domingo, 26 de abril de 2009

“Crisis es oportuna para combatir el despotismo y la partidización”

Así títula el Correo del Caroní entrevista que nos hicieron, a través de la periodista Clavel Rangel Jiménez y publicaron el 20-4-09, aquí van unos fragmentos:

Héctor Lucena, especialista en estudios del trabajo señala que sacrificios de los trabajadores son coherentes siempre y cuando el Estado ponga en evidencia los sacrificios que de su parte está dispuesto a dar.

Las acciones del patrón-Estado hacia los trabajadores cada día dan mayores luces de lo que espera al movimiento sindical venezolano. Sin embargo, en el encuentro con esa realidad decenas de corrientes están fortaleciendo sus posturas o buscando un nuevo centro, todo ello ante la necesidad de fijar una posición hacia la supervivencia de la representación sindical.

Ante eso Héctor Lucena, coordinador del doctorado en Ciencias Sociales mención Estudios del Trabajo en la Universidad de Carabobo y editor de la Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo, plantea que las armas disuasivas del Gobierno pueden aminorar la acción del movimiento sindical.

“La amenaza de militarizar el metro -en el caso de los trabajadores de ese servicio- es algo que mete miedo, y otro caso palpable es lo que ocurrió en el 2008 con los trabajadores de Sidor, cuando discutían la convención colectiva, luego vinieron medidas judiciales, criminalizaron la protesta y ahora 20 ó 30 dirigentes tienen que estar presentándose”.

Otro aspecto que a su juicio puede ser un revés es la nueva titular del Ministerio para el Poder Popular para el Trabajo y Seguridad Social, María Cristina Iglesias. “Puede ser menos negociadora que la anterior, es una persona más dura, eso también hace rígido el ambiente laboral”.

Lucena señala que la manera como se han tomado las decisiones entre los cuadros gerenciales y los cuadros de base son muy distintos. “A los cuadros de base se les responde con sacrificios, recorte de presupuesto, austeridad, mientras que a los cuadros gerenciales se les dan otras concesiones”.

Considera que de acuerdo a la manera como se han desarrollado los hechos en Guayana, podría generarse la participación de nuevas figuras que tenían tradición de no participar, y que esta vez la lucha tendría que ir más por la nacionalidad del buen uso de los medios productivos que por las reivindicaciones laborales.

“El aparato productivo asume una gerencia burocrática que tiene fallas, desaciertos que incurre en errores costosos, al final de todo eso las consecuencias las pagan los trabajadores con despidos”, agregó.
- ¿Puede negociarse el seguro de Hospitalización Cirugía y Maternidad (HCM)?

- Puede ser aceptable. Pero verás, el HCM en principio, hace 30 años, no fue promovido por los trabajadores sino por la empresa para los ejecutivos y profesionales, comenzó como una política de recursos humanos. Posteriormente su incorporación a los contratos colectivos estaba relacionada con el deterioro de los servicios, ahora la medicina privada se sabe supervisada.

Llegará el momento en que los promotores de una política de salud y los privados se crucen, las clínicas tendrán que abrirse más a la política pública... eso repercute en el convenio colectivo, porque los trabajadores la defienden pero los gerentes la atacarán porque ellos tienen unos recetarios, sobre todo los nombrados por lealtades ideológicas.

Para el dirigente sindical es una situación muy ambigua, tener que aceptar esa posición del alto gobierno -que además lesiona la calidad de vida- porque el HCM en general te da más que cualquier servicio público. Si sigue mejorando el servicio público a lo mejor eso pueda pasar...

El tema del HCM es muy ambiguo para el sindicalista que justifique su conversión, porque todavía el servicio público no ha llegado a tener la calidad. Cuando llegue a los niveles del privado pues se le puede dar la razón a los promotores de eliminar el HCM y así, que peleen por el servicio público de salud, que no es lucha nada más sindical sino que es social y global.

- En estos momentos la dirigencia sindical manifiesta disposición a hacer sacrificios por la supervivencia de las empresas básicas ¿Hasta dónde puede llegar revertir ciertos beneficios?

- Hacer concesiones y desprenderse de conquistas es una acción posible y hasta justificada siempre que ubiques esos sacrificios dentro de un plan global. Es decir, ¿Qué otros esfuerzos o concesiones están haciendo otros involucrados? Por ejemplo, empresas que marcharon mal y sin sentido común, a la gente que tomó esas decisiones habría que castigarlas, habría que cobrarles, pero si eso no se ve es como que tú pagas lo malo que hicieron aquellos, los favoritos del proceso. Entonces, eso cuesta aceptarlo.

