domingo, 29 de noviembre de 2009

La distribución del tiempo de trabajo y no trabajo

En el año 2007 la propuesta no aprobada de reforma constitucional promovida por el gobierno introdujo planteamiento sobre la reducción de la jornada. Nuevamente en el borrador de propuesta, que viene circulando a propósito de la reforma de la ley orgánica del trabajo, se incluyen varios artículos dirigidos a la reducción del tiempo de trabajo.

Un denominador común de las propuestas, la primera del ejecutivo y la segunda un borrador de comisión legislativa, es que no hay razonamientos que las acompañen. De todos modos, en la segunda - la propuesta legislativa- se abre un período para el intercambio, ya que inicialmente se planteaba con una sorprendente celeridad y afán aprobatorio. Lo importante es razonar, tanto en lo que tiene que ver con el interés en reducir el tiempo de trabajo, como en cualquier otra alternativa que afecte el tiempo de trabajo.

Algunas consideraciones necesarias a ser parte del análisis, incluirían en primer lugar disponer de datos del desenvolvimiento que ha venido ocurriendo en el tiempo de trabajo. El sólo tener como referente las jornadas legales anteriores, no nos dice mucho. Sería necesario conocer dos datos gruesos, por un lado cual es el tiempo real o efectivo de trabajo en el aparato productivo venezolano, entendido en sus más heterogéneas instituciones productivas y usuarias de fuerza de trabajo. En segundo lugar disponer de información de los patrones de uso del tiempo, en las diversas actividades que forman parte del llamado tiempo reproductivo, que se refiere al tiempo de no trabajo, pero que demanda de las personas que trabajan invertir tiempo suyo, aquí va el transporte, la familia, la educación, los servicios para la vida familiar y comunitaria, que incluiría asuntos como la salud, el recreo, la seguridad, entre otros.

Abarcar lo anterior implica involucrar en el análisis del tiempo de trabajo, también el tiempo de no trabajo, y con ello al trabajador, a la familia, a la comunidad y las dadores de los servicios esenciales, así como a la administración de la ciudad. Con esto se va perfilando que abordar el tiempo de trabajo y su distribución no es un asunto ligero, ya que no reposa en los puros intereses de la producción. Que de paso, son muy importantes en escenarios de dificultades económicos como las que se vienen experimentando, y no se menciona esto por el hecho de haber transcurridos dos trimestres consecutivos de decrecimiento económico, y expectativas de otros trimestres con similares resultados; sino que el modelo productivo imperante en el país, que descansa en exportar un productor primario, casi sin diversificación y más bien en un continuado proceso de desindustrialización temprana, nos coloca ante un escenario muy incierto, en el sentido de darle viabilidad y sustento a las aspiraciones de reducir el tiempo de trabajo. Aqui cabe preguntarse haste que punto somos una sociedad productiva y en cuanto somos una sociedad rentista.

Dejamos sólo esta inquietud inicial, con el deseo de continuarla, pero si pudiéramos contar con los datos que el Ejecutivo está obligado a suministrar, de temas como los indicados, el avance sería mucho mayor. Lo otro que resulta de interés consistiría en hacer análisis en ciertas zonas pilotos del país y en ciertas actividades productivas, que tengan algún grado de representatividad, para de ahí derivar propuestas para la discusión. Es evidente que esto no es tarea de una sóla institución, ni de un solo sector. Ojala debatir sobre este particular encuentre eco y a la vuelta de un proceso de análisis interdisciplinario del problema, nos encontremos más conscientes de adonde dirigirnos. Aunque mientras tanto, los actores laborales en sus convenios colectivos han adelantado propuestas que se deben conocer y considerar, sin ignorar el hecho de la vasta participación en el mercado laboral, de los sectores no beneficiarios de la actividad laboral contractualizada - los informales-, para quienes en muchos casos las jornadas legales no dicen mucho. Por eso el tiempo efectivo de trabajo es tan importante.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Conflictos laborales y HCM

Reciente conflicto suscitado en la Ford Motors -Valencia-, por el reclamo de una mayor cobertura de la póliza de Hospitalización, Cirugía y Maternidad, trae a la reflexión varios asuntos importantes, en las relaciones de trabajo. El conflicto paralizó de manera intempestiva la producción de esta ensambladora de vehículos, la cual en los últimos tiempos se había salvado de paralizaciones, hecho notable por ser un sector que presenta un historial de frecuentes conflictos laborales en los últimos tres años.

Una primera reflexión, es que los trabajadores no confían en los servicios que ofrece el Estado en esta materia. Esto no es nuevo, ya que las pólizas como objetivo y conquista laboral viene de los años setenta. Hubo tiempos de mejores servicios en los hospitales públicos, y otras entidades no lucrativas, como la Cruz Roja, Ascardio y otras entidades similares. Pero toca admitir que a pesar de los recursos inyectados al sector salud, los trabajadores no confían en ellos.

Otra reflexión es el hecho de que a los trabajadores reclamantes, que guardan una notable fidelidad con el proceso político en curso, es impensable acusarles de poner deliberadamente en entredicho las políticas públicas de salud.

