responder por un conjunto de compromisos con sus dependientes que tienen un costo que no todo va de manera inmediata al bolsillo del trabajador. Unas erogaciones van al trabajador a lo largo del año o de la vida laboral en tanto preste servicios a ese patrono. Otras erogaciones la pasa el patrono al tener a determinado trabajador en su nómina, a entidades estatales que se ocupan de actividades laborales, como seguridad social, formación profesional, deportes, ciencia y tecnología, prevención contra uso de drogas.

  En cuanto a autonomía, el trabajador independiente la disfruta en buena medida, ya que le presta servicios a quien quiere dada su condición de no tener patrono. En cambio el segundo, el dependiente, sí está obligado a prestarle servicios a su patrono o empleador a partir del momento de su contratación, ya que esa es la naturaleza de la relación, se trabaja para ese patrón. En lo que si no hay discusión es que su compromiso, o su dependencia, es con respecto a ejecutar las tareas para las cuales fue contratado.

  Para equilibrar esa relación de poder entre el patrono y el trabajador dependiente, surgieron las organizaciones de defensa de los trabajadores asalariados -sindicatos-, que han logrado a lo largo de la historia conquistas que le permiten cerrar un tanto la brecha de la asimetría que hay entre el poder del patrono y el de un trabajador individual. Esas conquistas las vemos en instituciones, constituciones, leyes, reglamentos, convenios y espacios de reconocimiento y respeto ante otros sectores sociales, políticos y económicos. De todo esto, lo más importante son las instituciones autónomas, democráticas, representativas que los propios trabajadores han constituido, así como el reconocimiento ganado ante otros sectores igualmente relevantes en la vida de las sociedades, como son las empresas, el Estado, los medios de comunicación, la academia, los partidos políticos y las organizaciones de otros actores sociales y económicos.

  Hay que repetir que los  patronos o empleadores contratan trabajadores con los cuales se establece una relación de dependencia, pero es sólo por el hecho de no ser  los dueños, ni ser personas que van a ejercer la dirección de ese negocio o entidad productiva. Esa contratación es para desarrollar funciones previamente convenidas y solo ligadas a la actividad que explica la existencia de esa empresa y su correspondiente empleador. 

  Los patronos o sus representantes han de reconocer que la dependencia de los trabajadores no va mas allá del espacio laboral en las horas convenidas, y para las actividades que se definieron con ocasión de su contratación. Que los intereses que unen al patrono y a trabajadores son los que están presentes en el momento de ejercer el trabajo, uno es el jefe y los otros son los dependientes.

  Los trabajadores y los empleadores, así como sus representantes son sujetos con posiciones ante asuntos de la vida de la sociedad. Esas posiciones son parte de la subjetividad, de la manera como cada quién ve e interpreta la sociedad, como ha de ser organizada y gobernada. Los trabajadores, son al mismo tiempo sujetos adscritos a una familia, a una comunidad, a unas colectividades no sólo laborales, que pueden ser culturales, deportivas, religiosas, y también políticas e ideológicas.

  En el trabajo esclavo, el sujeto no tenía opción para decidir los asuntos de su propia vida. Incluso sus descendientes eran propiedad de su propio amo. No tenían apellido, sino el que su amo le quisiera dar. Hace un siglo y medio en Venezuela se abolió la esclavitud, incluso mucho más tarde que el propio nacimiento de la República. 

  Los esclavos pasaron a ser hombres libres, pero en lo económico, a lo sumo, pasaron a tener el estatus que tenían los campesinos sin tierra, que trabajaban subordinados y sin pago en las tierras ajenas y que a cambio podían trabajar un pedazo para sí, y del cual derivaban productos para subsistir. O trabajaban en un pequeño espacio y lo que producían debían de compartir con el dueño de la tierra, o en un estadio más avanzado, alquilaban la tierra. La subordinación era casi total, sin instituciones ni entidades colectivas para contrarrestarlo. 

 Todos tenían la opción de ser jornaleros, que hacían trabajos cuando había lugar, y el dueño de la tierra les pagaba el jornal. También había la opción de ir territorio adentro y encontrar una tierra para trabajarla como propia. En paralelo, los comerciantes y artesanos en las ciudades con su conocimiento y dominio de un arte se aseguraban un estatus que le daba mayor libertad y autonomía. 

  En los dos últimos párrafos se ha descrito la situación del trabajo de la amplia mayoría de los venezolanos hasta los primeros dos cuartos del siglo XX. A partir de ahí, han habido cambios sustanciales en lo que respecta a la relación de la mayor parte de los venezolanos, y de quienes viniendo de otros países  decidieron hacer su vida aquí. Todos en el mundo del trabajo, unos como empleadores, o sus representantes, y otros, la amplia mayoría como trabajadores independientes y dependientes, gozan de plena libertad para la conducción de sus vidas, lo que incluye de manera relevante decidir sobre sus opciones políticas. 

  Que un empleador, sea estatal o privado, pretenda valerse de la necesidad de trabajo que tiene el ciudadano para imponerle una opción política, nos regresa a principios del siglo XX.  

martes, 17 de noviembre de 2015

SE EXTIENDE LA PARALISIS PRODUCTIVA



En nuestra contribución “Paros productivos sin convocatorias sindicales”, destacábamos  el hecho inusual de la diversidad de paralizaciones de empresas de todas las áreas económicas, que no estaban explicadas por las relaciones laborales de empleadores y trabajadores, ni por las controversias propias sobre temas relevantes para la población trabajadora, como son salarios, empleos y condiciones de trabajo.

  No se requiere repetir que, desde la fecha de la publicación del mencionado artículo -6 de octubre del presente año- a la fecha, persisten los mismos factores que gradualmente han incidido para una progresiva parálisis de la producción.

  Dos factores estacionales se agregan a reconocer que las paralizaciones que ya traemos no se superarán en lo poco que falta del año, y se extenderán en el inicio del próximo.

  Primero, ya estamos inmersos en una campaña electoral, y como es habitual esto genera una atmósfera que no propicia la actividad productiva, sino más bien es un ambiente distraccionista, ya que en nuestro mundo político casi toda elección es un plebiscito, que genera tensiones y condiciona la vida del país a la campaña electoral, el país productivo se resiente. En los entes estatales, desde las direcciones del más alto nivel se condiciona el quehacer de quienes ahí trabajan, a actividades proselitistas de búsqueda de votos y de participación en actos electorales, lesionando o desatendiendo el trabajo de verdad para el cual es contratada y remunerada la gente, o vinculando la prestación de servicios al mantenimiento del status quo. Un gobierno y un Estado que actúe de esa manera anarquiza la vida de las instituciones.

  El segundo factor es que el fin del año es para muchas actividades tiempo de parálisis, sean por vacaciones colectivas para quienes mantienen una mayor continuidad, o de cierres temporales para actividades que luego de paralizarse en diciembre no reinician sino más bien entrados ya varios meses del año siguiente.

  Una recesión que hoy  alcanza a un menos -10% del Producto Interno Bruto, tomando como punto de partida un recesivo año 2014, se expresa de múltiples maneras, a saber:

- En el aumento de la pobreza y en el deterioro de la calidad de vida.

-En la venta de activos de la nación en el exterior, en la venta desventajosa para el país de su deuda por cobrar.

- En el retiro de los recursos nacionales en el Fondo Monetario Internacional.

- En la hipotecada relación con China.

- En la vaciedad y monotonía de los anaqueles y en las desoladas salas de exhibición de productos.

- En la calma de los puertos y cualquier otro todo medio de evidenciar la disponibilidad de bienes y servicios.