Por otro lado, está el sacrificio de quienes tienen años trabajando a cambio de la sobrevivencia, me parece que no es suficiente. Tiene que ser a cambio de dar un nuevo lugar a un nuevo modo de funcionar la organización del trabajo, a un nuevo modo de toma de decisiones, un nuevo modo de relacionarse entre los distintos sectores que en ellas imperan.

- ¿Qué oportunidades se vislumbran dentro de la crisis que atraviesan las empresas básicas y la dirigencia sindical?

- Es una oportunidad para combatir el autoritarismo, el despotismo, la incompetencia, la improvisación y la partidización que lesionan el esfuerzo productivo, porque puede haber partidización en los órganos estrictamente políticos pero no en una empresa. Lo que se espera de las empresas es que produzcan buen acero o aluminio y que sea buena competidora, porque si no el capitalismo sería mejor.

El socialismo mal productor, improductivo, errático, nunca va a ponerse a tope con el capitalismo, que aunque tiene sus críticas bien justificadas es el referente de cómo se produce, cómo alcanza sus índices. Una empresa que se define como socialista y que es errática, que no alcanza sus metas y crea caos hace que a la gente que apuesta al socialismo se le haga más difícil entenderlo.

Gerentes no tienen fuerza gremial

Lucena señala que los sindicatos tienen la capacidad de activarse en tanto los gerentes no tienen fuerza colectiva, responden a intereses del alto gobierno. En ese sentido, dice que es posible entender las discrepancias.

“Ellos cuando se quedan callados muchas veces es porque están apoyando a la base, porque saben que la base está procurando algo que es rentable para ellos, pero ellos no lo vociferan, solo reivindican públicamente el mandato de quien los nombra”.

Para el especialista es inconcebible que un plan de rescate venga de afuera y no de quienes trabajan diariamente en el proceso de producción.

“Es muy atrasado que un plan de rescate no involucre a los trabajadores, porque las transnacionales cuando se reestructuran, las conversaciones con los sindicatos son minuciosas, a lo mejor harán concesiones pero seguro presionan para que sea toma y dame, pero está el diálogo”.

jueves, 23 de abril de 2009

DISTINCION: MOVIMIENTO DE LOS TRABAJADORES Y LOS SINDICATOS

La experiencia histórica de la intervención estatal en Venezuela, ha sido más invasora de los asuntos del movimiento sindical que aquellos de las empresas y los gremios empresariales. Desde la básica formación y legalización de un sindicato, y de ahí en adelante todos los procesos normales de las relaciones laborales, han estado subordinados a aprobaciones y discreciones burocráticas gubernamentales. Dando a la larga por resultado, un movimiento que ha perdido autonomía, y se ha tenido que subordinar al gobernante de turno, y con ello ha devenido en un movimiento que no cuestiona las relaciones capitalistas de producción.

Aquí es importante distinguir la categoría movimiento sindical de la de movimiento de los trabajadores. Es comprensible que la acción sindical se encuentra más circunscrita a la naturaleza de las relaciones de trabajo y de producción existentes en una sociedad dada, ya que son los organismos que ejecutan las acciones formalizada en los mecanismos institucionalizados, vale decir casi a entes estatales.

Mientras que la categoría movimiento de los trabajadores se desenvuelve en ámbitos más políticos y no se encuentra subordinado a los procedimientos establecidos, sino que por el contrario es una fuerza socio política que se desenvuelve en los escenarios de lucha e intercambio con otras fuerzas políticas y económicas. Según enfoque se pudiera hablar de la representación de la clase obrera, o más bien de un grupo de presión concreto.

jueves, 16 de abril de 2009

EMPRESAS DE PRODUCCIÓN SOCIAL –EPS-

Con el decantamiento de las cooperativas emerge la figura de las EPS. Si bien aquellas tienen una conceptualización universal y nacional, en cambio esta nueva figura responde a la manera como sus propulsores la definen, es una construcción eminentemente local. “La novedad de las Empresas de Producción Social, bandera económica de la capacidad inventiva venezolana” (El Troudi y Monedero, 2006“Empresas de Producción Social. Instrumento para el Socialismo del Siglo XXI”, 2da edición, Editado por el Centro Internacional Miranda ). Sus propulsores reconocen que existe confusión sobre su conceptualización. Haiman El Troudi (2006):
“Pocos en el gobierno, o dentro de las empresas, o en los grupos productivos de base, saben con certeza lo que son, su propósito y utilidad. Es obvio que ha hecho falta una campaña comunicacional – educativa, pero no menos cierto es que se ha requerido homologar el discurso oficial. Sectores empresariales cercanos se quejan por la disparidad de criterios empleados por PDVSA, MILCO, MINEP, MIBAM para la contratación y el otorgamiento de créditos o garantías a sus EPS.
Por ejemplo, PDVSA exige a sus contratistas otorguen un 10% del monto a contratar al Fondo de Producción Social de PDVSA. Este fondo es destinado por la industria petrolera para sus planes sociales; MILCO exige participación accionaria a los trabajadores para otorgar créditos; MINEP financia proyectos productivos que estén acompañados de responsabilidad social; MIBAM cambió la denominación de las cooperativas, llamándolas ahora, EPS.