De la reflexión anterior, se extrae una inquietud, y es la relativa a los paros intempestivos. Es cierto que en el movimiento de los trabajadores, las estrategias y los recursos para la presión son diversos y no sólo responden a aquellos que las empresas y el gobierno prefieran, pero hubo gestiones ante las autoridades del trabajo para abordar este asunto? y como se desarrollaron esas gestiones? que se aportó a la búsqueda de salidas? que aportó cada quién?. La recurrencia frecuente a los paros intempestivos evidencia señales peligrosas de incompetencia de la institucionalidad. Claro que ninguna institucionalidad para atender las normales controversias entre empresas y trabajadores es estática, por tanto ha de experimentar un monitoreo constante, para adecuar y hacer los ajustes. A quienes competa este asunto, hay que pedirles respuesta.

También el conflicto invita a reflexionar en los crecientes costos de los servicios de salud privados. En el caso que comentamos, la póliza era de 20 mil Bolívares (o 20 millones de los antiguos) y los trabajadores fueron al conflicto reclamando una cobertura de 80 mil, es decir cuatro veces más. Han sido tan acelerados los incrementos de estos servicios privados? Que dice la medicina privada?

Otra reflexión es la fragmentada actuación de los actores laborales, tanto empresas como sindicatos, en atender el problema. Es cierto que la negociación por empresa que predomina en el sistema laboral venezolano, no es una ventaja para atender problemas de la magnitud del que se comenta, pero parece existen suficientes razones para encarar el asunto en el marco de una política de análisis e intercambio, por supuesto esto requiere dialogo, y quién tiene en primer lugar la obligación de promoverlo es el Estado, y especialmente el Gobierno.

Los costos de los conflictos laborales al final de cuentas los pagamos todos, los productos se encarecen y escasean.

martes, 10 de noviembre de 2009

Ezequiel Vivas Terán y los Estudios de Relaciones Industriales

Está en imprenta el libro de elaboración colectiva, en donde se incluye un capítulo nuestro que titulamos "Relaciones Industriales ¿que trata y para que?" en su contenido se hace una referencia a la manera como se iniciaron los estudios de las RRII en Venezuela. A propósito de la reciente desaparición de Ezequiel Vivas Terán, hoy es su entierro, fundador de estos estudios a nivel universitario Venezuela, he recogido unos párrafos de la contribución mencionada, que recogen lo significativo de este hecho:

".. Cuando la Universidad de Carabobo –UC- dio los primeros pasos concretos para promover los estudios de RRII –año 1964- estábamos en pleno despegue de la industrialización por sustitución de importaciones. El Estado Carabobo a través de sus líderes, jugó un papel protagónico en gestionar la aprobación de políticas públicas, que favorecieran la instalación de plantas industriales en su suelo.

El antecedente de esta denominación para una disciplina profesional en Venezuela, no pasaba de las denominaciones que para entonces habían logrado establecerse en las compañías petroleras y otras pocas empresas mineras e industriales. Ellas asignaban esta denominación, a sus funciones de gestión del personal y relaciones gerenciales con los sindicatos.

También es importante destacar que la UC promovía esta nueva carrera de las Relaciones Industriales, a partir de una incipiente experiencia de un Departamento y luego convertido en una División Docente, para entonces marcada por una Escuela de Administración y Contaduría, y en una Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, donde las carreras existentes eran con una abierta orientación empresarial, sin espacios para desarrollar ejercicios académicos que reconocieran que se trata de una relación bilateral de la empresas con los trabajadores y sus organizaciones. Por tanto es razonable deducir que la denominación de Relaciones Industriales, no guarda una relación con la literatura ya existente, de origen fundamentalmente anglosajona, que asignaba la denominación de RRII al estudio de la dinámica, controversial y compleja relación de empresas y trabajadores organizados, en el marco de la búsqueda de sociedades más justas, participativas y mejoramiento del bienestar colectivo. Además en la academia venezolana no se habían promovido estos estudios en el resto de las universidades existentes, aunque ha de señalarse que la iniciativa de la UC es coincidente con iguales propósitos en la Universidad Católica “Andrés Bello”. Dos ilustres profesores procedentes de la formación jurídica, fueron personas claves en las gestiones fundacionales de estos estudios, Ezequiel Vivas Terán en la UC y Arístides Calvani en la UCAB."

Estos planteamientos tuvimos la fortuna de exponerlos el pasado 17 de Septiembre, con motivo de la toma de posesión de la Junta Directiva del Colegio de Licenciados en Relaciones Industriales del Estado Carabobo. Ese día el Dr Ezequiel Vivas Terán fue el personaje central del acto y tomó el juramento de los directivos. Un auditorium colmado de sus discipulos, le brindo por varios minutos un aplauso de reconocimiento, ya que se sabía que últimamente sufría quebrantos de salud, y era un hecho excepcional contar con su presencia en el acto. Indudablemente este fue un momento de su despedida de quienes creyeron en su obra y lo recuerdan con respeto y cariño.