  Veamos, por ejemplo, que en el 2014 no se formaban colas para adquirir baterías y neumáticos, hoy son cotidianas. Mas y nuevos productos y servicios entran en los espacios de los mercados negros, sea por las regulaciones artificiales, por la incapacidad de producirse en el país, y finalmente, por la incapacidad de importarlos porque no existen las divisas o el sistema de control económico estrangula y cierra las posibilidades de importación.

  Cuando se hace referencia a las colas hay que tener presente que gradualmente se ha
venido sofisticando el sistema de acceso a ciertos bienes y servicios, en donde las largas filas de gente no están a la vista, sino que son sistemas de anotaciones en listados de paginas de Internet, proceso que exige invertir múltiples oportunidades de disciplinada disposición para encontrar las paginas accesibles y amigables, y poder introducir los datos y así, finalmente, colocarse en la cola de la lista.

  Sobre la desolación de los puertos, se puede constatar que en el 2014 hubo una disminución de la actividad portuaria de un -34.5%, y en lo que va del 2015, el gobierno se abstiene de ofrecer cifras, pero datos de las cámaras de comercio de las ciudades en donde se localizan los dos principales puertos del país, la del Estado Vargas y la de la ciudad de Puerto Cabello, reportan una disminución del 90 y 50% respectivamente. (http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/10/151006_venezuela_economia_puertos_dp)

  Lamentablemente estamos en una economía de guerra, y no en una guerra económica, como se pretende explicar desde el ámbito oficial la situación existente, ya que hay colas y nerviosismo para cada vez mayor diversidad de rubros. La economía de guerra deriva simplemente de no haber productos suficiente para las necesidades nacionales, debido a que se producen y se importan menos bienes, derivándose también que haya menos servicios. La paradoja de una economía de guerra estando en paz, luego de percibirse durante varios años los ingresos petroleros más cuantiosos de la historia del país.

  Cierto que hay una interesada versión para la ficción de la guerra, ¿cual? La que se oye en los discursos del mas alto nivel oficial y que no se queda sólo en discursos, ya que se traduce año a año, en compras crecientes de innecesario equipamientos militares. Y la otra guerra, que si es inocultable y realista, la que ejecuta el hampa, por un lado la de cuello blanco conectada con las compras y manejo del erario público, y la tradicional que se ha desbordado ya que actúa en la calle sin temor al Estado y sus instituciones, golpeando a los ciudadanos pacíficos y desprotegidos por el sistema existente, e incluso un hampa con poder para enfrentar a los mismos cuerpos armados del Estado.

  Indudablemente hay razones más que de orden laboral convencional, para tener por delante una situación de más parálisis productiva. La revolución está involucionando al país entero y sus medidas no posibilitan revertir el estado de parálisis.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

DEL CONTROL OBRERO AL CONTROL DE LOS TRABAJADORES


Hace cinco años y medio, el Gobierno trajo el anuncio de la implantación del control obrero en las empresas estatales. Para entonces, se sabía muy poco de qué se trataba la propuesta. Guayana fue el escenario para que el nuevo ministro titular del despacho de las Industrias Básicas y Minería, y presidente de la Corporación Venezolana de Guayana, José Khan, se estrenara en su visita a esta zona, y tuviera su primer contacto directo con trabajadores, quienes, para entonces, vivían en plena efervescencia de la recurrente conflictividad laboral. Se percibió que la propuesta de control obrero aparecía en un momento necesario para aplacar la conflictividad. El nuevo ministro trajo en su maletín una propuesta que ofrecía que los mismos trabajadores eligieran a los directivos y gerentes de estas empresas.

Los trabajadores pedían, como histórica y habitualmente demandan, mejores salarios y condiciones de trabajo, que se firmen y cumplan los convenios colectivos, basados en el hecho de trabajar y producir riqueza para la sustentación de la empresa y de quienes en ella trabajan. Pero el patrono se apareció con el llamado control obrero. 

De esta propuesta se conocía muy poco, al menos para los trabajadores mismos era una sorpresa. En general, en las tradiciones demandas sindicales sean de orientación marxista, socialdemócrata u otras corrientes, no lo habían planteado ni en Guayana como tampoco en otras regiones del país. Tan sólo se hablaba de control obrero en muy pequeños grupos de militantes que se informaban de lecturas de experiencias europeas de principios del siglo XX, procesos que no tuvieron continuidad incluso en los mismos países del socialismo real. Por lo demás, tampoco tenían una influencia considerable en las bases sindicales. 

Un testimonio local sobre su implantación señala : “En la empresa se trató de realizar cambios en la organización del trabajo con el llamado control obrero, donde se inició estableciendo mesas de diálogo con trabajadores seleccionados con tendencia a sustituir a las gerencias tradicionales, digo con tendencia, porque en la realidad nunca fueron sustituidas… estas mesas de trabajo no tenían objetivos claros, por lo que se daban discusiones estériles y se tomaban decisiones basadas en la conveniencia de uno u otro grupo, sin considerar lo que realmente era conveniente para la empresa y hasta para el mismo trabajador”. 

La evidencia sí muestra que hubo durante algunos pocos meses un activo proceso de reuniones con personas seleccionadas por niveles superiores de las empresas y del partido oficial, claro sustentado en afinidades ideológicas con el propósito de redactar la propuesta, lo que, por tanto, dejó evidenciado que lo traído por el nuevo ministro era apenas una intención, una consigna que había que llenar de contenido. 

El propósito de las mesas o reuniones de trabajo era, por un lado, intentar suplantar a los sindicatos, incluso se dejaron de lado hasta aquellos que tenían una directiva con mayoría del partido oficialista. Por otro, se pretendía crear dos grandes corporaciones que fusionarían en una entidad a las empresas del hierro y del acero, así como se crearía otra corporación para las del aluminio. Total que 17 empresas se convertirían en dos corporaciones, integrando procesos tecnológicos, productivos, logísticos, financieros, de recursos humanos, de finanzas y de mercadeo.  

Lo que tenemos cinco años más tarde es que las empresas básicas son dirigidas casi todas por militares, nombrados por el Ejecutivo, sin participación alguna de los trabajadores; más bien aquellos con formación y experiencia en las áreas de estas empresas, han visto que sobre ellos han nombrado a personas sin conocimiento y sin carrera, en las complejidades de los procesos productivos y gerenciales de estas grandes empresas propiedad de la nación. 

¿Cuáles resultados podemos ver hoy? 

* Las empresas sufrieron al mermar su producción y agudizar su deterioro tangible en lo que se refiere a sus instalaciones;

* También ocurrió deterioro en los valores y la cultura, al romperse tradiciones de ascenso y carrera que, en alguna medida, se mantuvieron por largos años;

* A los trabajadores de base se le hicieron levantar falsas expectativas, y a personas con formación y experiencia se les ignoró;

* Todo lo anterior se convirtió en duros golpes a la identidad construida por los trabajadores con las empresas a lo largo de décadas. 

* El propósito de integración de las empresas en dos corporaciones no se materializó.

* Este intento de cambio generó anarquía y molestia en los trabajadores.

Hoy, ante un nuevo proceso electoral, violando normas constitucionales, laborales y electorales, así como principios de respeto y convivencia, resulta que quienes dirigen estas empresas plantean exigencias, ya no de control obrero, sino más bien de control sobre los trabajadores al obligarlos a una sumisión electoral determinada, así como amenazas directas a quienes tengan legítimas posturas diferentes inclinadas a alternativas electorales diferentes a las oficialistas, como es normal en cualquier sociedad civilizada y respetuosa del trabajo digno o decente, que ha de ejercerse sin discriminaciones por razones políticas, religiosas, de sexo u otro derecho humano fundamental.