Los propulsores de la EPS indican que estas nacen orientadas al socialismo pero dentro de una economía que tiene sus anclajes en el sistema capitalista, por ello la diversidad de expresiones en organización, propiedad o cualesquiera otros aspectos (El Troudi y Monedero:2006:94)
En cuanto a la evolución y la construcción de un concepto, en el website de PDVSA se lee:

"Son `Empresas de Producción Social` las entidades económicas dedicadas a la producción de bienes o servicios en las cuales el trabajo tiene significado propio, no alienado y auténtico, no existe discriminación social en el trabajo y de ningún tipo de trabajo, no existen privilegios en el trabajo asociados a la posición jerárquica, con igualdad sustantiva entre sus integrantes, basadas en una planificación participativa y protagónica y bajo régimen de propiedad estatal, propiedad colectiva o la combinación de ambas."
Está por promulgarse una ley que defina y precise esta figura. “La Ley deberá ser desarrollada a la luz de las vivencias sistematizadas, y en virtud a los aportes que las propias comunidades y los integrantes de las EPS ofrezcan. Debe ejemplarizar la idea señalada: premiar lo social, castigar lo antisocial, desechar lo socialmente ineficiente” (El Troudi 2006).
Con lo expuesto sobre las EPS, seguirá predominando que el modelo de EPS “Variará de acuerdo a las especificidades de cada caso, si bien siempre su condición esencial es la participación” El Troudi y Monedero 2006:23). Por ahora, con las experiencias acumuladas, los autores reconocen que las EPS se encuentran distorsiones “como instrumento para la flexibilización y precarización laboral a través de la externalización de la producción. Estas EPS -que no tienen posibilidades de encontrar otros proveedores o compradores-, deben someterse a las reglas del juego que le fija la empresa madre, repitiéndose errores que ya se cometieron en el capitalismo de Estado de corte soviético” (2006:24).
A pesar de que se señala que “las EPS son empresas que ayudan a dejar atrás el capitalismo”, por otro lado se destaca que “No son empresas capitalistas de Estado” y que “La revolución bolivariana.. requiere crear un nuevo inversionista privado, un nuevo contingente de empresarios, referenciados en el ámbito comunitario, independientes del Estado y del mercado, consustanciados y comprometidos con la emancipación” (2006: 97).
En cuanto a la participación de los trabajadores en la gestión de empresa, la propuesta de las EPS aún no cuenta con hechos que evidencien sus virtudes. Por ello en el capítulo referido a la cogestión del libro indicado, se mencionan como experiencias referentes a Alcasa, Invepal e Invetex (206: 140 y 142), y todas ellas desde el punto de vista de la participación de los trabajadores en la gestión de empresas son un fracaso, aparte de que desde la perspectiva productiva convencional en cualquiera de las opciones organizacionales que se quiera ver, tampoco han dado una respuesta satisfactoria en funcion de los recursos recibidos y los activos disponibles para la actividad productiva.

sábado, 11 de abril de 2009

Cooperativismo: auge y limitaciones

Si bien el cooperativismo es una forma de organización asociativa y empresarial que coexiste con las empresas privadas y estatales, y el implica participación en la propiedad y obviamente con ello la participación de los trabajadores – en este caso socios- en su gestión global. Pero hay que tener claro que el cooperativismo es considerado un elemento extraño al Derecho del Trabajo, y tampoco es un elemento central de las Relaciones de Trabajo, “porque los socios de las cooperativas son justamente eso, socios y no trabajadores en relación de dependencia (Cuartango 2003:14); además este autor agrega “.. nada tienen que hacer los laboralistas en el estudio de estas entidades, en tanto no medie fraude laboral

Su consideración en el presente análisis responde a dos razones, en primer lugar al hecho de que su fomento desde la acción estatal, privilegió el cooperativismo de trabajo asociado y de producción en el sector servicios, y es este tipo el más critico y expuesto a caer en el terreno del fraude. Hay que destacar que el movimiento cooperativo existente para el momento de la construcción de nuevas institucionalices en la etapa de la Revolución Bolivariana, presentó importantes sugerencias que fueron acogidas en el texto de la nueva Constitución Bolivariana, las que flexibilizaron su constitución (Freitez, 2007:291-2). La segunda razón es que algunas experiencias de empresas con dificultades económicas, han sido reestructuradas por la vía de la cooperativización, y ello ha traído consigo una mezcla compleja de organización del trabajo, partiendo del hecho de que se trata de empresas con problemas, y su rescate implica esfuerzos mayores .