El pretendido control de los obreros en las empresas estatales a propósito de sus preferencias electorales, nos lleva a recordar que con este premonitorio bautizo fue como los mismos trabajadores identificaron la propuesta de control obrero, que fue llevada desde el Ejecutivo a estas empresas en la zona de Guayana en el año 2010.

martes, 3 de noviembre de 2015

ASALARIADOS EMPOBRECIDOS



     Para los asalariados, los años 2014 y 2015 han sido los más traumáticos en el esfuerzo por mantener su nivel de vida. Indudablemente que para la sociedad en su conjunto ha venido disminuyendo la calidad de vida, desde los empresarios propietarios de empresas que en muchos casos las mantienen por sobrevivencia, hasta las personas más pobres que comen peor. En el medio están los asalariados formales en sus distintas categorías, tanto aquellos que han tenido buenos empleos o quienes aún teniéndolos son de poca calidad. Es inevitable que en circunstancias recesivas como las actuales, la precariedad laboral se extiende y generaliza hasta en empleos que hasta hace poco eran normales. 

  La falta de una política salarial en función de la inflación lesiona directamente a los asalariados, ya que se mantiene una política como si no estuviéramos con inflación de tres dígitos, solo  con revisión anual unilateral del salario mínimo y además no ajustan a los niveles de inflación, y que tampoco implica mayor ajuste en las superiores en los casos en donde se revisan. Se sigue absurdamente conviniendo el tema salarial por lapsos de dos y tres años, que es la duración de los convenios colectivos, aparte que la obstrucción de la política oficial se ha traducido en una notable disminución de este instrumento de revisión de condiciones de trabajo.   

  Categorías excepcionales que disfrutan de varios ajustes salariales como el de los militares, es uno de los muy contados casos aislados que no se han extendido a las grandes capas de otros asalariados del ámbito público, que aglutina a más de dos y medio millones de trabajadores.  

  La escasez de alimentos y bienes esenciales ha dado lugar a que se multipliquen actividades que consumen porciones crecientes del tiempo laboral y familiar, para acceder a esos bienes ya sea para el consumo en el seno del hogar, como para trueques y reventas. 

  El trueque que anunciaba con entusiasmo el Presidente Chávez en sus largas cadenas, ya lo tenemos por doquier, pero más como problema que como entusiasta actividad de sobrevivencia. 

  Indicadores que en otros tiempos se asociaban con bienestar como los viajes al exterior hoy los debemos revaluar, porque realmente se han convertido en una fuente de ingresos y no en una manifestación de bienestar, ya que gran parte de los viajeros hoy lo hace para ahorrar una parte de los pocos dólares subsidiados adquiridos en el sistema de control de divisas, y que luego sirven para venderlos. En los dos últimos años el dólar paralelo se ha incrementado en cerca de un 1200%. Sin embargo, los recientes extremos aumentos de los pasaje -dolarizados- quitan el poco margen que los disminuidos cupos oficiales aún permitían.

  Quienes han vivido en actividades independientes, sean  los taxistas, los plomeros, mecánicos y tantas otras actividades cuentapropistas, capean mejor el temporal, ya que van fijando sus tarifas al ritmo o hasta por encima de la inflación. Por eso hay un drenaje de asalariados que hacen también de cuentapropistas, o hasta asumen esta última actividad y dejan el empleo asalariado.  

  ¿Que explicaciones tenemos para esta debacle que viven los trabajadores? 

El gran empleador y conductor de la economía, insiste como principal explicación en la guerra económica, y consecuentemente sigue creando controles, estados mayores, inspecciones, intervenciones, persecuciones, pero el problema no se aminora. 

Otra explicación más consistente es la que proviene de la disminución de los ingresos petroleros, y en una economía que se ha hecho más dependiente de ese sólo ingreso, las consecuencias son peores. 

A pesar de lo anterior, no debemos dejar de desconsiderar que somos el único país petrolero en el mundo que la situación actual de precios bajos, ha dado lugar a consecuencias tan extremas para los trabajadores y para la economía en general. Lo que sugiere que no hicimos correctamente lo que había de hacerse en tiempos de altos precios, como fortalecer el aparato productivo y promover otras fuentes de riqueza.  

Se ha venido obstaculizando el desenvolvimiento de los productores nacionales, y a cambio, promoviendo sectores estatales que no han sido exitosos, por lo que finalmente se ha tenido que recurrir a masivas e improvisadas importaciones, favoreciendo a empresarios de otros países. En el presente año, con la merma de los ingresos de divisas hemos importado menos, incluyendo las materias primas para el aparato productivo nacional y consecuentemente menos producción y menos empleos. 

Pero este modelo si ha favorecido a una casta minúscula de gestores, que montan negocios para el uso de dólares subsidiados de Bs. 6.30 o Bs. 12, e inclusive los de Bs.199 por dolar. En  el caminos se pierden recursos, que  no llegan al aparato productivo nacional ni tampoco a la sociedad venezolana.  

Por todo lo que se se observa, terminaremos con un -10 en nuestra economía; con las reservas monetarias en su nivel más bajo; con mínimos inventarios en las fábricas y en los comercios; sin propuestas de cambios en la conducción y manejo de la economía y del país, y más bien con un esquema demostradamente agotado, que hoy descansa su gobernabilidad en más gasto público para algunos sectores, imprimiendo billetes que adquieren cada vez menos.  

En este escenario los asalariados tienen unas perspectivas inciertas en cuanto a sus empleos, el poder adquisitivo de sus salarios, su calidad de vida, y en general sus conquistas históricas. 

El problema no estriba en más decretos y leyes en la tradición que hemos conocido en los últimos años, que provienen de enfoques que aunque invocan a los trabajadores no los toman en cuenta para las decisiones, como los supuestos aumentos de salarios mínimos, la inamovilidad en economía paralizada, los convenios colectivos que se incumplen, las empresas estatizadas que no producen, y las persecuciones y criminalizaciones a quienes disientan.    



@hl_lucena

martes, 27 de octubre de 2015

¿SE ACABO LA NEGOCIACION COLECTIVA EN ENTES ESTATALES?


  Sobre las Convenciones Colectivas el Ministro del Poder Popular del Proceso Social del Trabajo, expuso planteamientos en entrevista publicada en la primera edición de Correo del Caroní como semanario -7 al 13 Agosto-. De sus declaraciones se derivan interesantes lecciones para el movimiento de los trabajadores. Veamos algunas de ellas.


A. Renovación de los convenios colectivos vencidos. El contexto de las declaraciones del Ministro fue con motivo de visita a la zona de Guayana, y por tanto se estima que el contexto de sus planteamientos estuvieron influenciados por la situación de dificultades de funcionamiento de buena parte de las empresas básicas.

Sus criterios estuvieron dirigidos a justificar la posición oficial de no favorecer la renovación de los convenios colectivos vencidos o por vencerse. En anteriores oportunidades posiciones oficiales con similares pretensiones pudieron descubrirse y no por voluntad del propio gobierno, tal fue el caso en el 2009, de circular emitida desde la Vice Presidencia, quién siguiendo instrucciones presidenciales, pedía a los directivos de las entidades públicas  que no se comprometieran en negociaciones colectivas, en otras palabras coartando este derecho fundamental. Pero desde antes de esa fecha es frecuente en el sector público, el retraso de las negociaciones de los convenios. Entes estatales que han de velar por los derechos de los ciudadanos, como la Defensoría del Pueblo o la Fiscalía, hacen caso omiso a estas violaciones. 

  Muchos de los propios sindicatos y algunas organizaciones no gubernamentales llaman la atención, reclaman y protestan por estos retrasos, o mejor dicho por estas violaciones, pero hasta ahora sin generar mayores impactos.  

  En el ámbito privado, las cosas son bien diferentes, ya que las negociaciones ocurren oportunamente y si hubiese retraso, la intervención de la administración del trabajo y de los entes relacionados sí funcionan como lo espera la sociedad y muy particularmente los trabajadores. 


B.  El Decreto con rango y fuerza de Ley Orgánica del Trabajo, de los Trabajadores y las Trabajadoras -DLOTTT- nos trajo muchas novedades regulatorias, algunas celebradas por los trabajadores así como otras muy cuestionadas. Vemos en estas últimas que las Inspectorías del Trabajo, léase el Ministerio, no sólo son los centros de depósito del convenio alcanzado y logrado entre empresas y sindicatos, como se entendía en la anterior legislación laboral e igualmente en los convenios sobre negociaciones colectivas de la OIT, sino que ahora la Inspectoría del Trabajo somete la validez de esta convención a su “conformidad con las normas de orden público que rigen la materia, a efecto de impartir la homologación. A partir de la fecha y hora de homologación surtirá todos los efectos legales” -Artículo 450-, y que es según este órgano público que el documento entrará o no en vigencia. 

  La intervención restrictiva del ente llamado Ministerio del Poder Popular del Proceso Social del Trabajo, podrá no homologar parte del contenido del convenio colectivo negociado por las actores laborales, por considerar que no está conforme con las norma de orden público -Artículo 451-. El llamado Poder Popular pasó de los trabajadores al Estado, con esto de Ministerio del Poder Popular.


C.  Se afirma que los convenios colectivos vigentes y vencidos están en revisión porque “se establecieron condiciones que las empresas no estaban en capacidad de cubrirlas”. Se infiere que aquí revisión es no negociación sino acciones unilaterales del Ejecutivo, incluso acciones externas a los propios órganos empleadores negociadores de estos convenios cuestionados. 

  Se trata de acciones que minimizan la libertad sindical por criterios que le son ajenos, por un lado  
se trata de empresas cuya gerencia responde exclusivamente a los criterios gubernamentales ya sea el nivel central o local, y por otro lado se carece de estructuras estables y efectivas de relacionamiento entre las partes involucradas en el quehacer productivo, para tener alguna participación e incidencia en el diseño de políticas de carácter macro y sectorial en donde están insertas estas empresas. Temas como precios de los productos, sistemas de distribución y relaciones con el mercado, inversiones, destinos de los productos, adquisiciones, tecnologías, son decididos en instancias a las cuales los trabajadores y sus organizaciones no tienen acceso, y obviamente estas son decisiones determinantes en los posibles resultados financieros y estabilidad de las empresas. 

Hechos como el engrosamiento de las nóminas para incorporar lealtades y militantes políticos, va inevitablemente ahogando toda actividad empresaria, sea pública o privada. Igual que fijarle precio  a sus productos basado en motivaciones ajenas a las necesarias exigencias de todo ente productivo de disponer de recursos para mantener sus instalaciones, su personal y todos sus elementos productivos en condiciones optimas para autosustentarse y aún más para darle al propietarios los dividendos esperados, entendiendo que el propietario es la nación.

En otras palabras no hay un sistema de relaciones laborales que permita el acceso a los trabajadores a decisiones que más allá de las propias empresas inciden en su desenvolvimiento, independientemente de cuales sean los esfuerzos de quienes en el espacio productivo hacen o ponen su parte de compromiso.  

  No menos importante es que ha habido un continuado proceso de ajenidad en la determinación de los Presidentes y equipos de dirección de estas empresas, los que proceden de decisiones totales del poder ejecutivo. En los últimos años la ajenidad se ha sesgado a favor de colocar militares al frente de estas empresa, trayendo más elementos ajenos en la cultura de gestión y de los procesos productivo propios de cada empresa. 


  Finalmente este tema de pretender negar los convenios colectivos firmados, así como tratar de justificar la negación de la negociación de los convenios vencidos o por vencerse es un abierto retroceso en las relaciones de trabajo venezolanas.

ESPEJISMOS EN AUMENTOS SALARIALES


 Estamos próximos a ver en el recibo o en la cuenta bancaria el depósito de un nuevo ajuste del salario mínimo; sería el cuarto del presente año. Recién anunciado este aumento, mas el del bono de alimentación, no percibimos el entusiasmo propio de este tipo de anuncio, y aún más cuando un alto porcentaje de los trabajadores lo que ganan es ese mínimo, más bien lo percibido fue lo contrario, es decir desgano e insatisfacción. Justamente, considerar este fenómeno es el propósito de esta contribución.

 Los aumentos de salario mínimo así como los aumentos genérales de salarios son masivos y tratan de compensar una situación de pérdida de poder adquisitivo. Destacamos que hace muchos años que no vemos un aumento general de salarios. El más reciente ocurrió hace 35 años -en 1980-, resultante de protesta de los propios trabajadores, que forzaron al gobierno socialcristiano de entonces con Luis Herrera Campins como Presidente de la República, a aprobar la medida. 

  En cambio los aumentos por convenios colectivos de una rama o de una empresa, ya tienen más que ver con las condiciones particulares de ese sector o ente productivo. También los aumentos individuales ya tendrían más relación con una política de gestión, que se relaciona con las calificaciones y el desempeño. Pero todos éstos incrementos, sean ajustes sólo nominales o aumentos reales, tienen relación con el trabajo. 

  Por cierto este ajuste del salario mínimo replantea lo niveles acordados en gran cantidad de convenios, porque las escalas sostenidamente se han venido achatando, dando como resultado que casi todos los trabajadores cubiertos están apenas ligeramente por encima del mínimo. 

 El que se hayan producido cuatro ajustes al salario mínimo en lo que va de año, puede llamar la atención, pero aún estos ajustes no logran resolver una situación inflacionaria, que fuentes confiables la ubican en mas de 180%. Lamentamos el papel al cual es sometido el BCV,  a quién no se le permite cumplir con esta función tan necesaria de llevar y publicar los índices. Preguntemos cuantas veces quienes ofrecen productos aumentan sus precios a lo largo del año, en una situación casi hiperinflacionaria, los mismos productos regulados que a lo mejor se revisan una o dos veces, el problema es que gran parte de la población se ve obligada a comprarlos en los mercados negros a precios sin control. Total, no hay aumento del salario mínimo, tan sólo lo que han habido son ajustes insuficientes con respecto a la inflación. 

  Sin embargo, aún reconociendo lo insuficiente de estos ajustas, también hay reconocer el precario funcionamiento de la economía nacional y la desintitucionalización reinante en la toma de decisiones fundamentales para orientar  no sólo la economía, sino en general la vida de la sociedad toda, es decir de los treinta millones de los que aquí vivimos.

  Un aumento o un ajuste como se entiende el presente caso, es un fenómeno que transciende al gobierno de un momento dado, ya que es un asunto que involucra de manera central al sistema productivo, entendiendo a los empleadores y a los trabajadores, así como a entidades del ámbito profesional y académico, por el conocimiento necesario para construir soluciones que van más allá de un ajuste en lo específico salarial, y de una categoría dada, como es la de quienes devengan el salario mínimo, que ya ajustado, es apenas una tercera parte de la cesta alimentaria y no llega a una séptima parte de la cesta básica.

 Si no se mira el ajuste en términos integrales, en forma sistémica, es decir como realmente funciona la economía, estos ajustes tienen entonces un efecto efímero e incluso hasta contrarios al propósito de mejorar las condiciones de quienes están en este segmento del salario mínimo; ya que no dejarán de que ciertos negocios cierren o se achiquen más de lo que están en este momento. 