Una de las medidas iniciales post crisis 2002-3, fue un enérgico fomento estatal de organizaciones cooperativas. Si bien en su constitución se observan que la mayoría de las iniciativas respondían a aspiraciones familiares, de socios y de la comunidad, especialmente como una opción para encontrar salida al desempleo, así lo indica un 74% en el estudio de Machado, del Centro Gumilla (2008_13). En menor proporción se observa la sustitución o conversión de empresas privadas convencionales (sociedades o compañías anónimas, empresas familiares, o personales) en cooperativas.

Esto fue significativo en los sectores en donde empresas públicas o instituciones del Estado son contratantes estratégicos, ya que se emitió normativa que privilegia la contratación de cooperativas. En general, dado las facilidades para el registro y los incentivos brindados a las organizaciones cooperativas, inmediatamente se produjo una explosión o boom cooperativo .

Para el año 2007 se registraban más de 200.000, cuando tan sólo en el año 2000, apenas existían en el país menos de un millar. La mayor parte de la promoción o fomento cooperativo procedía de la acción gubernamental, pero en este boom también levantó apetitos en grupos privados, a objeto de poder participar en el acceso a ventajas crediticias y en las contrataciones o licitaciones con los entes públicos. No obstante, en el estudio de Machado (2008:18) se destaca al indagar sobre los problemas que enfrentan las cooperativas, se menciona en primer lugar la falta de dinero y créditos.

El fomento del cooperativismo de trabajo asociado ha dado lugar a que tanto empresas estatales como privadas, hayan visto en esta figura la posibilidad de cooperativizar actividades que venían ejecutando por medio de otras formas productivas, entre ellas las mismas del convencional trabajo asalariado, y tomando con ello ventajas de doble tipo, una la de evasión de la tutela laboral, y otra, la del acceso a los beneficios de las políticas financieras públicas. En el primer caso la práctica es que se trata de una imposición de los empleadores, ante la cual no le queda otra opción a los trabajadores sino de acogerse o irse. Muy pocos casos se conocen de procesos de discusión, intercambio y consenso. Venequip es uno de esos casos, y que incluso se trata de un proceso no asociado tampoco con la búsqueda de las ventajas financieras públicas.

Se ha llamado la atención que este desarrollo estatal del cooperativismo responde más bien a una política de asistencia social, más que a una de desarrollo económico, es decir de desarrollo productivo (Freitez 2007). Los resultados en el fomento de la asociatividad han sido mucho mayores que en la producción. Aunque hay que destacar que el cooperativismo pasó de estar mayoritariamente presente en ahorro y crédito, y transporte, por ello en 1997 las de mayor tipo representaban el 32 y el 22% de las cooperativas existentes, en tanto ahora predominan las productoras de servicios y las agropecuarias, que representan 53% y 30% (Colina: 2006). En este nuevo perfil cooperativo, destaca que se multiplicaron las cooperativas de producción y en ellas la de trabajo asociado.

El sector cooperativo ya establecido vio con reservas y escepticismo este abierto fomento estatal. Si bien contaba inicialmente con la satisfacción de su participación en la redacción de los planteamientos de principios en el marco de la Asamblea Constituyente -1999-, posteriormente se fue desencantando al redactarse el Decreto Ley y observar la conformación de cooperativas al margen de los principios propios de este movimiento, ya que entendía que no se estaba constituyendo un desarrollo autentico del cooperativismo. Al poco tiempo se pudo constatar que sus reservas fueron ciertas, ya que muchas de estas organizaciones apenas creadas empezaron a morir. Por ello en el Censo Cooperativo apenas un 25% de las 155.000 registradas hasta el año 2006 pudo evidenciar y cumplir con los requisitos del censo, que eran tan sólo mostrar sus libros de actas y su nómina de socios, obviamente muchas se crearon para propósitos circunstanciales, sin la debida formación cooperativa . Junto con ello el mismo entusiasmo gubernamental empezó a decaer en el fomento de esta organización productiva (El Troudi 2006; El Troudi y Monedero 2006; Lanz 2005). La emergencia de diversos tipos de problemas y contratiempos, dejó en evidencia que no es nada fácil construir un movimiento cooperativo sin mantener principios y procesos formativos propios de estas instituciones. Lo que reclama conducir estos procesos en períodos más detenidos de tiempo.