 Por otro lado,  hay una realidad de parálisis productiva generalizada, tanto en el sector público como en el privado, nos encontramos con cientos de miles de trabajadores que están en nómina y no realizan mayores actividades productivas por el estado recesivo que vive la economía nacional. Un estimación de un -7 a un -10 en el PIB, es a lo que se apunta al cierre del año, que está a la vuelta de la esquina, es decir ya en lo poco que queda para cerrar el año no hay tiempo para detener esta tendencia recesiva, ni siquiera amortiguarla. Habrán decisiones complejas, delicadas, dolorosas y difíciles, que tocará tomar en algún momento para equilibrar el deterioro sostenido que vemos día a día. 

  Gobernar sin tener presente los criterios y las posiciones de los empresarios y de los trabajadores, sin el conocimiento científico universal al cual muchos venezolanos han accedido,  y al mismo tiempo manejar discrecionalmente los ingresos petroleros destinándolos a propósitos que no fortalecen nuestra capacidad productiva, y lo más grave, disponer de una  maquinista para imprimir billetes, elevando la liquidez exponencialmente con respecto a la disponibilidad de bienes y servicios, hace que un ajuste del salario mínimo o de cualquier otro, traigan más bien desgano y no motiven al esfuerzo productivo tan necesario. 

  Teniendo una situación generalizada de miles de centros productivos privados y públicos en parálisis o casi parálisis, estos ajustes parecen más bien expresión de políticas de asistencia social, sustentadas en la impresión de dinero inorgánico, y en un pretendido efecto electoral, vista la cercanía de las elecciones parlamentaria. 


  Es la ejecución de tareas productivas, lo que le da sentido al trabajo, y es lo que da orgullo y fuerza a una población, y así también poder ser parte de las decisiones de su esfuerzo productivo, por la vía de sus organizaciones y de instituciones democráticas en donde se participe sin discriminación, es por ahí por donde ha de verse la cuestión salarial y laboral, para que no sea un espejismo.

miércoles, 21 de octubre de 2015

POLÍTICA LABORAL SALARIAL EN CONTRA DEL BUEN EJERCICIO DE UNA CARRERA


Las diferencias salariales o de ingresos entre los niveles más altos de la jerarquía, comparado con aquellos numerosos grupos que devengan los montos más bajos, dan lugar a controversiales situaciones que analizaremos.

  Se trata de un indicador que refleja justicia y además combate la desigualdad entre los que laboran en una determinada organización. Sin embargo los diferenciales han de tener presente elementos objetivos en los diversos segmentos de los trabajadores, como son la formación, la experiencia, los riesgos, las responsabilidades, los desempeños, la penosidad y hostilidad de las actividades. Son estos de los factores más frecuentes a tener presente en las consideraciones que le dan sentido a los diferenciales. 

  Estos se analizan mejor teniendo presente los ingresos y no sólo los salarios; clave, si se tiene en cuenta que los altos niveles de la jerarquía de las empresas son beneficiarios de prebendas que representan costos para la organización. 

  Una limitante para hacer estas comparaciones es que los ingresos de quienes están en la alta jerarquía incluyen beneficios confidenciales, que ellos mismos no despliegan, y que por supuesto no son manejados ni conocidos por el resto de los que laboran en un determinado ente productivo. 

  Volviendo a la justificación de los diferenciales, estos, dentro de los límites que corresponden a los distintos sectores y profesiones, juegan un papel importante para el estímulo a la existencia de la carrera de las personas en esa organización o profesión; al mejoramiento profesional, a la búsqueda del mejor desempeño. Por otro lado, cuando son muy estrechos conspiran indudablemente contra estos nobles propósitos laborales. Así también hay que señalar que unos diferenciales abismales generan discriminación e injusticia, ya que al ser muy pronunciados es porque median razones diferentes al trabajo mismo, entre las categorías de la alta jerarquía y los niveles más bajos. 

  Antes de su reestatización en 2007, los salarios de la Cantv se movían entre una y noventa veces en la escala, y ningún trabajador devengaba el salario mínimo oficial nacional, todos lo superaban. Se nos informa que con la re estatización hubo gran expectativa cuando se anunció una política de cierre de brechas salariales, que apuntaba a minimizar el número de veces que el mayor salario superaba al menor, la inmensa mayoría de los trabajadores interpretó que todos se ubicarían mas cerca de la vez noventa, pero después de siete años de agresivo cierre, la brecha efectivamente se redujo, pero los salarios se aplastaron, ahora la diferencia entre el salario mas alto y el mas bajo, es de apenas 2,2 veces. Esto sólo tomando en cuenta el tabulador contractual, por tanto deja fuera a los altos niveles de la jerarquía, sobre los cuales hay total opacidad.

  Lo expuesto es pertinente al analizar las tablas salariales resultantes de las recientes negociaciones de la normativa o convenio colectivo universitario. Los ingresos que se observan en las tablas, tanto en las categorías de obreros, como de empleados administrativos y los docentes e investigadores, los diferenciales oscilan de un máximo del  50% en obreros entre el nivel 1 y el 7 - máximo nivel -, de un 85% administrativos entre el nivel I y el más elevado nivel XV; y de un 70% docentes e investigadores, entre el entrante en la condición de Instructor a dedicación exclusiva, y la máxima categoría -Profesor Titular- en la misma dedicación. 

  Estos diferenciales pudieran variar ligeramente al incluirse algunas primas relacionadas con la antigüedad u otro factor de la carrera. Pero en todo caso es de los diferenciales más estrechos y por tanto menos favorecedor de la construcción y fomento de carrera. Afecta a todas las categorías consideradas y presentes en el conglomerado laboral universitario, pero es definitivamente contra natura que estos diferenciales sean los que se apliquen en la carrera académica, siendo que la misma se caracteriza por un continuado esfuerzo que no sólo se fundamenta en el dominio del ejercicio de las funciones basados en la experiencia, sino que a lo largo de la vida laboral  se van planteando exigencias para poder avanzar en una genuina carrera académica.

  Hay que destacar que sistemáticamente el gobierno ha venido estrechando estos diferenciales en el ámbito universitario. Lo que evidencia que se trata de una política sostenida y deliberada. Claro que en la generalidad de los ámbitos laborales es natural la existencia de diferenciaciones  en el ejercicio. No cabe el igualitarismo, porque el conocimiento, las destrezas, las competencias requieren estudios y ejercicio, y eso significa disciplina y tiempo. El igualitarismo es contrario al esfuerzo, ya que valora por igual el que se cuente o no con capacidad y preparación para hacer las tareas que corresponden a cualquier actividad laboral.  

  Preguntaríamos, ¿cuáles son los diferenciales salariales en entidades del Estado, como Pdvsa, Seniat, Fuerza Armada, CVG, Conviasa, Bolipuertos, TSJ, Cancillería, por señalar algunas?. Para empezar a analizarlo, un primer escollo con que nos encontramos es la opacidad que caracteriza a los ingresos de quienes ocupan las altas jerarquías, todo lo contrario con los niveles bajos y medios de las escalas, cuyos ingresos son del dominio público.  


  Los empleos han venido perdiendo la estabilidad que otrora caracterizó a muchos de ellos, por eso a las carreras y los ejercicios laborales en casi todos los campos del saber se les plantean interrogantes. Pero las mismas requieren procesos genuinos, democráticos y participativos para abordarlos, es decir reconocimientos de actores por su capacidad de representación y no por la ventajosa creación gubernamental, ya que lo que trae consigo es la imposición de actores por la coincidencia ideológica, también es imperiosa la profesionalización en la gestión estatal y el ejercicio de genuinos diálogos sociales.  

lunes, 12 de octubre de 2015

LA CARRERA PARA UN SINDICALISMO AUTONOMO Y PROFESIONAL



  La fortaleza para la defensa de los trabajadores y sus organizaciones tiene en la educación y la formación sus baluartes fundamentales. De poco valen organizaciones sindicales en donde sus dirigentes no estén formados en los asuntos que interesan a los afiliados. La defensa no es sólo la voluntad, que sin duda siempre es importante, o tener la secretaría tal o cual, o ser el delegado, es imprescindibles e insustituible el conocimiento de los asuntos en donde se desenvuelven las organizaciones, eso es necesario para darle consistencia y coherencia a las acciones sindicales, así como construir planes de acción y desarrollar capacidades para tomar decisiones.

  Tanto los patronos como la burocracia gubernamental, tiene gente remunerada con la profesionalidad para tratar los asuntos laborales. A veces la burocracia estatal usa un discurso pro trabajador, pero lo hace con la deliberada intención de sustituir a las legítimas organizaciones representativas de los trabajadores, como son sus sindicatos, que incluso algunos han llegado a afirmar que éstos ya no hacen falta, porque el estado es socialista.  

  Tanto las empresas como los gobiernos no han visto la formación sindical como su responsabilidad. Entendible totalmente con las primeras, pero lamentable que desde los gobiernos no se haya asumido esta formación, no con fines de control o manipulación, sino como vía para ofrecer condiciones para la formación de un actor central en la actividad productiva y en la vida política. Los gobiernos administran los activos de la nación, y reciben cuantiosos recursos fiscales, que, entre otros fines, son destinados a la educación y la formación, pero generalmente la formación no se orientó para que además de los liderazgos del status quo, en lo ideológico, económico y político, se formaran los liderazgos de los trabajadores en tanto productores y actores sociales y políticos.

  En los ingresos posibles para la formación, es destacable lo que representan los cuantiosos montos que transfieren obligatoriamente las empresas al Inces, que alcanzan al 2% del valor del total pagado por sueldos, salarios, jornales y remuneraciones de cualquier especie  las remuneraciones; agréguense las contribuciones de los trabajadores, quienes están obligados a tributar al Inces con un aporte equivalente al 1/2% de sus utilidades. Destacamos que para la formación sindical no se destina porción alguna de estos recursos.

  Estas ideas preliminares las planteamos a propósito de actividad formativa que viene desarrollándose en varios centros laborales del país -Caracas, Valencia, Ciudad Guayana- a lo largo del presente año. La asociación entre el movimiento sindical, entes académicos y de derechos humanos es la base institucional que ha construido el programa, sus objetivos, metodología del intercambio de saberes y en general los contenidos específicos. Todo ello partiendo de la base que se trata de organizaciones en donde la autonomía es un valor central, y que en los once módulos se desarrollan con perspectiva plural los temas teóricos, operativos y prácticos abordados.

  Hay que destacar que la formación sindical no ha gozado de una institucionalidad que de manera estable, le haya brindado a los dirigentes y los trabajadores el acceso a programas para la carrera sindical. Un dirigente que cuente con una carrera en este campo es por auto desarrollo. Mas bien otrora, en las fases formativas del sindicalismo algunas iniciativas que emprendieron los comunistas, socialdemócratas y socialcristianos, cada orientación por su lado, promovió y organizó actividades formativas. Por eso en esas etapas, de los años cuarenta a los ochenta, con el receso de los años cincuenta,  la actividad formativa contribuyó a que el sindicalismo se extendiera en casi todo el país y en los más diversos sectores.

  Pero parte de su liderazgo se burocratizó, se fue distanciando de las bases, y el esfuerzo formativo lo fue sustituyendo los arreglos cupulares con empresarios y en las esferas gubernamentales.

  La revolución bolivariana, aun antes de llegar al poder, ya amenazaba al sindicalismo. Y no le fue difícil ir tomando medidas legales, institucionales, muchas de ellas arbitrarias, para desalojar al sindicalismo existente de los espacios que copaba ampliamente. Incluso las elecciones sindicales obligatorias del 2001, las perdió la revolución bolivariana, entonces esos perdedores que ejercían el gobierno y el poder electoral, optaron sin pudor alguno por no reconocer los resultados. Y peor aún, fomentar organizaciones paralelas desde el gobierno para enfrentarlas a las existentes y promover el caos intra sindical con efectos perversos en la vida productiva y laboral del país. En ese aluvión de organizaciones paralelas que emergieron, su multiplicaron los directivos sindicales, pero en la amplia mayoría de los casos, ninguna formación les acompañó para encarar las nuevas responsabilidades.

 Quienes promovieron y  participaron de este paralelismo, algunos han rectificado, otros siguen disfrutando de ventajas y prebendas que da el Estado, pero estos mismos procesos de imposición estatal han servido para que la llegada a posiciones y el ascenso en la vida sindical esté cada vez más alejado de la formación, y se sustente más bien en el uso del poder y del apoyo oficial.



lunes, 5 de octubre de 2015

PAROS PRODUCTIVOS SIN CONVOCATORIAS SINDICALES



El país no está en una masiva situación de huelgas o de paros laborales, al menos nadie los ha convocado, salvo por supuesto, algunos  conflictos puntuales por los recurrentes temas salariales, de despido y de incumplimiento de convenios colectivos. Pero lo que llama la atención es que cada día se agregan actividades a un estatus que sin ser convocado por las organizaciones laborales sean de trabajadores o de empresarios, al final es similar en términos de parálisis  productiva a lo que sería la convocatoria a huelgas o paros laborales. Se puede mencionar que hay casos de convocatorias a paralizaciones, cuando ya el ente o incluso el sector está semi paralizado.


  Muchas empresas están paradas parcial o totalmente por no tener materias primas, o insumos necesarios, o equipos de producción que tienen una avería y requieren una pieza o reparación, y mucho de todo esto son divisas para adquirir lo necesario. El modelo de producción endógeno, se hizo más exógeno en estos últimos años. Así también el modelo extractivista se ha acentuado, requiriéndose más importaciones.


  Las parálisis son visibles en todas los sectores productivas -primario, secundario y algunas específicas del terciario-. En el primer caso tierras y fincas que eran productivas en cultivos y en cría de animales, que hoy son espacios ociosos o mínimamente productivos. Igual se observa en las actividades de pesca. Resultado,  que sin proponérselo los propios actores laborales del campo y del mar, hoy estarían en una situación similar a la de huelga, aunque sin llamarse así.


  En el secundario, quizás el más emblemático de los sectores productivos en ser percibido en constante movimiento; sus imágenes típicas son líneas de producción con materiales que van siendo transformados por los operarios,  a medida que se desplazan en las fábricas y los talleres. Hoy se cuentan multitud de empresas que ya no existen, otras que han reducido sus actividades, total un cuadro similar a huelgas que no las ha convocado ni los sindicatos ni los patronos.


  En el terciario, los espacios del comercio, sean los tradicionales de establecimientos en las calles y avenidas mas comerciales de las ciudades, o en los modernos centros diseñados para la instalación de decenas y cientos de tiendas, organizados para facilitar la actividad comercial y estimular el consumo; hoy, se muestran muchos de estos espacios que se mantienen abiertos con poca mercancía, y otros que ya optaron por cerrar.  


  Lo que si parece estar congestionado a toda hora son los establecimientos que venden alimentos y productos del hogar, pero no por estar vendiendo más, sino por el nerviosismo colectivo que advierte y siente la escasez. No tenemos los índices correspondientes que debería emitir el BCV, pero nuestro índice lo muestran las colas en estos establecimientos, y sus muy incomodos horarios, como ver colas desde la madrugada.


  En correspondencia con lo anterior, una gran cantidad de personas que destinan importantes cuotas de tiempo laboral a la búsqueda de alimentos y productos del hogar, es porque dejan sus ocupaciones en las instituciones en donde son empleados. Se produce por tanto una parálisis oculta de actividad productiva, para algo fundamental como es asegurarse bienes básicos en la vida familiar.


En el transporte vemos que las empresas de aviación, las de transporte  terrestre de carga y de pasajeros, reportan la gran cantidad de unidades paralizadas por falta de repuestos. Los afectados pagan sumas escandalosas por piezas para corregir averías. Hay de hecho un paro de transporte por la cantidad de unidades que deberían estar circulando y no lo están.


  En la salud, los centros de asistencia a la salud, se reporta la disminución de los actos médicos y odontológicos, de los exámenes y de las cirugías por carencia de materiales. Hay una paradoja, la salud de la población resintiendo más por dificultades alimentarias, de empleo, de generación de ingresos, de sosiego, al tiempo que los centros de salud atienden menos personas.


  En las universidades se activan debates que destacan las precarias condiciones para los actos necesarios para la enseñanza y la investigación. Se enseña con notable deficit; se nota más en aquellas ciencias que requieren el uso equipos y materiales. Pero igual en todos los campos del saber hace falta un nivel de funcionamiento de los espacios académicos que se garantice la seguridad, la disponibilidad de los recursos, la certidumbre. Hay un abismo entre las necesidades de la sociedad y la manera como el Estado trata a sus centros de formación de conocimientos.


En la Formación Profesional -INCES-, su extendida estructura de centros de formación en todo el país, se encuentran casi paralizados, no obstante los aportes de empresas y trabajadores y la gran necesidad formativa, que requieren jóvenes y los trabajadores en general.

En la administración pública, que se caracteriza por tener jornadas más cortas y al mismo tiempo porosas, hoy también experimenta una cuota adicional de parálisis resultante de continuado proceso de reducciones de recursos, así como de decisiones contradictorias desde las políticas públicas.


  Tanto las centrales sindicales, sabemos que deliberadamente debilitadas por las políticas públicas y haciendo lo necesario para tratar de resolver problemas que le permitan actuar unitariamente, como los gremios empresariales, que de aquel año dos mil dos quedaron temerosos de hacer convocatorias a paros de actividades, hoy todos son testigos de horas, días, semanas de paros de cientos de miles de trabajadores que afectan al conjunto del aparato productivo del país.


  Por supuesto que todos estas paralizaciones lesionan a los ciudadanos, a las familias y a las organizaciones productivas, ya que hay menos productos y servicios, lo poco que hay  de alguna manera genera tensiones, enfrentamientos, corruptelas, mercados negros, mafias y violencia.


  No olvidemos el millón seiscientos mil venezolanos en edad productiva que se han ido del país, y que muy probablemente la mayor parte de ellos estarían engrosando la cifra de parados.

Mientras los ciudadanos palpan todo esto, el BCV, el Ine, MPPPST y otros entes estatales que le deben explicaciones al país, aun no las brindan, y además se nota muy poco esfuerzo para aclarar. El paro de actividades no convocados agrega mas gente y establecimientos cada día.



lunes, 28 de septiembre de 2015

MODELO DE REGRESIVIDAD PRODUCTIVA


Visto los balances del desarrollo económico en los ochenta e inicios de los noventa, hubo en la región latinoamericana replanteos políticos en varios importantes países que apuntaron a alejarse de las recetas de influencia neoliberal. Se estimaba que nuevas propuestas conducirían a un modelo productivo que superaría deficiencias históricas en términos de desarrollo, crecimiento y bienestar. En nuestro caso particular la condena de lo que se había hecho en materia económica y productiva en toda la historia anterior, consiguió levantar localmente expectativas y hasta emociones, y en el exterior se miraba con interés lo que se empezaba a plantear en nuestro país. Transcurridos más de década y media, el balance en cuanto a modelo productivo es poco alentador, hay más bien varias señales de regresividad productiva. Veamos:


1-  Se importan cada vez más bienes porque aquí no se producen. Sólo se acusa que se trata de las consecuencias del rentismo histórico, pero se importan bienes no obstante fabricarse en el territorio nacional. Se da la paradoja de plantas paradas o casi paradas, y la llegada de barcos a nuestros puertos con similares productos, cuando esas plantas han estado esperando lo necesario para activarse. En función de lo anterior, se han creado multitud de empresas sólo con fines de importación; empresas sin trayectoria en el manejo de esas líneas. Se desconocen listados de las empresas beneficiarias de estas facilidades. 

2- No hay debate público e institucional de los precios que se pagan por las importaciones, donde temas como sobreprecios, sobrefacturación, calidades, y otros aspectos sensibles en los procesos de adquisiciones, y aún más cuando son precipitadas, no forman parte del escrutinio efectivo y sostenido por parte de entidades públicas y/o privadas autónomas para llevar adelante la indagación que proteja las divisas de la nación, así como el hecho de importar alimentos y medicinas con las cuales se expone la salud de la población, y, no menos importante, importaciones que afectan a los productores establecidos en el país, nacionales o no, en esos mismos rubros.

3-  Se paralizan plantas de fabricación de bienes, porque no se les asignan divisas para materias primas o elementos necesarios para la manufactura. La asignación además es irregular sin fechas que permitan planificar. No hay bases para que los cronogramas entre proveedores y clientes puedan cumplirse. Empresas han acumulado deudas con proveedores, con quienes se pierden relaciones de confianza comercial, en algunos casos dejaron de esperar y han suspendidos los envíos.

4-  Plantas se paralizan porque no reciben los insumos de empresas nacionales como proveedoras, que igualmente tienen problemas con la consecución de los suyos. No se está invirtiendo en capacidad productiva para renovar el parque industrial. Los esfuerzos de mantenimiento se resienten por la misma dificultad de acceso a divisas. 

5-  En general planificar para las empresas se ha convertido más bien en azar. Mientras en los sistemas productivos más avanzados se sustentan en sistemas de producción justo a tiempo, porque disponen de los elementos necesarios para satisfacer la demanda apenas se produce el pedido, aliviándose las empresas de costosos inventarios de materias primas y productos terminados, permitiendo que las organizaciones sean ligeras o magras, ya que se requieren los factores productivos justo a la demanda.   

6-  Algunas plantas que venían exportando, por ello fueron acusadas de desatender el mercado interno, y sobre esa base fueron estatizadas. Al poco tiempo dejaron de exportar, luego la producción ha venido bajando, y ahora se importan esos bienes que antes exportábamos. 

7-  Se estatizan plantas porque se acusa a sus propietarios de ser conspiradores, o de hacer la guerra económica o de saboteadores. Se aplican sanciones, resultados de inspecciones basadas en motivaciones ajenas a lo productivo y económico. Se descalifica a empresarios y a determinadas marcas comerciales. De hecho no se dialoga con los gremios que agrupan a la mayoría de los empresarios, y de hacerse es sobre asuntos muy puntuales, sin un marco o agenda de relaciones regulares. Los empresarios dejan de invertir por incertidumbre, miedo y falta de confianza. 

8-  Las plantas estatizadas tienden a disminuir la producción, algunas hasta llegan a su paralización, no obstante las ventajas y privilegios en la asignación de divisas, en la permisividad de los trámites públicos y en asegurarles la compra de lo que produzcan. Empresas estatizadas incorporan importantes contingentes de nuevo personal que gradualmente las hace entrar en déficit. En buena parte estas incorporaciones atienden a razones clientelares más que productivas. Las personas a quienes se les nombra para gerenciar o dirigir estas empresas, en muchos casos proceden de actividades ajenas y sin relación con dichas empresas o con el sector productivo en cuestión. Además las condiciones de trabajo tienden a desmejorar, incumpliéndose o congelándose los beneficios de los convenios colectivos. 

9-  Las incertidumbres en los ámbitos laborales da lugar a las migraciones de personal, muchos de alto talento y calificaciones. Se señala que más de un millón y medio de venezolanos ha emigrado, un alto porcentaje de ellos con una formación para el trabajo, brindada por el sistema educativo nacional que ahora será del aprovechamiento por otras sociedades. No hay señal alguna de programas para establecer vínculos con nuestros emigrados, que permita la eventualidad de sacar provecho de sus experiencias y desarrollos en el exterior.   

10-  Representantes del gobierno y de otros poderes públicos viajan al exterior y firman acuerdos comerciales que se traducen en nuevas importaciones, que los productores locales desconocen su contenido y por tanto repercute en su estabilidad productiva con efectos en los empleos, salarios, y pagos fiscales que de estar plenamente en producción ingresan en las arcas públicas.

11-  Los trabajadores organizados no forman parte regular de ningún esquema de planificación. La convocatoria a ser consultados está mediada por la identidad partidista y no tanto por las calificaciones, ni la representatividad de los dirigentes y sus organizaciones. No hay sistemas consensuados de participación de los trabajadores en la gestión, sólo existen experiencias que emergen en situaciones puntuales al margen de estructuras acordadas con participación de los propios trabajadores, por ello se han ensayado varias experiencias con resultados diversos, pero con predominio de resultados negativos, que se han abandonado sin que se haya profundizado en las razones de los problemas, y así permitir no repetir los mismos errores en otros procesos participativos. 

12-  Los mecanismos históricos de organización y acción reivindicativa de los trabajadores no son estimulados por las políticas públicas, sino que se promueven otras alternativas que se superponen sobre aquellos, y generan situaciones de fricciones y controversias en el seno de los trabajadores de las entidades productivas.   

13-  Los centros de formación de talento y de investigación experimentan restricciones que las lleva a invertir sus energías en sobrevivir, ante el acoso de las reducciones presupuestarias y de medidas que les obligan a sacrificar la calidad y la profundización del conocimiento, y así satisfacer contradictorias exigencias gubernamentales que nos alejan de la construcción de bases soberanas de independencia tecnológica y científica, en tiempos de las sociedades del conocimiento.  

Lo anterior nos conduce a caracterizar el modelo productivo de regresivo. 

martes, 22 de septiembre de 2015

CONTINUIDADES Y DISCONTINUIDADES EN LAS RELACIONES DE TRABAJO EN COLOMBIA Y VENEZUELA.


El funcionamiento de las relaciones de trabajo en Colombia y Venezuela ha sido poco estudiado en términos comparativos, muy a pesar del alto intercambio comercial existente entre los dos países, además de los flujos migratorios de uno y de otro lado; tradicionalmente muy numerosos de Colombia hacia Venezuela, pero en los últimos años viene ocurriendo un flujo importante de Venezuela hacia Colombia. En la primera, predomina mano de obra calificada en áreas artesanales y la no calificada particularmente en labores agropecuarias. La migración venezolana predomina en niveles de alta escolaridad y jóvenes.

En función de la importancia que asignamos a esta relación contaremos con una mesa de trabajo para intercambiar sobre el tema, tarea compartida con colega colombiano Fernando Urrea, de la Universidad del Valle, cuyas ideas igualmente se incluyen  en el presente artículo.  

En otra dimensión,  las relaciones entre los gobiernos es inestable, en cuanto se refiere a políticas de acercamiento y armonía en algunos períodos, como de tensiones y dificultades en otros, debido principalmente a los diferentes modelos socioeconómicos, el de Colombia basado en un patrón de acumulación capitalista que sigue de alguna manera la ortodoxia neoliberal, el de Venezuela una organización de la actividad económica bajo el control del Estado y estrictos mecanismos de vigilancia de las actividades económicas de los particulares, y unas políticas de distribución del ingreso focalizadas en las clases populares. Por supuesto, estas diferencias generan repercusiones en la vida de las fronteras, de ellas hay dos que implican grandes contingentes de personas que en su cotidianidad incluyen pasar de un lado al otro, por razones económicas y sociales, se trata la de los estados Táchira y Zulia por Venezuela, y Norte de Santander y Guajira por Colombia. 

¿Qué cambios importantes han ocurrido en las relaciones de trabajo en uno y otro país?, es un objetivo de interés, ya que eventualmente es un factor  a considerar en las migraciones que ocurren como lo mencionamos.

Ambos países siguen políticas económicas con importantes diferencias en los últimos años, pero acercarse a lo que ello ha influido en sus relaciones de trabajo es un objetivo de interés. Un acercamiento a los rasgos centrales de las políticas económicas y sus impactos en el mundo del trabajo es un objetivo preliminar. ¿En qué medida a pesar de las diferencias en los modelos socioeconómicos se presentan dinámicas de tercerización en los dos países?

Por lo anterior, interesa identificar rasgos del funcionamiento laboral que caracterizan a ambos países, ¿en qué se asemejan y en qué se diferencian?

Las reestructuraciones productivas emprendidas han tenido móviles contradictorios, en Colombia ha sido siguiendo una orientación neoliberal, en tanto Venezuela hay un discurso anti neoliberal pero con propuestas estatizadoras que finalmente desmejoran las condiciones de trabajo, abriendo lugar tanto en uno como en el otro país a tensiones y conflictos laborales. Identificar tendencias en los conflictos laborales, sus móviles y formas de ejercicio es otro elemento de interés.  

En ambos casos es necesario describir y analizar las modalidades de tercerización que han dado lugar debido a las reestructuraciones productivas, ya sean en un contexto neoliberal o estatista. ¿Cómo son las prácticas de tercerización en ambos países? ¿Cómo se implementan? 

La novedad de este análisis comparativo entre los dos países fronterizos es, precisamente, observar y analizar los cambios de las relaciones laborales en las dos últimas décadas, a partir de la dinámica creciente en las estrategias empresariales privadas y públicas de “des-asalariamiento” y reactivación de las formas de explotación de la fuerza de trabajo diferentes a la clásica. 

En ambos países el sindicalismo se desenvuelve en ambientes de dificultades. En Colombia la violencia en contra de sus dirigentes por parte de sectores retrógrados, quienes empezaron sus acciones castigando a aquellos que asumían la lucha de masas en vez de las acciones militares. Resultado de estos fenómenos, su tasa de afiliación, apenas alcanza un 6%. Los niveles de violencia se han venido reduciendo en los últimos años, ya que importantes instituciones están vigilantes de esta anomalía. Entre ellas se incluye un programa permanente de monitoreo por parte de la OIT. Por el lado venezolano,  la clásica postura anti sindical patronal se ha quedado pequeña, al lado de la estructura de regulaciones y políticas creadas por un régimen para el que el sindicalismo autónomo no  es de confiar. 

Los dos países requieren conocerse más en sus mundos del trabajo, sea por la vecindad, así como por la necesaria complementaridad de sus economías y de la vida de sus pueblos, que si bien hoy predominan factores más de orientación militar,  que confiamos se encausen por las vías diplomáticas y civiles para lograr una mejor convivencia.


Leer más en: http://www.elmundo.com.ve/Firmas/Hector-Lucena/Idas-y-vueltas-en-las-relaciones-de-trabajo-binaci.aspx#ixzz3mUyAysaZ